Desde mi umbral
Interior
En esta playa a oscuras
veo una hoguera más allá,
mar adentro
devorada por la fauce de una ola
Esa furia marina que escuchas,
es el fuego que resiste,
cada vez que la ola revienta
procura encenderse de nuevo
al pie de la playa
El siseo de la espuma sobre la arena
es el fuego que va quemando el leño
Hay un incendio interior,
un fuego en busca de su hogar, su hoguera,
un mar embravecido,
un mar en brasas ido
Despertar
Despierto en la casa de mi infancia
con un aire a cigarra
verde es
tiempo de pájaros sedientos
cantan
los grillos por la mañana
el sol
sobre mi ombligo respira
su verano
La pantera
En mi selva está suelta una pantera
Yo descanso bajo el árbol de mis deseos
sobre una cama de hojas
mojadas por la lluvia
En silencio observo y escucho pasos
de bestias grandes y pequeñas
ir y venir
mientras acaricio la fronda de mi cabeza
pero la pantera, esa bestia negra
trepa sigilosa más y más arriba del árbol de mis deseos
cuida sus pasos a lo largo de las ramas
Está llegando muy alto
Presiento que caerá sobre una nube de agua
Sin título
Piernas son alas,
tu lengua en mi centro
en mi jardín acuático
mariposa en vuelo
Desde mi umbral
Qué lejos, cuántos siglos de distancia entre la mítica Penélope y yo
Más que el tiempo, nos separa mi necesidad de presente
Que día a día satisfago
No estoy hecha para esperar
Retornos
Reapariciones
Encuentros remotos
Yo estoy
Yo vivo
Mientras los aspirantes a Ulises
Vienen y van
Yo ando y descubro perlas y corales
Me baño en perfumes fenicios
Reino con la ley y con el tiempo
Vivo de mis sensaciones
Los Ulises me encontrarán como a un río
nunca dos veces el mismo
Yo no espero
sucedo en la corriente
Quiero vivir
Para Maricela Escobedo y s su hija Rubí Frayre,
asesinada en 2008 en Ciudad Juárez
Sólo quiero vivir
los días que pasa algo en mí o en lo que miro
Por eso abro los ojos, ahí donde suceden
Las cosas que una debe ver y sentir como se siente
la fuerza de una mano, los brazos
en movimiento, y no olvidar
a la mujer en busca de una piedra de rubí
*
Rubí murió
muchas veces,
era como el gato pero no
de 7 vidas, sino de 7
muertes:
1ª La muerte
en manos del hombre que la despedazó
2ª La muerte
judicial, los jueces
liberaron su asesino
3ª La infancia
en ruinas
de la hija de Rubí
4ª La muerte
social: los noticieros
optaron por un escándalo nuevo ¡Cuántos
buenos escándalos!
5ª La indiferencia:
de familias enteras mirando un mal partido
de futbol
6ª El asesinato
de la madre de Rubí
por el hombre liberado
7ª La amenaza
que recorre las paredes
del vientre de todas mis hermanas
*
7 formas de abrir paso al horror
El 7 recostado que hace escuadra,
jala del gatillo
y dispara al centro
del rubí
*
Allá afuera pasan cosas…
*
Sólo quiero vivir
los días en que pueda
andar por la calle, y ver
que nadie pierde
el ojo con que mira
el brazo con que carga
al hijo y a la hija
Quiero que me pasen
cosas, ¡sí!
Y vivir y recordarlo
sin muertas
alrededor
La silla vacía
Y en conclusión, señores, el poema
No nace del esfuerzo de hablar solo,
Es la necesidad de estarle hablando
A una silla vacía.
Luis García Montero
Hablo a una silla vacía
desocupada por el amor
la madre lejana
la hija en otra casa
y aquel país del norte y el otro del sur
Hablarle y sentar en ella
al amor perfecto
al final sin líos
a la humanidad sin metrallas
ni piedras ni espadas espadas ni lanzas
Ocupar la silla
como la ocupa un conversador
un domingo por la tarde
en la terraza del silencio
Ocupar la silla
con el cuerpo de la imaginación de piernas largas
melena roja de amaneceres
pecho de colinas hundidas en el mar
desangrado en los ríos
arterias de antiguas ciudades
donde vivimos hoy
Sentar en la silla unos ojos
aguamarina, y preguntar
¿cuántas veces amaste? ¿cuántas veces
fuiste voluntariamente a sacarte el corazón
por un dios, venido a humano?