Nada sucede dos veces
Su Alter Mundus
Por Javier Alvarado
Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.
Wislawa Szymborska
Nada sucede dos veces, nos dice la gran poeta polaca Wislawa Szymborska. Podrá haber momentos similares, lecturas similares, escrituras emparentadas, propensiones, sueños y esperanzas compartidas, pero el mundo para cada uno es distinto, extrañamente dividido. Hace algún tiempo me llegó la noticia de que el Premio Paralelo Cero había recaído en un jovencísimo poeta de Costa Rica. Hay algo que hay que signar primeramente y es el hecho de que entre las nuevas generaciones de este país centroamericano, hay valores dignos de mención y de elogio para sus carreras. He tenido por dicha, de escribir sobre Lupercalia de Ignacio Aru y ahora lo hago sobre Sean Salas y su libro Alter Mundus, premiado en un país de volcanes en el sur, como lo es el suyo en la cintura de América.
Un artículo publicado el 2 de septiembre de 2012, escrito por Guillermo Fernández, titulado El antilirismo costarricense, hace hincapié en ciertos sesgos presentes en la poesía de aquel período y que se pueden encontrar en algunos de los nuevos creadores:
“como conviene a una antipoesía que deriva en mayor o menor grado de los postulados de Nicanor Parra–. En los poemas de esos autores identificamos lo siguiente:
-Desencanto por las acciones de la política.
-Desacralización de los emblemas religiosos y sobre todo culturales.
-La bohemia como valor.
-Vigencia del malditismo, pero como pose vital, sin entrar en filosofías.
-El método periodístico como forma de escribir.
-Empleo de lenguaje coloquial y desenfadado.”
Algunas características pueden compartirse, mientras que otras no. Podemos hallar instancias que son propias, como el caudal metafórico del mencionado Aru y la contraposición de sentidos y realidades, aparentemente condensadas, de Salas.
En Alter Mundus, las citas introductorias; la de Alfred Kubin, habla de un mundo imaginario, la de Jorge Boccanera “de buscar un mundo, otro”; la de Álvaro de Campos “de aquello que se desdobla en él y que al final es la misma cosa, sólo variada con copias iguales” que nos preparan para un viaje personal e intercultural donde se engrosan los textos en un grito unitivo, unipersonal que a la vez se sustenta en los otros. Sean Salas ofrece una poesía claroscura con el matiz del “lado cómico de las tragedias”:
Al fin reconciliado con la sombra,
Entendiendo el lado cómico de las tragedias,
Con la vista acostumbrada la oscuridad
Para mirar dentro de mí mismo
Y de pronto amanece.
Rembrandt fue un gran maestro del claroscuro y jugaba con los tonos para mostrarnos una realidad, supuestamente cotidiana, donde se ese juego de luces y de sombras podrían amalgamar diversas emociones, sensaciones y matices. En esa atmósfera, como un creador, que ante una antorcha juega a hacer siluetas con las manos y los dedos, surgen dualidades que se impregnan de cierto malditismo. Un poeta que dentro de su literatura provoca, huye de convenciones sociales y se manifiesta humanamente pagano:
Los placeres del cuerpo por los que vale la pena
Que el alma no sea recibida en ningún cielo
Podemos pensar que estamos ante la celebración de lo terrestre; de lo sexual, de lo amatorio sin barreras, sin contingencias:
Por primera vez en mucho tiempo
Se abrió mi corazón con un chirrido
Igual al oxidado portón de la casa abandonada.
¿qué haces tú en un poema como este?
El creador o el lector puede leer en estos versos sus pequeños infiernos. Nuevamente una referencia pictórica: el jardín de las delicias y los castigos y las referencias simbólicas que vuelven a sobrecogernos. Alejandra Pizarnik y Silvia Plath y el cura que se niega a dar sepultura a los suicidas:
Ante lo que es mejor no conocer
Les protege la cara con la mano
Pero los deja mirar entre dedos.
Las imágenes se van plasmando y condensando en las pupilas de las autoras besadas por la muerte, de las pitonisas y gitanas que invocan al destino o de aquellas que mueven los hilos y los cortan a su antojo:
Los herejes brindamos en honor
A uno de los nombres de Dios.
Leemos poemas con un telescopio astronómico
Y nos infiltramos en abadías
Con la esperanza de sembrar ideas
En las cabezas mal afeitadas de los monjes:
No temer a la risa que mata el miedo
Y no quemar a las mujeres ni a los libros
Que podrían ayudarnos
Con nuestro regreso al jardín de las Delicias.
Hay un tratamiento y observación de la infancia, con otra perspectiva, ya alejada de la inocencia y de la fantasía:
Me acuerdo de los consejos que no comprendí a tiempo.
Me acuerdo de los villanos de mi infancia que ahora son mis héroes.
Por otro lado, se atreve con los escarceos de crítico literario; a ser agudo con la realidad o parafernalia que suele darse en círculos, en redes sociales o en historias no autorizadas de la literatura:
Mejor poeta de la generación
Escuchaba emocionado los aplausos
Hasta que cayó sobre su cabeza el reflector
Cuya luz lo convirtió en el centro de atención.
Un poeta joven grita a sus mundos circundantes, al que es y al que fue, al que es y al que será:
Los tiranos siempre lo han sabido;
Para apoderarse de una vida
La mejor carnada es la eternidad.
Leyendo y releyendo este libro no dejo de pensar en el fallecido Billy Sáenz Patterson, con sus inseparables tirantes y con su vozarrón recitando sus poemas llenos de un exuberante malditismo y de metáforas asombrosas. Seguramente él hubiese celebrado la aparición de este libro con sus antípodas, con su oxímoron y no quisiera imaginar esta otra nueva y ronca voz en un recital que ya no tendremos en vivo, quizás con la tecnología sí y que se suma a la tradición de su país; como un relevo de gran valor y que es valiente de manejarse en esas honduras donde las sombras y las noches hacen inaugurar también las flamas en las antorchas. Hay que respetar la decisión de autores que buscan la luz y viven en la luz, los que iluminan su obra para oscurecer sus existencias y los que anochecen su obra para vivir en la claridad.
Como él nos dice:
Vale la pena aprender las reglas de la vida rompiéndolas.
…
No vale la pena pedir más luz mientras se agoniza.
…
Vale la pena contradecirse.
Esto sólo Sean Salas sabrá respondérnoslo. Vale la pena leerlo. Vale la pena celebrar su premio, sus lecturas, su callado trabajo. Su rebelión con el silencio. Su Alter Mundus con William Buttler Yeats, Dante, Luis Alberto de Cuenca, Gabriela, Boccanera, Robert Eggers, Ítalo Calvino, Mauricio Molina Delgado, Edward Gorey, Helena Bonham Carter, Giovanni Papini, Maynar James Keenan, Charles Simic, Philip Mainlander, Baran bo Odar y Janje Friese y otros más, como sus lectores, que estaremos aguardando, como un diente de león antes de volar.
2022
Poemas de Sean Salas
LEYENDO A LAFCADIO HEARN
De nuevo el mismo sueño:
asciendo la montaña de cráneos
que me pertenecieron en vidas pasadas
y justo cuando llego a la cima
despierto pateando
dentro del vientre materno.
PSICOANÁLISIS A PIZARNIK
El tiempo empeoró la herida
como quien intentando borrar
acaba rompiendo el papel.
Ahora la poesía se niega a volarle la tapa de los sesos
como el cura le niega la santa sepultura a los suicidas
y su sombra estorba como el cenicero
del hombre que ya no fuma.
El amor volvió a casa demasiado tarde.
Ya no funciona tapar los espejos,
los símbolos en el marco de la puerta
ya no impiden la entrada al macho cabrío
sediento de que lo amamanten con tinta.
Un sueño hermoso hace sonreír
a la que finge estar muerta,
una araña entra en su boca abierta
mientras ella sueña que no es ella.
EL HOMBRE DE LA MULTITUD
En la calle casi nadie se percata
si es perseguido por alguien.
A mí me gustaría ser el dios Jano
con un rostro adicional para mirar hacia atrás
hasta el más distante pasado.
Quise asustar al gato callejero
que siempre me sigue hasta mi casa
con la esperanza de ser adoptado,
pero al girarme solo vi a un bebé
gateando sobre mis huellas.
Caminar a diario la misma ruta
me convirtió en presa fácil
para los enemigos habituales de la Soledad;
mi fiel amiga desde que la Locura
me rompió el corazón abandonándome
como a cualquier amante de una sola noche.
¿A dónde se fue el chico con el cartel
que dice el final está cerca?
Hoy por fin veo acabado el asilo para ancianos
que empezaron a construir cuando yo era niño.
En el periódico que el viento trajo a mis pies
leí el obituario de una de mis personalidades.
Debe ser un mal presagio ser ignorado
por el mendigo que solía decirme:
“Por favor regáleme el tiempo que le sobra”.
EDUCACIÓN ESPARTANA
Esparta era una ciudad guerrera
sin lugar para los débiles.
Los recién nacidos eran examinados
para confirmar que estaban sanos.
Los enfermos o deformes eran abandonados
en la fosa de pequeños esqueletos
al pie del Monte Taigeto.
Todo por mantener la fuerza del ejército
y el respeto hacia la comunidad espartana.
Cuando escribo me imagino en la antigua Grecia:
el poema debe ser capaz de defenderse por sí mismo
como cuando Heracles mató a las serpientes en la cuna
con sus fuertes manos de bebé.
YETI
Yeti, tus parientes los osos pueden contarte
de lo que son capaces los humanos
cuando quieren domar algo que deja huellas
más grandes que las suyas.
Yeti, te ofrecerán un zoológico con toda la nieve que desees,
harán abrigos y alfombras con tu piel.
No des pruebas de tu existencia
cediendo tu esqueleto a los museos:
los tiranos siempre lo han sabido;
para apoderarse de una vida
la mejor carnada es la eternidad.
EL HOMBRE QUE RÍE
Cuando su gran corazón pare de llorar
su feo rostro dejará de reír.
Siempre es el favorito para ganar
los concursos de belleza en la perrera.
Cuando está aburrido y le sobra tiempo
le perdona la vida al tiempo.
Ni siquiera guarda rencor al circo
que lo compró de niño por pocas monedas.
El hombre que ríe
solo desea que noten su tristeza.
El público se emociona con la mujer barbuda,
aplauden al baile del hombre sin piernas
y esperan con ansias el canto de la siamesa,
¿por qué no quieren notar ese dolor
tan grande como la sonrisa?
El hombre que ríe
descubrió el valor de la soledad
como quien descubre que es mago
rodeado de personas incapaces de hacer magia.
–Alter mundus resultó ganadora del Premio de Poesía Paralelo Cero, 2021.