Las respuestas se han acabado
37
Toda asimetría es la nostalgia
de una simetría.
Como el árbol es nostalgia del pájaro,
el pájaro de la nube perfecta
y la nube de un cielo sin nubes.
Pero toda simetría
canta una asimetría.
Hasta el ser es el canto y la nostalgia
de aquello que no es,
de aquello que es en lo que no es,
de aquello que no es en lo que es.
Porque la simetría y la asimetría
son tan sólo estados provisorios.
76
Vivir es estar en infracción.
A una ley o a otra ley.
No hay más alternativas:
no infringir nada es estar muerto.
La realidad es infracción.
La irrealidad también lo es.
Y entre ambas fluye un río de espejos
que no figuran en ningún mapa.
En ese río todas las leyes se disuelven,
toda infracción se vuelve otro espejo.
92
Donde siempre hubo una espera
ya no hay nada:
mi perro me ha enseñado a morir.
Nunca escribí su nombre.
Hoy tampoco lo escribo.
Él no podía decirlo
y lo borró con él.
La lámpara apagada
tiene una claridad
que redime el engaño
del azar de encenderse.
¿Adónde llega todo
si nada lo recibe?
Casi sin darme cuenta
he encendido una luz
sobre el foso cubierto
mientras un hueco nuevo
que apenas se nota
muerde algo más el sueño
de creer que vivimos.
96
Versión simple del mundo:
el lugar que encontramos.
Versión más ajustada:
el lugar que dejamos.
Versión perfeccionada:
el lugar para buscar otro mundo.
Versión casi definitiva:
el lugar de una ausencia.
Y otra más todavía:
el lugar que nos prueba
que ser no es un lugar.
Y la última versión:
el mundo es el lugar para aprender
que ser no necesita lugar.
105
De un abismo a otro abismo.
Así hemos vivido.
Y cuando nos tocaba el interludio
de una zona de aire,
donde es fácil respirar y sostenerse,
añorábamos sin querer el abismo,
que nos ha amamantado con la nada.
Desde el fondo del ser trepa un ensalmo
para pedir, cuando llegue la muerte,
que todo sea un abismo, no otro rumbo.
Tal vez en él nos crezcan alas.
Adentro de un abismo siempre hay otro.
Y si no hay diferencia habrá distancia.
Sólo nos falta hallar y ser tan sólo
la distancia de adentro del abismo.
112
Un día ya no podemos partir.
Repentinamente, se habrá hecho tarde.
No importará desde dónde
o hacia dónde era el viaje.
Tal vez hacia el otro extremo del mundo
o sólo desde uno hacia su sombra.
Dibujaremos entonces la figura de un pájaro
y la clavaremos encima de la puerta
como blasón y memento,
para recordar que tampoco existe
la última partida.
Y la lanza,
que ya estaba clavada en el suelo,
sólo se hundirá un poco más.
113
Las respuestas se han acabado.
Quizá nunca existieron
y sólo eran espejos
enfrentados al vacío.
Pero ahora también las preguntas se han acabado.
Los espejos se han roto,
hasta los que no reflejaban nada.
Y no hay modo de rehacerlos.
Sin embargo,
tal vez quede en alguna parte una pregunta.
El silencio es también una pregunta.
Resta un espejo que no puede romperse
Porque no se enfrenta a nada,
porque está adentro de todo.
Hemos encontrado una pregunta.
¿Será el silencio también una respuesta?
Quizá a determinada altura
las preguntas y las respuestas son exactamente iguales.
-Décimo cuarta poesía vertical (1994)