Disparo y otros poemas
Ventana
Esa ventana
cuando está abierta
deja entrar una ventisca
que custodia el miedo
Esa ventana
cuando está cerrada
deja ver a través de una transparencia
que se revela sin dejarme ciega
Esa ventana
si tan solo pudiera ser
no solo un hueco
ni un muro cercenado
sino una puerta
que abriera ancha la libertad
Mucho mejor sería, aún
no tener ventana, ni puerta
ni miedo.
Disparo
La primera bala la dirigiste al cuerpo
por los ojos
sin cálculo y con prisa
atravesó el espacio
susurrando en mi oreja cosas
tan repetidas
que no puse atención
La segunda bala la dirigiste al cielo
con los ojos cerrados
sin atinar pero sabiendo
que ahí habitan los pájaros
y una nube
podría resultar herida
La tercera fue aquella bala
que dejaste en el cilindro
a ojos abiertos
esa que no disparaste por no hacer daño
y que al mover el arma de sitio
se impactó contra tu sien
Yo quería y tú no,
jugar
a la ruleta rusa.
Lo sé
Hay un pájaro sin nombre
que nadie escucha,
lo sé porque cuando despierto
me mira
y va tirando una a una las ramitas
con las que deconstruye su nido
Hay una vereda de hormigas
que nadie ha andado,
lo sé porque existen muy pocos
que gustan caminar descalzos
para albergar tierra y cicatrices.
Soy un derrumbe sin pausa
y aun así
en el camino
la piedra me sostiene.
Antes de que me toques
Tócame, uno, dos, tres: sigue tocando
surca, delinea, hazme crecer
monta, multiplícame como pan
dilúyeme, conviérteme en vino
deshilvana, teje, toca
vuelve a tocar hasta que te abra
la puerta, los brazos, las piernas
viértete, lávame, hagamos comunión
de estos cuerpos ácimos
entra y tócame
en infinito compás: uno, dos, tres
como único instrumento.
Instantes (con precisión y redundancia)
Y en el preciso instante que nace la duda
nace también una certeza
de esas que hereda el tiempo con desinterés
entonces por instancia me pongo a unir los poros de la piel
como los diagramas numerados que se hilvanan con tinta
para que aparezca algo,
y aparece mi figura de cuerpo entero
me tiendo, me hago carpa, te doy sombra
y entonces
en el instante que entras me trasluces.
Y allá en el parque
en el preciso instante que un niño juega a las canicas
yo subo al bimbalete donde los latidos alcanzan su algidez
y en el lugar que dejas caer la caricia
la tomo como pañuelo para guardarla en el bolsillo
por si acaso.
Y en ese preciso instante que falta
sal en la mesa provoco a la mañana
para desayunar palabras dulces con leche
y horneo recuerdos que satisfacen al cuerpo de bondades.
Y me detengo, precisamente un instante
para comprobar que también es preciso
dejar morir las flores en el jarrón
sin remordimiento
a veces se necesita dejar crecer el preciso instante
para que alcance estatura.
Y es preciso, y abrupto, y necesario también
el tiempo donde se comprende
que es la misma tierra con la que se juega a los pasteles de lodo
que está bajo las uñas y sobre los muertos.
Y llega el día que por un instante
no sé cómo
se confunde la Vía Láctea con los quarks
las palabras con el barullo
el celular con un rostro
y cambias los ojos por pantallas multicolor.
Y en ese preciso instante que nace otra duda
nace también la certeza que siembra el sabor
que deja un beso recién robado
que asegura
que si el tiempo se pierde
también hay manera de encontrarlo.
Otoño
Me deshojo
quedo ciega de tacto
con las manos huérfanas
mientras hojas y ojos
se recrean.
Ojo a hoja
caigo sin pudor,
me desnudo
como hace cualquier árbol
en otoño.
Me deshojo
labio a labio
sobre un tronco
mudo de trinos.
Nunca y siempre
Yo nunca y yo siempre
Nací mujer y no hombre
(como mi padre quería)
mi nombre se ahogó
en el naufragio de una esperanza
y dio inicio a la tormenta
Yo siempre
Impulsiva e irreverente:
Niña baja la voz
Niña no toques a la gente
Niña pide perdón
Niña no ves que molestas
Y la niña en protesta se pinta la cara
para ser otra que no juega con muñecas:
Bájate del árbol
No camines por las bardas
No seas confianzuda
Deja de decir bobadas
Y yo devorando colores
Y yo viendo cada detalle
como si todo fuera mi familia.
Y no paro de atraer miradas
de cualquier cosa
en cualquier cosa
por cualquier cosa:
No seas metiche
No andes descalza
Siéntate bien
Cierra las piernas
Yo siempre haciendo
Yo nunca quieta
Descubriendo debajo
de todas las curiosidades
Indagando arriba
de todos los comentarios:
¿Por qué hablas tanto?
No uses falda tan corta
Abróchate el botón
No beses en la boca
Yo siempre bajo advertencia
Yo nunca en reconocimiento
así debe ser
mirada a rastras
boca cerrada
pensamiento limitado
en búsqueda de imposibles:
¿Y tú porqué?
¿Y tú cómo?
¿No te da vergüenza?
¿Siempre eres así?
Yo nunca delicada
Yo siempre provocando
Viendo el dedo acusador
que señala en una sola dirección
el dedo que advierte
que hay que bañarse de falsa pureza
que hay que comprar
una doble moral:
No dudes
No contradigas
No debatas
No trasgredas
Reglas de sangre
imponiéndose en mi sexo
Yo siempre y yo nunca
pero siempre
o nunca
una, solo una, una sola
mujer, más de una
sobreviviendo
en la violencia discreta
de los siempres
y los nuncas.