Péndulo y otros poemas
(Selección y traducción al español de Khédija Gadhoum)
Péndulo
No es difícil
cortar la piel
intervenir en un quirófano ha de ser una destreza de ebrio
muy bien, cariño, sígueme
de vuelta a la alcoba
donde tumbados en la cama
contemplamos nuestro árbol…
si tuviera un anillo de bodas
dejarían que ahogara
mis dedos ahora
tan finos que le harían daño
al redoble interior de aquel músico moreno
dejarían que cortaran en dos partes la tarta
hermosa felicidad desmedida
igual a un dúo de ukeleles
***
Después de Lilichka
Todo esfuerzo por acariciar la soledad ha fracasado.
Tanto de este lado como del otro,
ha fracasado.
Mas abandonado en la estepa un árbol solitario
me llama la atención.
Al acercarme, veo
en el hueco del árbol un pájaro
cantando como una flauta,
calentando sus entrañas.
Estoy dispuesto a tragar
mi deseo, beber
sangre caliente, sentir
el hermoso latido del corazón del pájaro
que desvanece al retirarme.
* * *
a través del cristal que envuelve
estas tacitas ¡ay, tan encantadoras!
predica la advertencia de “no tocar”.
Mejor dicho, no tocarlas, de veras,
así piensa el guía, haciendo memoria
de cómo una vez
rozaron los labios de aquella
princesita,
quien antes de convertirse en reina
encantadora
hizo estragos en su propia nación.
* * *
Al bajar de la planta cuatrocientos tres,
no pises los pétalos de flores de loto,
esparcidos y acogedores en las escaleras
por la chica vestida de uniforme extraño.
Es un alma pura en tu puerta.
Por lo general está bien
que tengas miedo de aquello que no entiendas.
¡Qué tengas mucho miedo!
* * *
Una cierta cantidad de viviendas en una ciudad es siempre demasiado
para llegar a la entrada — tierra mojada y un taxista que no conoce el camino
nadie pega saltos desde los tejados ni por las ventanas
hojas de publicidad que rematan los celulares más baratos
robados de sus víctimas
contenedores de basura vacíos
un nombre y un apodo tendrá el barrio inmediatamente después
las viviendas sacudirán un día la tierra desecada
y tendrán un día la ciudad
de adorno para el árbol de Navidad
* * *
Las diez menos cuarto
la misma Navidad de los incrédulos
que celebran detrás de las puertas de los baños
¿Me llevarás en tu avión?
Teniendo en cuenta la importancia que tiene un avión.
Eso es todo. Te quiero.
Aquí están los Reyes Magos llamando
con regalos hechos a mano
* * *
Te llevaré al piso de un desconocido
te desnudarás en un sillón que enrede tus piernas
en tu vestido de lana verde y gris
el smartphone abrirá y cerrará sus ojos
como siempre, de la nada, habrá agua caliente para el té
tazas de extraños, cucharitas de extraños, servilletas de extraños
y luego aquí todo se vuelve nuestro
al atardecer caminamos por la ciudad que amamos
atendiendo a tu acuerdo — doscientos pasos con los ojos cerrados
ninguno de los dos tropezará si llega a caer
* * *
Nunca he llevado en mis manos el río Moskva,
dime al menos si está caliente el agua,
desde abril hasta octubre,
tráeme una camisa de batista de
perejil, salvia, romero y tomillo
los sonidos vibrantes de los remos,
que relucen, y de hecho, relucían
cuando allí vivían los ricos necios,
y en el río se lavaba mi ropa,
en descenso sangraba mi nariz
manchando el río
es sorprendente que los peces de colores pálidos
dijeran que eran suyos