Tania Hernández Cervantes

Desde mi umbral

 

 

 

 

 

 

Interior

 

En esta playa a oscuras

veo una hoguera más allá,

mar adentro

devorada por la fauce de una ola

 

Esa furia marina que escuchas,

es el fuego que resiste,

cada vez que la ola revienta

procura encenderse de nuevo

al pie de la playa

 

El siseo de la espuma sobre la arena

es el fuego que va quemando el leño

 

Hay un incendio interior,

un fuego en busca de su hogar, su hoguera,

un mar embravecido,

un mar en brasas ido

 

 

 

 

 

Despertar

 

Despierto en la casa de mi infancia

con un aire a cigarra

verde es

tiempo de pájaros sedientos

cantan

los grillos por la mañana

el sol

sobre mi ombligo respira

su verano

 

 

 

 

 

La pantera

 

En mi selva está suelta una pantera

 

Yo descanso bajo el árbol de mis deseos

sobre una cama de hojas

mojadas por la lluvia

 

En silencio observo y escucho pasos

de bestias grandes y pequeñas

ir y venir

mientras acaricio la fronda de mi cabeza

pero la pantera, esa bestia negra

trepa sigilosa más y más arriba del árbol de mis deseos

cuida sus pasos a lo largo de las ramas

Está llegando muy alto

 

Presiento que caerá sobre una nube de agua

 

 

 

 

 

Sin título

 

Piernas son alas,

tu lengua en mi centro

en mi jardín acuático

mariposa en vuelo

 

 

 

 

 

Desde mi umbral

 

Qué lejos, cuántos siglos de distancia entre la mítica Penélope y yo

Más que el tiempo, nos separa mi necesidad de presente

Que día a día satisfago

 

No estoy hecha para esperar

Retornos

Reapariciones

Encuentros remotos

 

Yo estoy

Yo vivo

Mientras los aspirantes a Ulises

Vienen y van

Yo ando y descubro perlas y corales

Me baño en perfumes fenicios

Reino con la ley y con el tiempo

Vivo de mis sensaciones

Los Ulises me encontrarán como a un río

nunca dos veces el mismo

 

Yo no espero

sucedo en la corriente

 

 

 

 

 

Quiero vivir

                                   

Para Maricela Escobedo y s su hija Rubí Frayre,
asesinada en 2008 en Ciudad Juárez

 

Sólo quiero vivir

los días que pasa algo en mí o en lo que miro

Por eso abro los ojos, ahí donde suceden

Las cosas que una debe ver y sentir como se siente

la fuerza de una mano, los brazos

en movimiento, y no olvidar

a la mujer en busca de una piedra de rubí

 

*

 

Rubí murió

muchas veces,

era como el gato pero no

de 7 vidas, sino de 7

muertes:

 

1ª  La muerte

en manos del hombre que la despedazó

2ª  La muerte

judicial, los jueces

liberaron su asesino

3ª  La infancia

en ruinas

de la hija de Rubí

4ª  La muerte

social: los noticieros

optaron por un escándalo nuevo ¡Cuántos

buenos escándalos!

5ª  La indiferencia:

de familias enteras mirando un mal partido

de futbol

6ª  El asesinato

de la madre de Rubí

por el hombre liberado

7ª  La amenaza

que recorre las paredes

del vientre de todas mis hermanas

 

*

 

7 formas de abrir paso al horror

El 7 recostado que hace escuadra,

jala del gatillo

y dispara al centro

del rubí

 

*

 

Allá afuera pasan cosas…

 

*

 

Sólo quiero vivir

los días en que pueda

andar por la calle, y ver

que nadie pierde

el ojo con que mira

el brazo con que carga

al hijo y a la hija

 

Quiero que me pasen

cosas, ¡sí!

Y vivir y recordarlo

sin muertas

alrededor

 

 

 

 

 

La silla vacía

 

Y en conclusión, señores, el poema
No nace del esfuerzo de hablar solo,
Es la necesidad de estarle hablando
A una silla vacía.
Luis García Montero

 

Hablo a una silla vacía

desocupada por el amor

la madre lejana

la hija en otra casa

y aquel país del norte y el otro del sur

 

Hablarle y sentar en ella

al amor perfecto

al final sin líos

a la humanidad sin metrallas

ni  piedras ni espadas espadas ni lanzas

 

Ocupar la silla

como la ocupa un conversador

un domingo por la tarde

en la terraza del silencio

 

Ocupar la silla

con el cuerpo de la imaginación de piernas largas

melena roja de amaneceres

pecho de colinas hundidas en el mar

desangrado en los ríos

arterias de antiguas ciudades

donde vivimos hoy

 

Sentar en la silla unos ojos

aguamarina, y preguntar

¿cuántas veces amaste? ¿cuántas veces

fuiste voluntariamente a sacarte el corazón

por un dios, venido a humano?

 

Tania Hernández Cervantes Se ha desempeñado como gestora cultural en México y Canadá.  Actualmente colabora en el Espacio Cultural San Lázaro de la Cámara de Di ... LEER MÁS DEL AUTOR