Poemas de la primavera en ciernes
(Traducción al español de Aleisa Ribalta)
Poemas de la primavera en ciernes
Escribo en letra pequeña,
afuera copos de nieve en la oscuridad,
Escucho y presiento
la incipiente primavera
cigarra – tú!
Sentarse al volante
y horadar en sí mismo por entre un remolino
de ideas, oscuridad de la nieve
con un chelo
entre el martillo
y el yunque
Como si el silencio
fuera un reloj de pared agotado,
Ese augurio
de huellas diagonales de trineos
con sabor a óxido, una ternura
que va abriéndose camino
a través de la gramática
Ir hacia adelante
con una confianza indescifrable
como primavera en camino,
y las hojas de arce, ya
brillando en la tranquila luz de las vocales
Entonces el día abre su ojo
nos vemos
el uno al otro
Exilio
En la extraña ciudad de lenguaje incomprensible
caminas por calles desconocidas;
ni siquiera el agua del río
que fluye bajo el puente de piedras
puedes nombrar
Y allí estás otra vez
solo con tu propia sombra
filtrada lentamente sobre el asfalto
como la melodía lejana
de un instrumento desafinado
Entonces, de repente
un ave pequeña te descubre,
enfrenta tu mirada
con sus ojos como granos de pimienta
antes de perderse otra vez
en el crepúsculo
Tarde atemporal
Una suerte de cajón vacío de voces
Algunos pensamientos lujuriosos,
perderse en sí mismo,
preguntarle a su propia sombra
hacia dónde vamos
la raíces del camino
se extienden
en la misma dirección que el deseo
y la hormiga trata en vano
de mostrarnos lo trascendental
Caramba, uno piensa
como si estuviera en el asiento trasero
de un taxi en el Cairo
y tratara de discernir la diferencia
entre el olor del humo
del cigarrillo del conductor y los gases
que se cuelan a través
de la enervante ventana
(sin título)
todo lo que existe es
lo que es existe: una mano,
los dedos de la mano, hasta
la mugre debajo de la uña del dedo meñique
las sombras persisten incluso cuando el sol se ha puesto
porque el sol estuvo, instantes de felicidad
y ternura, besos de cuando la luz estaba justo allí y por ello existen
y besos de cuando la oscuridad estaba más que cerca, en la proximidad
de lo grande, lo intraducible,
existes, tú eres y yo soy, es
octubre y es bello existir.
Amar no es poseer
Miras de reojo
a una mariposa con alas inquietas
Te miro mientras la mariposa despega
y se aleja flotando, llena de verano
Escuchas mi voz mientras hablo, mis palabras
toman prestado el aire en los colores
de las alas de la mariposa: centellas de amarillo
y marrón óxido, blanco y un toque del azul del cielo
Somos dos personas felices,
el mundo nos pertenece a nosotros y a todos los demás.
***
Estas son las sombras juguetonas de las mariposas de la ortiga
danzando contra
la pared del granero rojo al sol
hay una alegría traviesa en esto y sé que soy yo quien interpreta
esta alegría, sé que las mariposas no son así
más bien vagas con su coreografía,
realizan su trabajo a propósito y sin
necesidad de entrenar
o prepararse mentalmente,
pero te hacen feliz y tal vez sea todo
lo que importa
el sentido de
esta representación nocturna
donde me siento (al menos) a dos metros de mí mismo.
***
La hierba tan verde como la hierba, tan ondulante verde verde,
la hierba y el verde Así es como lo deseábamos: hierba verde
y nada más, no solo verde,
no solo hierba sino verde, así.
cantamos esas hermosas canciones y
el sol no se puso Y nunca, no, nunca fuimos más felices que allí:
LA HIERBA, verde en el confín … sí, incluso antes del confín era verde
y más verde
y todas las finas hojas de álamo temblón eran de un verde centella
como si no hubiera más sombras en todo el bosque,
aunque las sombras estaban allí, sombras verdes
casi disueltas
en la vegetación.