Roberto Juarroz

Las respuestas se han acabado

 

 

 

 

37

 

Toda asimetría es la nostalgia

de una simetría.

 

Como el árbol es nostalgia del pájaro,

el pájaro de la nube perfecta

y la nube de un cielo sin nubes.

 

Pero toda simetría

canta una asimetría.

 

Hasta el ser es el canto y la nostalgia

de aquello que no es,

de aquello que es en lo que no es,

de aquello que no es en lo que es.

 

Porque la simetría y la asimetría

son tan sólo estados provisorios.

 

 

 

 

76

 

Vivir es estar en infracción.

A una ley o a otra ley.

No hay más alternativas:

no infringir nada es estar muerto.

 

La realidad es infracción.

La irrealidad también lo es.

Y entre ambas fluye un río de espejos

que no figuran en ningún mapa.

 

En ese río todas las leyes se disuelven,

toda infracción se vuelve otro espejo.

 

 

 

 

92

 

Donde siempre hubo una espera

ya no hay nada:

mi perro me ha enseñado a morir.

 

Nunca escribí su nombre.

Hoy tampoco lo escribo.

Él no podía decirlo

y lo borró con él.

 

La lámpara apagada

tiene una claridad

que redime el engaño

del azar de encenderse.

 

¿Adónde llega todo

si nada lo recibe?

 

Casi sin darme cuenta

he encendido una luz

sobre el foso cubierto

mientras un hueco nuevo

que apenas se nota

muerde algo más el sueño

de creer que vivimos.

 

 

 

 

96

 

Versión simple del mundo:

el lugar que encontramos.

 

Versión más ajustada:

el lugar que dejamos.

 

Versión perfeccionada:

el lugar para buscar otro mundo.

 

Versión casi definitiva:

el lugar de una ausencia.

 

Y otra más todavía:

el lugar que nos prueba

que ser no es un lugar.

 

Y la última versión:

el mundo es el lugar para aprender

que ser no necesita lugar.

 

 

 

 

105

 

De un abismo a otro abismo.

Así hemos vivido.

Y cuando nos tocaba el interludio

de una zona de aire,

donde es fácil respirar y sostenerse,

añorábamos sin querer el abismo,

que nos ha amamantado con la nada.

 

Desde el fondo del ser trepa un ensalmo

para pedir, cuando llegue la muerte,

que todo sea un abismo, no otro rumbo.

 

Tal vez en él nos crezcan alas.

 

Adentro de un abismo siempre hay otro.

Y si no hay diferencia habrá distancia.

Sólo nos falta hallar y ser tan sólo

la distancia de adentro del abismo.

 

 

 

 

112

 

Un día ya no podemos partir.

Repentinamente, se habrá hecho tarde.

No importará desde dónde

o hacia dónde era el viaje.

Tal vez hacia el otro extremo del mundo

o sólo desde uno hacia su sombra.

 

Dibujaremos entonces la figura de un pájaro

y la clavaremos encima de la puerta

como blasón y memento,

para recordar que tampoco existe

la última partida.

 

Y la lanza,

que ya estaba clavada en el suelo,

sólo se hundirá un poco más.

 

 

 

 

113

 

Las respuestas se han acabado.

Quizá nunca existieron

y sólo eran espejos

enfrentados al vacío.

 

Pero ahora también las preguntas se han acabado.

Los espejos se han roto,

hasta los que no reflejaban nada.

Y no hay modo de rehacerlos.

 

Sin embargo,

tal vez quede en alguna parte una pregunta.

 

El silencio es también una pregunta.

Resta un espejo que no puede romperse

Porque no se enfrenta a nada,

porque está adentro de todo.

 

Hemos encontrado una pregunta.

¿Será el silencio también una respuesta?

 

Quizá a determinada altura

las preguntas y las respuestas son exactamente iguales.

 

 

 

 

-Décimo cuarta poesía vertical (1994)

 

Roberto Juarroz (Argentina, 1925 – 1995). Poeta, ensayista, bibliotecario y crítico literario. Miembro de número de la Academia Argentina de Letras. Rec ... LEER MÁS DEL AUTOR