Zingonia Zingone

Las campanas de la memoria

 

 

 

Leucótoe

Enterrada
en la comarca de tu lejanía, soy
la princesa que el sol amó.
En mi tronco corre el fuego
de un rito obstinado: invocarte
con incienso vivo y penetrante.
Humo llenando el vacío, danza
de las apariciones.

Inédito, 2018

 

 

los ojos del becerro
evocan tiempos lejanos
cuando el hombre era rama
del mismo árbol
y el árbol vivía sin acoso
en el espacio sideral

me miran transitar el potrero
observan cada movimiento
en la abusiva corriente
que del hombre mana

acelero el paso
y el becerro retrocede
sabe
que somos hermanos
sabe
de Caín y Abel

De las tentaciones de la Luz, 2018

 

 

me desprendo de las cosas
para encontrarte
en la nada

sin embargo
en el hombre desprendido
vigoroso
tu reflejo me deslumbra
y enciende de nuevo
mi terca vanidad

De las tentaciones de la Luz, 2018

 

 

 

tentación

busco en el fondo de mi sinceridad
el origen
del espasmo que tuerce mis vísceras,
inquietud que impide el recogimiento

utopías
se apoderan de mis sentidos
me convencen: todo es posible
y con la fe del inconsciente
materializo su cuerpo
justifico su presencia con excusas piadosas
que alteran el ritmo de las revoluciones
¿qué rota, la tierra o el sol?
mis rubores
descubiertos
en la conspiración del pensamiento

aléjate de mí
enemiga que asaltas a las Pléyades
–nebulosas alineadas
en la bóveda de mi pecho–
entorpeciendo la luz
con tus hidrometeoros
que palpitando reviven las pasiones

esgrimo la plegaria
en contraataque
desfiguro
los diseños íntimos de la tentación

De las tentaciones de la Luz, 2018

 

 

 

La niña no sabía que todo es fractura. Al nacer la semilla rompe la tierra, el árbol corta el aire, la hiel se apodera del tronco, entonces tira frutos envenenados. Ella no sabía que de la muerte nace la vida. Los niños son ángeles y los ángeles que caen, hiriéndose agrietan. El muro ciego coqueteaba con ella cuando Judas mordió el anzuelo. Así ella supo que sin grietas no filtra la luz, y es imposible ver a los espectros: sombras de luz filtrada.

De las tentaciones de la Luz, 2018

Busca una palabra que defina su origen, átomo velado por los oleajes del olvido. Su memoria es un arcoíris acrisolado. Soplan vientos de un desierto ajeno, y ella escribe y describe el vacío. Un pez alado raya el espacio solitario, la hoja blanca. Surca las aguas del oasis. Su índice toca el Nombre que borra e ilumina. Disgregándose, ella reluce. Tal estaba escrito en el rocío del agua bautismal.

De las tentaciones de la Luz, 2018

 

 

Las campanas de la memoria

En una esquina de la noche
una niña abraza sus piernas,
se balancea en trance y llora.
Las lágrimas bajan
por los costados del cuerpo,
caen sobre la calle empolvada
de un invierno sin lluvia.
Monstruos afloran
con rostro de hombre,
roban el grito de un horror,
tapan su boquita y gozan
del mismo gozo maldito
que ilumina el rostro de Shaytan.

Soraya tiene ojos de carbón.
Su cuerpo fino lleva el peso
de una infancia
manoseada por el destino.
La casa es su tumba;
el murmullo de la gente, su muerte.
Se mira al espejo y oscila el vientre;
ensaya la danza de la diosa madre.
Las campanillas sonoras
rodean su estrecho vientre
como el abrazo del amado.
Correa que ciñe el cuello del perro
hasta dejarlo sin aliento;
vientre agotado, surco de calambres,
tatuaje de una rabia implacable.
Soraya danza en la tarima
para fugarse de sí
y arrancar los clavos empotrados
en la carne de su memoria.

«¿Cuentos quieres, niña bella?
Tengo muchos que contar…»
La voz del padre se avecina
en el crepúsculo vespertino;
el catre temblante,
el aire impregnado de humo
de un cordero ardido
en el fogón de la cocina,
el aterrador silencio de la complicidad
y Soraya detenida en un respiro.
«Dime tú: ¿de cuáles quieres?».
La risa entre los dientes, los dientes
entre los muslos; la punzada del asco
en la grieta que conduce al alma.
Cerca se escucha
el aterrador silencio de la complicidad.

Soraya vende su cuerpo, compra
alegría. Vende alegría, compra
olvido. Exorciza el presente
clavándose a la cruz de la lascivia,
mártir del placer y del vahído.
Erotismo fantasma la habita
y la ahuyenta, semilla catapulta
que la trajo a este mundo.

De Los naufragios del desierto, 2013

 

 

Sin título

Me llamo Zingonia Zingone
soy poeta y no uso
seudónimo.

En los sesentas mi padre
erigió una ciudad en el norte de Italia:
Alejandro fundó Alejandría
Zingone crea Zingonia.

Su corazón de fábricas
latía
euforia reconstructiva
en un país cuya economía
arrastraba efectos posbélicos.

Infraestructura de vanguardia
cables enterrados
edificios modernos
para cincuenta mil habitantes
trabajadores  ejecutivos  vendedores
un centro deportivo poli funcional
escuelas  iglesias
y un hospital con cámara hiperbárica.

La ciudad del capital.
La ciudad de los obreros.
¿La ciudad del futuro?

Arrasada por el hambre
de cinco municipios
Zingonia, la ciudad completa
nunca fue.

Sutil es la ironía
de la venganza.
El sueño malogrado
dejó edificios vacíos
a la orden
de la desesperación.

Africanos  árabes  asiáticos  indios
putas  ladrones  pushers  travestis
y gente honrada
habitan los inmuebles cadentes
entre pisos de mármol
inmóviles elevadores
de acero inoxidable.
Se reparan
en mis arterias  duermen envueltos
por el murmullo de historias
compartidas
se abrazan en la penumbra.

Una sirena anuncia la redada
los devolverá al infierno.
Gendarmes cortan el agua
la electricidad   despiertan
familias en horas de la madrugada.
Ahmed aprendió a escribir en italiano
Odio a Zingonia porque no puedo
dormir la noche, a menudo llega
la policía y nos despierta a todos.

Los medios pregonan el triunfo.
Cada maldito devuelto a su patria
es un paso hacia el progreso.

Bombas de gas mostaza
en las calles de Etiopía[1]
¿qué estallará hoy
en mis venas?

Me llamo Zingonia
como el nuevo Bronx
no uso seudónimo.

De Equilibrista del olvido, 2011

 

 

 

Notas

1.Entre diciembre de 1935 y mayo de 1936, las fuerzas aéreas italianas arrojaron aproximadamente 85 toneladas de iperita (conocido también como gas mostaza) sobre Etiopía.

Zingonia Zingone (1971) es una poeta, narradora y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Es Licenciada en Economía y Viv ... LEER MÁS DEL AUTOR