El espejo de agua y otros poemas
Arte poética
Que el verso sea como una llave
que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
cuanto miren los ojos, creado sea,
y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
el adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
como recuerdo, en los museos;
mas no por eso tenemos menos fuerza;
el vigor verdadero
reside en la cabeza.
¿Por qué cantáis la rosa, oh, poetas?
¡Hacedla florecer en el poema!
Sólo para vosotros
viven todas las cosas bajo el sol.
El poeta es un pequeño Dios.
El espejo de agua
Mi espejo, corriente por las noches,
Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.
Es un estanque verde en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.
Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis ensueños se alejan como barcos.
De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.
El hombre triste
Lloran voces sobre mi corazón…
No más pensar en nada.
Despierta el recuerdo y el dolor,
Tened cuidado con las puertas mal cerradas.
Las cosas se fatigan.
En la alcoba,
Detrás de la ventana donde el jardín se muere,
Las hojas lloran.
En la chimenea languidece el mundo.
Todo está oscuro,
Nada vive,
Tan sólo en el Ocaso
Brillan los ojos del gato.
Sobre la ruta se alejaba un hombre.
El horizonte habla,
Detrás todo agonizaba.
La madre que murió sin decir nada,
Trabaja en mi garganta.
Tu figura se ilumina al fuego
Y algo quiere salir.
El chorro de agua en el jardín.
Alguien tose en la otra pieza,
Una voz vieja.
¡Cuán lejos!
Un poco de muerte tiembla en los rincones.
El hombre alegre
No lloverá más,
Pero algunas lágrimas
Brillan aún en tus cabellos.
Un hombre salta en el sol.
Sus ojos llenos del polvo de todos los caminos
Y su canción no brota de sus labios.
El día se rompe contra los vidrios
Y las angustias se desvanecen.
El universo
Es más claro que mi espejo.
El vuelo de los pájaros y el gritar de los niños
Es del mismo color,
Verde.
Sobre los árboles,
Más altos que el cielo,
Se oyen campanas al vuelo.
Otoño
Guardo en mis ojos
El calor de tus lágrimas…
Las últimas,
Ya no llorarás más.
Por los caminos
Viene el otoño
Arrancando todas las hojas.
¡Oh qué cansancio!
Una lluvia de alas
Cubre la tierra.