Desvelo y otros poemas
Nueva poesía italiana
Sección al cuidado de Cinzia Marulli
Traducida al español por Stefania di Leo
La Trilogía de cuadernos de Sonia Caporossi, estrenada a lo largo de dos años, resume tres elaboraciones reales del duelo: el duelo amoroso como final ejemplar de una historia de amor; la pérdida de la figura materna como arquetipo de la afectividad primaria que genera posteriores perturbaciones del alma; el duelo por la necesidad de abandonar las máscaras autoindulgentes ante la dificultad de vivir en una condición de hipersensibilidad a los cambios de la existencia, preludio del reconocimiento de sí mismo y de la aceptación de la propia identidad problemática y compleja. La forma triádica evoca el proceso dialéctico de la evolución, a través del cual colocarse como un individuo existencialmente imperfecto se negativiza primero en las figuras del Otro de las que surgen las inseguridades y los miedos y luego se condensa y encuentra su síntesis, como en una suerte de Bildungsroman en versos. a través del cual se cruzan los tres reinos más que terrenales de una condición humana ultracontemporánea dramáticamente escindida y dolorosa. No es casual, en este sentido, que los cuadernos estén escritos mayoritariamente en tercera persona, con inserciones directas de discurso, para asegurar la autoidentificación metanarrativa del lector de turno.
de Taccuino dell’urlo – Cuaderno del grito (Ediciones Marco Saya 2020)
φ.
“mándame una señal de falta de comprension
eludirme en mi sueño
de una razón que no encuentra sentido
congélame, entiéndeme, llévame
ama la piel de naranja amarga que me rodea
toca mi ovalo, imperfecta desnudez
implícame, déjame ir, vuélveme
con el timón del miedo de los miedos demasiado vacíos
relaja las cuerdas de mi cuello de tensión
que no saben duplicar el adn de la alienación
suena el color
de un fonema demasiado seco
repetir las promesas de romper
solo porque eres tan frágil como el cristal
nubla mis certezas, tú sabes que no puedes saberlo
ten piedad y potencia
que hay tiempo para querer
siempre hay tiempo para decir aun
cuando el futuro está malnacido y teñido
como la luz que cubre las desgracias
como la absenta que empapa el pericardio
y entonces nunca puedes beber mientras conduces
si no va a cumplir
a esta tormenta
ata mis zapatos
por una ingenuidad descalza
recuerda los vacíos de memoria
de lo que te quejaste durante el impressum
vuelve a donde fuiste
y vuelve de donde te crearon
no hay escapatoria para la ofensa
y no hay costra en mi piel
así que tócame, ámame, tiéntame
inciénsame intacto e impuro
solo quiero sentir el escaso oropel de tu olor
solo quiero atrapar la roca pelada
de mi absurdo deseo
no hay luz
no hay olor
no hay amor que aguante
Solo quiero adormecer estas ganas de querer
solo quiero
siempre y solo
dar la vuelta al otro lado
y luego, cansada de cansarme
olvidar.»
del Taccuino della madre – Cuaderno de la madre (Ed. Progetto Cultura 2021)
desvelo
duermo en el catre entre las paredes blancas
mi madre se muere sola conmigo
cortes transversales en cortezas de bambú
por las suaves venas de la carne
la sápida cirugía de la herida infectada
lechosa inflama las cuevas de mi corazón
se esparce como la sangre sobre el manto blanco
como esperanzas vacías, atravesadas en la ausencia
las luces brotan en el cielo infrarrojo
invaden el horizonte en el aceite lunar de un llanto
estoy aterrorizado impotente por este silencio absorto
no tolero la vista del corte antiestético al lado
anulo las certezas con que se nos inculca el coraje
en un fluir prolapso de pus y falsedad
“Te amo, mamá, te amo, es verdad…”
pero ella ya no me escucha, ya no esta conmigo
por esto ahora se bien que volver a empezar
a veces tenemos que usar la siniestra palabra fin
La tumba
frente a la tumba
una flor de tela
suciedad incrusta
en la lámpara desteñida
silencio que hace
correspondencia
inmóvil espera
de un tiempo tonto
un tranquilo desvanecimiento
entre los humos del sentido
si se excluye el sentido
reflejo
narciso está atascado
en ese marco
entre el mármol veteado
que esconde el botín
permanece el ahorcado
que ambiguo nos mira
otro tarot para
leer en la oscuridad
y a este bagato
buscando respuestas
solo hace eco
el enésimo arcano.
de Taccuino della cura – Cuaderno de los cuidados (Terra d’Ulivi ediciones 2021)
∞
nosotros {poetas]
veraneantes de las opiniones
nos cuesta reconocernos en la calle
derramamos versos cansados sobre la mesa puesta
de nuestra vilipendiada {humanidad}
mientras
feroz encrucijada de pensamientos opuestos
chocan y se encuentran en las páginas interiores
con el {cuaderno} destapado en el fregadero
como ahora mientras ella se mira en el espejo,
respira, se hace preguntas sobre si y escribe
XX
es un frío invierno, solo que no hay nieve
que pueda calentar el {corazón} en blanco
se desvanece el recuerdo de aquel templado verano
en el que caminábamos uno al lado del otro
decirnos el bien mutuo que desafió
apenas se toleran:
caminábamos en medio de las montañas, y mientras tanto
la arruinó dentro de esta {pena}
es un frío invierno ahora, aquí bajo la lluvia
incluso lógicamente replantea ese déficit
tratando en vano de cambiar de forma
actuar un papel de madurez
y en la primavera encontrado a veces
en los días de tranquilidad y de sonrisa
todavía no crecía en el borde de la cara
la arruga de la ira malvada
que inmensa en la memoria lo domina
“Es un frío invierno, simplemente no estás allí
para refrescar todavía el corazón cansado
el recuerdo de aquellos años se desvanece, y nosotros
sin otro bien que el {rencor}
sin perdón, que ahora se rechaza
cruzamos la distancia a solas
vivimos en silencio esta temporada {muda}»