Violette Abou Jalad

Cada mañana busco noticias de tu muerte

 

 

 

 

(Selección y traducción de poemas del árabe al castellano por Khédija Gadhoum)

 

 

 

1

 

Un poquito de amor

Para tensar el arco del cuerpo,

Heredar a Dios

Yo, su única hija

Y ustedes, los hijos que he concebido en mi imaginación.

Solitaria en este planeta

Escribo salmos para linajes que suceden en mi cabeza,

Compilo diccionarios

Para los expertos en el lenguaje del fuego,

La alegoría de la brasa y la interpretación de la leña.

Seré la heredera de Dios

Yo, la última mujer,

Quien se despidió de sus antepasados con una mirada trascendente,

Una pálida sonrisa

Dejó a sus amigas que se enfermaran cada día

Y de pronto murieran.

Yo, la última mujer

Que un pirata raptó y por descuido se cayó de un texto anterior,

Tensaba la vela del corazón

Con mucho amor

Y tensaba el arco del cuerpo anhelando el séptimo cielo,

Yo, la heredera de Dios y su hija única.

 

 

2

 

Nunca me vestí de novia

Mis manos nunca hornearon para los niños

Tampoco asistí a un entierro

Aunque por mucho tiempo me vestí de negro

Para ocultar mi empacho de palabras

Para engañar al espejo de que soy tan elegante

Como un verso,

Tan alta como una bandada de palomas.

Mi cuerpo es sano de toda intemperie,

Prescinde de concebir

Fumar

Embriagarse con estimulantes,

Mi cuerpo habitado por fantasmas,

Cuentos de duendes,

Fieras mansas y lobos fugitivos.

Mi cabeza perfecta sueña con una muerte temprana,

Un fin fugaz,

Un banquete para celebrar la ausencia,

Una novia para llorar a los que amé,

Una ofrenda en el altar para su luto por mí,

Una misa para que los ángeles acaben con su polémica estéril

Y los demonios de la escritura,

También para que los concurrentes puedan entonar su largo llanto

Por mi breve vivir

Con el verso, “¡Oh azucena, ¿por qué tanto risueño, si tan triste eres?!”

 

 

3

 

Es largo el pasillo,

Tengo un llavero

Hasta nuevo aviso,

Hasta otro pasillo.

Tengo una llave para hablar

Pero no hablo.

Tengo una llave para el hombre

Pero soy mitad mujer, mitad dios.

Tengo una llave para amar

Pero no volveré a amar otra vez.

Tengo una llave para confiar

Pero me puse a desconfiar hasta volverme cordero de dios

Amparado por aguas de remordimiento.

Tengo una llave para vivir

Pero soy hija de los campos y los valles

Una fruta silvestre,

Ninguna mano me ha tocado y ninguna pupila me ha visto.

Tengo una llave para viajar

Pero me encuentro sola como una nave en una cartelera,

Pobre como una princesa en los cuentos para niños y

Los juegos para adultos.

Tengo una llave para reírme

Pero lloro en el amplio pasillo

Por miedo al tintineo de las llaves esta noche,

Y por miedo al susurro humano

Allí entre puertas entreabiertas,

Allí de par en par los corazones

Hasta nuevo aviso.

 

 

4

 

No reservé ninguna fortuna para mañana

Ni hijo, ni amor.

Gasté todo lo que tenía en mi bolsillo en fuegos artificiales,

Y cometas.

Desgasté mi corazón en florerías,

En tiendas de música,

Está dando vueltas la cinta

Está dando vueltas mi vida

Yo era el gemido atorado en la garganta del cantante,

La lágrima afligida ante la inmensa gravedad de la música,

No dejé ninguna propina para mañana

Tampoco logré saldar la historia con cuotas de mi vida.

 

 

5

 

Deseo un pequeño jardín

Una casa con vistas a la risa desde el balcón oriental,

Al Alcance de la indiscreción desde la puerta trasera.

Quiero un abrazo largo, larguísimo,

Un abrazo con vistas a la muerte.

Quiero esta melodía ahora,

El eco del violín después del abrazo

Mientras yo escribía.

Todos los violines en fuga de la muerte

Mientras yo lloraba.

Quiero que sea breve mi vivir

Con vistas al amor

Presto a partir.

 

 

Quiero alejarme

De los lunáticos en la calle,

En casa

En mi cabeza.

Quiero un cuarto frío en un monasterio desolado

Dos velas, una cama y una ventana.

Una melodía se acerca, luego se aleja, luego se acerca.

Un poco de café sobre un estante humilde,

Un abrigo en su gancho

Y un par de zapatos que no sirve para caminar

Tampoco para disculparse,

Zapatos caseros para una bestia salvaje.

 

 

6

 

Y me vestía mucho de rojo,

Desnuda estaba mi sangre,

Abierta mi herida,

Con sus alas bailaba el toro alegre por mi muerte,

Las leyendas eran mi vestimenta.

Yo era un alma burlona con cabeza de mujer y silueta de barco,

Por eso me ahogué, ninguna ola me reconoció

Y por mí ningún hombre lloró.

 

 

7

 

Cada mañana busco noticias de tu muerte

En los periódicos de Beirut que han dejado de publicarse,

En sus tabernas en agonía,

En sus callejones restaurados sobre las calaveras de sus habitantes.

En un bolsillo llevo tu nombre,

En el otro un puñado de dioses,

Y unos cuantos ángeles.

Soy una diosa cuando escribo,

Diosa cuando amo,

Mis súbditos son los ascetas en las cuevas de las montañas,

Soy dueña de la tierra, el mar y el cielo

Sin embargo, espero tu muerte para celebrar mi belleza.

Cada tarde escucho los noticieros:

Muertos y heridos y guerras.

Pero eres infalible como un cordón umbilical,

Infalible como un poeta en un podio,

Acompañado por los cálidos aplausos por un poema gélido,

Y por una muerte truncada entre las garras de este desolado poema.

Violette Abou Jalad Es poeta libanesa especializada en filosofía y teología. Su obra es extensa e incluye entre otros, los poemarios siguientes: El cazado ... LEER MÁS DEL AUTOR