Casa y otros textos
(Traducción al español de Emilio Coco)
ES UN RETRATO TODO PIES
En la gruta al final del callejón
están sentados alrededor de la vieja muerta,
le han atado las puntas
de los zapatos de suela encerada.
Se ve la cara lejana en la almohada
el vientre hinchado de manzanilla.
Es un retrato todo pies
desde esta habitación donde se baila.
A LA HIJA DEL ARRASTRADOR
Yo ya no sé vivir a tu lado
alguien me ata la voz en el pecho
eres la hija del arrastrador
que me quita el aliento en la boca.
Porque aquí debajo de nosotros en el establo
los mulos se mueven durante el sueño
porque tu padre resopla cerca de nosotros
y todavía no va alto en el carro
a ahuyentar las estrellas con su látigo.
EN LA CALLE SOPPORTICO DELLE API
En la calle Sopportico delle Api
pegadas en las paredes nuestras iniciales
con el color de la paja quemada.
Nuestro amor creció aquí
en el establo vecino.
Y yo viéndote levantar tierna sombra,
medía tus palabras cálidas
buscándote los labios con mis dedos.
Sombras de nosotros que estamos huyendo
se alargan, desaparecen
cuando el candil del mulatero
hace que los animales se estremezcan ante el forraje.
ESPONSALES
Un día de rígido invierno con la nieve
cuando las mujeres no aman conversar
sentadas y atareadas alrededor de las mesas
de sus varones que beben alborotan,
mi vestal solitaria
del fuego de follaje
que esperas que yo te haga
la visita de media hora
cada tarde porque estamos prometidos,
entonces será el tiempo maduro para casarnos
cuando podamos estar calientes juntos.
Y nos escaparemos de los convidados aclamando,
uno de ellos girará la llave,
y nuestra cama estará lista
y nosotros violaremos el secreto de los blancos confites
puestos en la manta dorada entre las flores
que el día después se marchitarán
y los árboles pulidos en la ventana
serán nuestros compañeros y sufriremos
la dichosa soledad de los novios,
cuando ocurrirá, mi amor.
A partir de entonces veré tu cara amarilla.
CASA
¿Cómo pudiste, madre, transcurrir
los años cerca de las cenizas del hogar?,
ya no te asomas a la ventana, nunca más.
Y pierdes las hojas, tu marido, tus hijos lejanos,
y la fe en dios se te cayó de las manos,
la casa es tuya ahora que te vas.
LOS RATONES
Los ratones sienten los ojos
cuando me levanto para verlos.
Se mueven con piernas largas
de hombre en la habitación.
Resisten porque saben
que yo también al final me duermo
y para ellos será un libre juego.
Su cola es la gran ala
que raspa y con ella
el ratón vuela de los agujeros
bala desde el alma
de las escopetas dando en el blanco.
Oh mi corazón antiguo, ratón
solemne que no se asoma
y no tiene libre salida
como no la tiene el desprendimiento
de la ciudad de los hombres encendida y giratoria;
y no sientes los ojos
de quien entre las mujeres ‒menos cruel
y menos vacilante‒ sin embargo te mira lejana.
NOSOTROS NO NOS BAÑAREMOS
Nosotros no nos bañaremos en las playas
nosotros iremos a segar
y el sol nos cocerá como a la corteza del pan.
Tenemos el pescuezo duro, la cara
de tierra tenemos y los brazos
de leña seca del color de los ladrillos.
Tenemos mendrugos para comer
embutidos en las mangas
de los jubones en bandolera.
Dormimos en las eras
atados a los cabestros de los mulos.
No siente nuestra carne
el mosquito que cosquillea
y nos chupa la sangre.
Cada uno tiene los huesos torcidos
no sueña con subirse encima de las mujeres
que duermen frescas en sus vestidos cortos.