
La poesía de Huidobro se fue deslizando cada vez con más audacia y soltura hacia un tipo peculiar de expresión poética, mezcla de humor absurdo y de juego infantil, muy del gusto de algunos vanguardistas, pero que Huidobro fue radicalizando. De ello hay huellas significativas en el “Prefacio” y en los últimos cantos de Altazor.