Hotel Dinosaurios
Palabras de este mundo
Nueva poesía argentina
Selección y edición: Marisa Martínez Pérsico
Caldo
Este caldo es.
No hay otra cosa.
Este caldo
así, esta receta, este aroma, estas proporciones
algo picantes por momentos
-ése es el costo del calor
que se anida, egoísta,
en el pecho- y hace latir
a buen ritmo-
en popa-
Camino por la calle siempre iluminada
por el sol o las luces del mundo humano
-calesita venida a menos-
y en mi interior siempre estoy llorando
o peleando o extrañando a alguien
alejándome de este entorno
que consumo como todos a mi alrededor
aquí en la misma fiesta
alegres y rasposos como yo
asistiendo a las breves mejoras
o al vencimiento inclaudicable
de todo, todo, sin remisión,
apenas contenido por
esta dura placenta
en la que cada cual da su pelea
y su mejor cara de niñe
al juguete del mundo y su civilizada
alienación
En este caldo te veo
ahí morís mil veces
y algo empieza a nacer
se cría solo
como la alegría
no se cultiva
apenas lo pruebo, lo reconozco
claro, calórico, palpitante
papada suave y calurosa
donde escondo la cara
y que acaricio con devoción
Ah qué plancton luminoso…
No hay tenaza que me apriete “eso”
solo esta humedad se produce
fábrica de viento y lagos
microscópicos halos
del hábito
Detrás de esta grasa
el pasado vive con vos, futuro
no hay futuro que lo pueda quebrar
hilo luminoso de oro
sos mi tesoro,
persiste
Hotel Dinosaurios
Mancha y su palacio de cortezas, mariposas y pájaros,
agua de pileta, de charco y de río, camino de piedra hermosa
y salud de bichitos microscópicos que un bicho feo caza
en un lugar preciso del aire sosteniéndose vertical como una fractura del espacio,
mariposas blancas y vibrantes como niñas que recién han tomado la primera comunión,
viento caprichoso de veinte climas un mismo día
y rocas sin número que extienden este palacio natural a través de las fronteras del tiempo
todos los días el sol descascara la plata y la perla de las piedras, sulfatos ferrosos en la
lengua del río que amplifica el efecto del sol y del viento.
De vez en cuando, pero todos los días, la lluvia pixela cada punto de ese plano
de definición futura.
El cielo y las nubes imitan a las piedras, monumentales triásicas con sus millones
de colores y años.
Veo el tiempo y sus climas, sus discontinuidades, graves como caprichos, sarcasmos,
comedietas.
Los años componen este espacio. Los insectos todos pueblan este mundo.
Hay demasiado mundo. Nuestros hijos podrán saberlo.
Vocación
No hay amor como éste
todo en mi vida me llevó a este momento
Animal instinct y todo Cranberries suena
en mi cabeza Dolores
canta siempre
mi padre ha muerto
hace menos de un mes
escribo hoy en su computadora
su legado me sienta
como siempre
pero hoy sin él
mi hija lucha en el patio
con los perros y con las vocaciones
ser como mamá
ser como papá
ser simplemente
otras hijas también buscan
yo buscaba
todo me ha traído hasta aquí
el amor me sienta aquí hoy
la lucha en mi cabeza por entender
esto
soy libre
mis ataduras no me atan
yo misma me he atado
a este lugar
a esta piedra
a este amor
cada mañana
lo que tengo es esto
el poder es mío
Arte Poética
Receta para un apetitoso “Petit Poème” a la Perfección.
1.Lleve su lenguaje (o al menos un buen pedacillo) hasta un punto de máxima formalidad y cortesía, señora.
2.Tome un mortero o, en su defecto, un picahielos (si es posible con mango de incrustaciones en rubí y/o esmeraldas y topacios) y con él estrelle, de manera irregular, su lenguaje hasta que parezca un glaciar refractario o la corona antigua de algún emperifollado rey.
Algunas palabras de este mundo
Quiere esta antología, junto con difundir las voces de treinta poetas argentinos nacidos entre 1970 y principios del siglo XXI, ser, con su eco preliminar de Árbol de Diana (1962), un homenaje a Alejandra, de cuya muerte se cumple medio siglo.
Celebrar, desde el guiño de su título, esos pequeños artefactos poéticos perfectos, esas piezas muchas veces brevísimas que dan cuenta de una subjetividad quebrada, de una orfandad metafísica, con unas dislocaciones pronominales que potencian el característico tono de tipo liminar pizarnikeano, siempre al borde, en el umbral o límite entre posibilidad e imposibilidad del decir. Poesía que es desamparo y morada. Claridad y oscuridad a la vez.
Las páginas que siguen son un intento de visibilizar y divulgar un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas nacionales: hay derivas de la poesía conversacional, propuestas en clave realista, programas de carácter hermético, de indagación ontológica o continuadores de la tradición de la ruptura, estéticas herederas del neobarroco/neobarroso y de la poesía experimental, del riesgo, que se institucionalizaron en países como Argentina o México, especialmente durante la década del ’90. Poemas en prosa y otros que buscan el diálogo intergenérico o transmedial (lírica, narrativa, teatro). Poemas que no exceden una página (¿una pantalla?) y poemas largos memorables.
Esta muestra responde, además, a una vocación federal y extraterritorial. Incluye autores que nacieron y viven en distintas provincias argentinas –desde Salta hasta Tierra del Fuego– y otros radicados en el extranjero (Holanda, Francia, España), que encarnan una argentinidad poética ‘extraterritorial’ (George Steiner), ‘glocal’ (Vicente Luis Mora) y ‘posnacional’ (Bernat Castany).
Marisa Martínez Pérsico
Roma, octubre de 2021