Carta de un insomne
A la vida
Cedo mi lugar. No necesito hablar.
Ya está mi testimonio. Lo he escrito
a lo largo de cuarenta años. Descanso.
Te escucho. Tus penas, tus alegrías,
tus desafíos. Me apunto. Llevaré
tu féretro en mis hombros.
Ya he enterrado lo mio.
Lo hice solo–nadie se dio cuenta–
en la hora menos vista por los medios,
después de la medianoche, en casa,
en un suburbio de aquellos tantos
y parecidos que no se pueden
recordar detalles individuales.
Pero he vuelto, un ave fénix,
un resucitado. Y te escucho,
más bien te escribo, pasada
la medianoche, en silencio,
con ninguna intención de enviar
el resultado a los medios,
o más bien a tu cuenta llena
ya con tantos poemas y cartas,
todos para archivar dadas
las circunstancias y el consejo
de que no debo escribirte más.
Y si, llegué tarde a la fiesta amorosa
pero la disfruté más que nunca,
y ahora en el mundo todavía
de la pandemia me despido.
Que estés bien. Gracias por la vida.
4 de junio, 2020
Carta de un insomne
No me da sueño este intercambio.
Anoche pude dormir bien con la maquina
que va contra la apnea, y tomé justo
lo necesario de la botella de scotch,
y hasta bailé un poco ante la pantalla.
Asi que no te preocupes, estoy listo
para la lectura, que podría haber sido
una batalla, hasta una guerra contra
el dominio del sueño pero no,
la voluntad humana junto con
el apoyo de la tecnología,
me han dado una energia al parecer
inagotable para escribir sin fin
estos versos de un insomne neto.
6 de junio, 2020
Olvido selvático
En un tiempo no tan lejano perseguía conejos en el barrio, ahora me concentro
en las ardillas. Y tal vez mañana iré al bosque profundo cerca de la casa
para acechar una familia de venados o una víbora no venenosa de estos lares,
o a los pájaros carpinteros y otras aves…a toda la vida salvaje para no pensar más en ti.
6 de junio, 2020
El Miedo
Tengo miedo de que la isla
no me pertenezca más, y mi barriga
no pueda desinflar, y mis cabellos
nunca regresen, y el dictador
de a su hijo su poder, y mi hija
no vaya a conocer la tierra de su padre,
que te quedes en tu barrio
para esperar un nuevo pretendiente.
Tengo miedo de la vida
después de la pandemia.
May 23, 2020
Antorcha
La llama pueda parecer frágil,
pequeña, casi nada, pero cuando
la llevas de cuarto a cuarto
en la oscuridad, parpadeando,
balanceando la mecha ilumina
el espíritu y el corazón y da esperanza.
Y el Sol espera más allá
de la esquina de la mañana, listo
para entrar en la escena y levantarse.
La Pascua, 2020
Camino Corto
No tengo otro camino—lo descubri
esta mañana y a todas aquellas otras desde
el amanecer cuando encontré por primera vez
en la metáfora, su construccion, una solución
para la soledad, el deseo sin respuesta, a la falta
de plan de vida, ahora en plena pandemia.
5 Mai, 2020