Las voces preciosas
LAS VOCES PRECIOSAS
He aquí la primera voz
De mi pipa hasta la puerta de la eternidad
Hay tres veces el fin del mundo
Hay palabras que se envían las estrellas
Hay una boca nacida de sus palabras
Hay un árbol que se aferra al cielo y que sube casi tan fácilmente
como la luna
Hay un recién nacido que canta al mar
Hay una campana que muere y que resucita como ciertos dioses
Hay tres veces el fin del mundo
Y los suspiros que se han exhalado al morir
La campana hambrienta abre la boca
El cielo tiembla sobre sus nubes inclinadas a causa del viento
Las olas circunflejas se duermen sobre el pecho materno
La campana abre la boca
Hacia el norte hacia el sur
Hacia el cénit ilustre y el nadir siempre olvidado
La campana abre la boca y cambia de recuerdos
Ella tiene hambre hacia el lado de la vida
Tiene hambre hacia el lado de la muerte
Soy feliz porque el árbol suspira
Y no se baja de sus ramas
Soy feliz porque las olas vacían sus bolsillos ante mis ojos
Soy feliz porque las puertas me sonríen
He aquí la segunda voz
De mi mirada hasta el centro de la luz
Hay tres veces el comienzo del mundo
Hay la zona de las cosas sin nombre
Y el gran manto que la noche deja caer cuando el primer pájaro
le ordena
Hay un recién muerto que aprende a andar en el más allá
Hay el ruido de miles de abejas y miles de relojes
Y la selva tendida sobre la punta de sus árboles
Hay tres veces el comienzo del mundo
El muerto nuevo ensaya sus piernas
A la salida de la caverna
Ensaya su garganta en una lengua de vapores
Porque siente la semilla que brota al interior
Y tras sus pasos los mundos caen en ruinas
Soy feliz soy feliz
Porque el pájaro se cubre con la capa de la noche
Y se vuela con su espejo en estatua de lluvia
He aquí la tercera voz
De mi lengua hasta la parábola del cometa
Hay un campo plantado de orejas y de miradas
El campo regado por ríos de llamas
Hay tres veces la vida y la muerte
Hay la zona de los cielos enfermos
Con sus rutas que corren enloquecidas
Y las alas valientes de la memoria
Hay tres veces la vida y la muerte
Y ese gran caos de palabras ciegas buscando una garganta
Árbol mar montaña
Árbol sin montaña
Vomitad el árbol interno
Tiene flores en su memoria
Banderas en su clara de huevo
Violines en su montaña
Vomitad el violín interior
Apretad el pedal de los mares
Donde se esconden las mareas
Como las uñas del gato
El navío
Sí acariciad el buque agonizante
Y el alma y el campanario
Y la vida y la muerte
Y el fin del mundo y su comienzo
Y los cabellos rubios y el alma dulce
El alma que se escapa en las frutas que caen
En las campanadas que maduran demasiado pronto
¿Comprendéis el secreto de mi vida?
La caída a lo largo de las cascadas
La embrujada
Mi lámpara
La bruja
La bruja con las cejas de paloma perdida
La muerte melodiosa
Y el nudo hipnótico del corazón
Del corazón oye usted señorita
Aló qué felicidad el encuentro estatuario
Los ojos en sus lechos
Qué felicidad el árbol cielo y el árbol noche
Se van se van
Los barcos las raíces los ángeles en sus relámpagos
Se van se van
Los viajeros de la aventura
Con sus colores de fatiga adentro de las ansias
Los célebres gemelos Adiós y Hasta luego
El mendigo del infinito
Con sus ropas como estalactitas de antaño
Se va con su caverna
Con su recién nacido y su recién muerto
Mi silencio mi filtro de espacios mi estatua
Los ojos en sus lechos de hojas
Echad el ancla la ternura
Los ojos en sus lechos de cortinas
Dormid dormid como las raíces de las campanas
Como las orejas en sus barcos
MOMENTO EN ARMONÍA
Al día siguiente del día siguiente
El ocaso era tan familiar como un susurro de cabellos desesperados
Era tan tibio como una corbata
Frente a la tierra que no sabe encerrarse
Y que nunca ha podido desprenderse de sus ruidos
Ni aún en la noche que se suspende como el aliento
Ni en ese minuto de la tarde ese minuto de cuatro metros
Semejante a un anciano que de repente se llena de infinito
Al día siguiente de la paloma siguiente
Te dije que eras una lluvia para apresurar el tiempo
Te dije que tenías una sonrisa de viento oscurecido
También sé que estás entregada en manos de ciertos astros
Con el agrado de los ojos que te rodean
Pero cuando venga el día de la distancia y de su propio fondo
Entonces hablaremos
Yo sé que el mar te distingue y te prefiere
Que ves tus lámparas tranquilas bajo la piel y tus fuentes de mirajes
Ese estanque dormido que crea tu persona
Y hasta esas hierbas que haces nacer en mi corazón
Al día siguiente del color siguiente
Hallaste cosas de árbol y de emblemas de vidrio con luces guardadas
Seguramente lejanas como la pequeña arena en los pies de los niños
Mordiste el vacío enamorado de sus actitudes
Más grande que nuestros dos fantasmas juntos
Más poderosos que mis ojos concentrados en tu cuerpo
Y aún que el día preocupado de tus manos
De tu color que crece como una campanada
De tus palabras rodeadas de palomas de tu luz de carne y hueso tu luz
En sus anhelos de saber andar y de poder morirse
Para angustiar al tiempo ajeno a las estrellas
Al día siguiente del año siguiente
Te entregaste al olvido como un río que divisa su agonía
Que ve venir la muerte y le sale al encuentro
Cerrando los párpados para no arrepentirse a tiempo
FATIGA
Marcho día y noche
Como un parque desolado
Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos
Miro el cielo y su hierba que aprende a cantar
Miro el campo herido a grandes gritos
Y el sol en medio del viento
Acaricio mi sombrero lleno de una luz especial
Paso la mano sobre el lomo del viento
Los vientos que pasan como las semanas
Los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre
Las luces que pasan como los meses
Cuando la noche se apoya sobre las casas
Y el perfume de los claveles gira en torno de su eje
Tomo asiento como el canto de los pájaros
Es la fatiga lejana y la neblina
Caigo como el viento sobre la luz
Caigo sobre mi alma
He ahí el pájaro de los milagros
He ahí los tatuajes de mi castillo
He ahí mis plumas sobre el mar que grita adiós
Caigo de mi alma
Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno
Caigo del viento sobre la luz
Caigo de la paloma sobre el viento
CANCIÓN DEL HUEVO Y DEL INFINITO
La ciudad huye en un galope de palabras
Tiene miedo a las tenazas del árbol
Y a las manos de la noche
El alma vuela con el cuerpo aferrado
El alma forrada de plumas y de cometas transparentes
Cuando el pedestal de la lengua imita al mar
Y un pájaro vuela entre las orillas de la memoria
Porque hay un niño que ha perdido la memoria
Un océano de niños para un niño
Una montaña de pájaros para un pájaro
Un río de lágrimas para una lágrima
Un cielo de estrellas para una estrella
En cada hora del día cae un huevo diferente
Caen un huevo de luz y una luz de huevo
Un huevo blanco
Un huevo azul
Un huevo verde
Un huevo rojo
Un huevo alegre
Un huevo triste
Un huevo negro
Un huevo huevo
Caen uno a uno del arcoíris que se sacude
Del arcoíris cocoricó a cada quiquiriquí
Y los huevos gritan como flores
Y lloran como flores
Cuando alguien pisa los pies de las flores
Los huevos florecen
Las flores se empollaron
Al calor de las miradas atentas
Un huevo se quiebra y he ahí el sol
El sol para siempre con sus calorías y sus diamantes
¿Cuál es tu luz y cuál debiera ser?
Qué hermoso paisaje
Este paisaje que tiene pelos en el pecho
Mi cabeza rueda con las ruedas de sus orejas
Hasta el fondo de las edades
Ella se torna de oro en la edad de oro
De hierro en la edad de hierro
De piedra en la edad de piedra
Y la lanzan al infinito con una honda
Qué hermoso paisaje
El infinito sale de su huevo y pone otro huevo
Y después otro huevo
Y más lejos otro huevo
Una procesión de huevos
Un camino de huevos
Vías lácteas de huevos
Esto es hermoso como una naranja que abre sus puertas
Como una mariposa que se vuelve satélite
Había un huevo de pie al borde del mar
Un huevo escuchando los rumores del mar
Un huevo que tenía adentro el mar y el rumor del mar
Y que quería volver al vientre de su arcoíris
O jugar con un millón de huevos cantantes en las esferas silenciosas
Hemos visto un huevo de aire como un aire de olvido
Como un ojo de aire
Como una corriente de aire en un aire corriente
Un huevo bailando sobre la tempestad
Entre los hoyos deslizantes de los naufragios
Entonces todas las mejillas se pusieron pálidas
Hubo un temblor de cielo
Todos los huevos se rompieron
Y todos los ojos se cerraron
-De Ver y palpar (1941)