Yevgeny Yevtushenko

(Rusia, 1933- Estados Unidos, 2017). Fue uno de los poetas más conocidos internacionalmente. Varias veces nominado al Premio Nobel de Literatura. Sus antepasados fueron enviados al exilio después de una redada contra  los campesinos a fines del siglo XIX. En 1949 publicó su primer poema y su primer libro en 1952. Fue un pionero en leer en las plazas rusas y en los estadios ante multitudes. Dio a su vez una voz a toda una generación que deseaba expresarse libremente. Aquella que permaneció por años bajo la represión de Stalin. A los 22 años fue famoso en Rusia como poeta del amor. Pero muy pronto, y antes de la presencia de Solzhenitsyn, Sakharov y otros disidentes rusos en el ambiente político, su poesía llegó a ser la única y solitaria voz contra el estalinismo.

Pero a su vez Yevtushenko recibió el fuego cruzado de los escritores estalinistas y algunos otros que envidiaron irritados lo que no tenía precedentes en Rusia: gigantescas lecturas públicas. Su amor por la audiencia continuó hasta el final. Llenó dos veces el Teatro del Kremlin con 6.500 personas. Igualmente leyó en muchas partes del mundo ante miles de personas. El mismo había dicho: “Yo soy un escritor para esos que no lo son”. Pero la generación de Yevtushenko no pudo cambiar Rusia como ellos soñaban pero sí  ayudó a descongelar un poco el hielo de esa época. Durante el régimen de Stalin, el resto del mundo permanecía cerrado para todos los rusos. Un año antes del discurso de Khrushchev contra Stalin, Yevtushenko articuló sus frustraciones con esos versos:  “Fronteras aparecen en mi camino/ Es una vergüenza/ para mí no conocer Buenos Aires ni Nueva York,/Quiero caminar hacia Londres,/y conversar con todos…” (de “Prólogo”, 1955).  Rápidamente Yevtushenko cruzó esas “fronteras”. Viajó a más de 94 países y su obra fue traducida a 72 lenguas. Abrió el camino a esos otros a quienes le habían “robado el mundo” y ahora millones de turistas rusos visitan todos los rincones del planeta. En 1960 fue el primer ruso en romper la Cortina de Hierro y comenzó a recitar su poesía en el Oeste, siendo aclamado en Europa, Norte y Sur de América, y África. Fue amigo de Pablo Neruda, Max Ernst, Henry Moore, Federico Fellini, T.S. Eliot, William Golding, John Steinbeck, Pablo Picasso y Gabriel García Márquez.

En 1961 Yevtushenko publicó su poema Babi Yar, un texto de protesta contra el anti-semitismo. Hoy día, ese poema está grabado en piedra en el Museo a la Memoria del Holocausto en la ciudad de Washington, EE.UU. y sirvió de inspiración para la famosa Sinfonía número 13 del compositor ruso Dimitri Shostakovich. Junto con ser poeta, Yevtushenko fue también director de cine. Escribió y dirigió dos películas: Kindergarten (1982) y Los funerales de Stalin (1990), esta última con Vanesaa Redgrave y Claus Maria Brandauer. También escribió el guión para la película rusa-cubana Soy Cuba (1964). Una de las novelas de Yevtushenko, No te mueras antes que estés muerto (1995) está basada en el fallido golpe de estado de 1991 en Rusia. Su primera novela, Fresas salvajes (1984) es una evocación poética de los campesinos rusos de la región rural de su nativa Siberia.

En los últimos años Yevtushenko dividía su tiempo entre Rusia y los Estados Unidos. El y su familia residían en Tulsa, Oklahoma donde enseñaba cine ruso y europeo, así como literatura rusa en la Universidad de Tulsa. Como él decía: “Yo no enseño literatura sino enseño a tener conciencia a través de la literatura”. Hace muchos años él escribió: “nacer en todos los lugares es por supuesto imposible, pero renacer en cualquier parte depende de nosotros mismos. Yevtushenko recibió múltiples distinciones por su poesía en diversas partes del mundo. Visitó casi toda América Latina y el Caribe desde 1968. (Javier Campos)

 

-Los poemas aquí publicados fueron traducidos por el poeta chileno Javier Campos y pertenecen al libro Manzanas Robadas (Visor: España, 2010).