Vicente Huidobro

Las voces preciosas

 

 

 

 

 

LAS VOCES PRECIOSAS

 

He aquí la primera voz

De mi pipa hasta la puerta de la eternidad

Hay tres veces el fin del mundo

Hay palabras que se envían las estrellas

Hay una boca nacida de sus palabras

Hay un árbol que se aferra al cielo y que sube casi tan fácilmente

como la luna

Hay un recién nacido que canta al mar

Hay una campana que muere y que resucita como ciertos dioses

Hay tres veces el fin del mundo

Y los suspiros que se han exhalado al morir

 

La campana hambrienta abre la boca

El cielo tiembla sobre sus nubes inclinadas a causa del viento

Las olas circunflejas se duermen sobre el pecho materno

La campana abre la boca

Hacia el norte hacia el sur

Hacia el cénit ilustre y el nadir siempre olvidado

La campana abre la boca y cambia de recuerdos

Ella tiene hambre hacia el lado de la vida

Tiene hambre hacia el lado de la muerte

 

Soy feliz porque el árbol suspira

Y no se baja de sus ramas

Soy feliz porque las olas vacían sus bolsillos ante mis ojos

Soy feliz porque las puertas me sonríen

 

He aquí la segunda voz

De mi mirada hasta el centro de la luz

Hay tres veces el comienzo del mundo

Hay la zona de las cosas sin nombre

Y el gran manto que la noche deja caer cuando el primer pájaro

le ordena

Hay un recién muerto que aprende a andar en el más allá

Hay el ruido de miles de abejas y miles de relojes

Y la selva tendida sobre la punta de sus árboles

Hay tres veces el comienzo del mundo

 

El muerto nuevo ensaya sus piernas

A la salida de la caverna

Ensaya su garganta en una lengua de vapores

Porque siente la semilla que brota al interior

Y tras sus pasos los mundos caen en ruinas

Soy feliz soy feliz

Porque el pájaro se cubre con la capa de la noche

Y se vuela con su espejo en estatua de lluvia

 

He aquí la tercera voz

De mi lengua hasta la parábola del cometa

Hay un campo plantado de orejas y de miradas

El campo regado por ríos de llamas

Hay tres veces la vida y la muerte

Hay la zona de los cielos enfermos

Con sus rutas que corren enloquecidas

Y las alas valientes de la memoria

Hay tres veces la vida y la muerte

Y ese gran caos de palabras ciegas buscando una garganta

 

Árbol mar montaña

Árbol sin montaña

Vomitad el árbol interno

Tiene flores en su memoria

Banderas en su clara de huevo

Violines en su montaña

Vomitad el violín interior

Apretad el pedal de los mares

Donde se esconden las mareas

Como las uñas del gato

El navío

Sí acariciad el buque agonizante

Y el alma y el campanario

Y la vida y la muerte

Y el fin del mundo y su comienzo

Y los cabellos rubios y el alma dulce

El alma que se escapa en las frutas que caen

En las campanadas que maduran demasiado pronto

¿Comprendéis el secreto de mi vida?

La caída a lo largo de las cascadas

La embrujada

Mi lámpara

La bruja

La bruja con las cejas de paloma perdida

La muerte melodiosa

Y el nudo hipnótico del corazón

Del corazón oye usted señorita

Aló qué felicidad el encuentro estatuario

Los ojos en sus lechos

Qué felicidad el árbol cielo y el árbol noche

Se van se van

Los barcos las raíces los ángeles en sus relámpagos

Se van se van

Los viajeros de la aventura

Con sus colores de fatiga adentro de las ansias

Los célebres gemelos Adiós y Hasta luego

 

El mendigo del infinito

Con sus ropas como estalactitas de antaño

Se va con su caverna

Con su recién nacido y su recién muerto

Mi silencio mi filtro de espacios mi estatua

Los ojos en sus lechos de hojas

Echad el ancla la ternura

Los ojos en sus lechos de cortinas

Dormid dormid como las raíces de las campanas

Como las orejas en sus barcos

 

 

 

 

MOMENTO EN ARMONÍA

 

Al día siguiente del día siguiente

El ocaso era tan familiar como un susurro de cabellos desesperados

Era tan tibio como una corbata

Frente a la tierra que no sabe encerrarse

Y que nunca ha podido desprenderse de sus ruidos

Ni aún en la noche que se suspende como el aliento

Ni en ese minuto de la tarde ese minuto de cuatro metros

Semejante a un anciano que de repente se llena de infinito

 

Al día siguiente de la paloma siguiente

Te dije que eras una lluvia para apresurar el tiempo

Te dije que tenías una sonrisa de viento oscurecido

También sé que estás entregada en manos de ciertos astros

Con el agrado de los ojos que te rodean

Pero cuando venga el día de la distancia y de su propio fondo

Entonces hablaremos

Yo sé que el mar te distingue y te prefiere

Que ves tus lámparas tranquilas bajo la piel y tus fuentes de mirajes

Ese estanque dormido que crea tu persona

 

Y hasta esas hierbas que haces nacer en mi corazón

Al día siguiente del color siguiente

Hallaste cosas de árbol y de emblemas de vidrio con luces guardadas

Seguramente lejanas como la pequeña arena en los pies de los niños

Mordiste el vacío enamorado de sus actitudes

Más grande que nuestros dos fantasmas juntos

Más poderosos que mis ojos concentrados en tu cuerpo

Y aún que el día preocupado de tus manos

De tu color que crece como una campanada

De tus palabras rodeadas de palomas de tu luz de carne y hueso tu luz

En sus anhelos de saber andar y de poder morirse

Para angustiar al tiempo ajeno a las estrellas

 

Al día siguiente del año siguiente

Te entregaste al olvido como un río que divisa su agonía

Que ve venir la muerte y le sale al encuentro

Cerrando los párpados para no arrepentirse a tiempo

 

 

 

 

FATIGA

 

Marcho día y noche

Como un parque desolado

Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos

Miro el cielo y su hierba que aprende a cantar

Miro el campo herido a grandes gritos

Y el sol en medio del viento

Acaricio mi sombrero lleno de una luz especial

Paso la mano sobre el lomo del viento

 

Los vientos que pasan como las semanas

Los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre

Las luces que pasan como los meses

Cuando la noche se apoya sobre las casas

Y el perfume de los claveles gira en torno de su eje

 

Tomo asiento como el canto de los pájaros

Es la fatiga lejana y la neblina

Caigo como el viento sobre la luz

Caigo sobre mi alma

He ahí el pájaro de los milagros

He ahí los tatuajes de mi castillo

He ahí mis plumas sobre el mar que grita adiós

Caigo de mi alma

Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno

Caigo del viento sobre la luz

Caigo de la paloma sobre el viento

 

 

 

 

CANCIÓN DEL HUEVO Y DEL INFINITO

 

La ciudad huye en un galope de palabras

Tiene miedo a las tenazas del árbol

Y a las manos de la noche

El alma vuela con el cuerpo aferrado

El alma forrada de plumas y de cometas transparentes

Cuando el pedestal de la lengua imita al mar

Y un pájaro vuela entre las orillas de la memoria

 

Porque hay un niño que ha perdido la memoria

Un océano de niños para un niño

Una montaña de pájaros para un pájaro

Un río de lágrimas para una lágrima

Un cielo de estrellas para una estrella

 

En cada hora del día cae un huevo diferente

Caen un huevo de luz y una luz de huevo

Un huevo blanco

Un huevo azul

Un huevo verde

Un huevo rojo

Un huevo alegre

Un huevo triste

Un huevo negro

Un huevo huevo

Caen uno a uno del arcoíris que se sacude

Del arcoíris cocoricó a cada quiquiriquí

 

Y los huevos gritan como flores

Y lloran como flores

Cuando alguien pisa los pies de las flores

Los huevos florecen

Las flores se empollaron

Al calor de las miradas atentas

 

Un huevo se quiebra y he ahí el sol

El sol para siempre con sus calorías y sus diamantes

¿Cuál es tu luz y cuál debiera ser?

Qué hermoso paisaje

Este paisaje que tiene pelos en el pecho

Mi cabeza rueda con las ruedas de sus orejas

Hasta el fondo de las edades

Ella se torna de oro en la edad de oro

De hierro en la edad de hierro

De piedra en la edad de piedra

Y la lanzan al infinito con una honda

Qué hermoso paisaje

 

El infinito sale de su huevo y pone otro huevo

Y después otro huevo

Y más lejos otro huevo

Una procesión de huevos

Un camino de huevos

Vías lácteas de huevos

 

Esto es hermoso como una naranja que abre sus puertas

Como una mariposa que se vuelve satélite

 

Había un huevo de pie al borde del mar

Un huevo escuchando los rumores del mar

Un huevo que tenía adentro el mar y el rumor del mar

Y que quería volver al vientre de su arcoíris

O jugar con un millón de huevos cantantes en las esferas silenciosas

 

Hemos visto un huevo de aire como un aire de olvido

Como un ojo de aire

Como una corriente de aire en un aire corriente

Un huevo bailando sobre la tempestad

Entre los hoyos deslizantes de los naufragios

Entonces todas las mejillas se pusieron pálidas

Hubo un temblor de cielo

Todos los huevos se rompieron

Y todos los ojos se cerraron

 

 

 

 -De Ver y palpar (1941)

 

Vicente Huidobro (Chile, 1893 – 1948). Poeta, narrador, dramaturgo, guionista cinematográfico, candidato a la presidencia de la república, padre del Crea ... LEER MÁS DEL AUTOR