René Guy Cadou

Carta para los amigos perdidos

 

 

(Traducción al español de Stefania di Leo)

 

 

 

POESÍA

 

Te busco bajo las raíces de mi corazón

como un niño con inteligencia retrasada que tiene miedo

para entrar al agua, hablar desde el suelo y agitar las manos

“Dios mío, no dejes que esta agua me aplaste como Tu Molino”

Habito resueltamente con los cólchicos y los sauces

Déjame mirar por encima de tu hombro

el camino resplandeciente y la hierba verde

sin querer nada más que esto,

juro por Dios que no escucho amor de ese oído

“Bajarás hasta el fondo de ti y yo miraré

tu ir y venir. Tendrás que encontrar

en el agua de mis ojos la avellana caída”

Ojos tan vagos como un guardia de fronteras

de ensoñaciones enfermas y sentidos arruinados

Suavemente sumerjo mis manos en la luz

sin pensar ni un momento en retratarlos

porque me gusta ayudar a un cuerpo aventurero

y buscar allí su forma favorita

el espectáculo de un alma ciega susurrando

a lo largo del muro de piedra de la eternidad.

 

 

 

 

EL AMOR

 

Un doble melocotón son tus pechos

en la copa del día,

aquí está tu barriga subiendo

entre las ramas de la higuera,

aquí está la habitación que palpita

como un templo delicado,

un lado del cielo se inunda

de la más bella del mundo

acostada bajo tu dulce mano extendida

similar a los helechos curvos.

Penetrar el misterio

de una carne al alma conquistada,

como agua muy dulce que se saca

lentamente desde el fondo del pozo

te cubres con un velo de vapor

que esconde tu sonrisa

Mis dedos conocen el sistema

para despertarte y hacerte florecer

perderte antes de dormir

como un niño en el bosque.

 

(de Los siete pecados capitales, 1949)

 

 

 

 

CARTA PARA LOS AMIGOS PERDIDOS

 

Estabas allí, te quería

como un espejo en tus manos

la ola y el sol de junio

se tragaron tu cara

 

Te escribí todos los días

Te hice traer mis páginas

de palomas, de niños

pero ninguno de ellos regresó jamás,

así que sigo escribiéndote.

 

Ha pasado el mes de agosto

a pesar de las granadas y las rosas

y traduje varias cosas

en el “idioma azul” ya sabes.

 

Ahora le tengo miedo al otoño

y tardes de invierno sin ti

no vendrás a la cita

que te da este amigo perdido

en su país de la “época del lobo”?

 

Vamos te llamo

con todas las palabras del pasado,

hace frío en mis hombros

y tengo agujeros negros en mis alas.

 

 

 

 

EL TESTAMENTO

 

En un momento de mi vida

te di todo

En mis manos, en mi sangre

Caminé hasta allí.

Para complacerte tuve que

Levantarme del mundo

Alejando mis pulmones

De las criptas de humo,

Reanudando al nuevo día

su botín de solfeo

y sus ventanas cubiertas

De graffiti, de nieve.

Unos años fueron suficientes

Para velar mi mirada,

Me puse pálido, envejecí

Mi corazón puso su parte.

En el ático azul

En que me guardaba las ramas

Vi mi frente abierta

Bajo una estrella blanca.

Qué quieres de mí

Ahora que ya no tengo que saludar

¿Ni siquiera la gracia de los caballitos?

En el circo de las palabras

Lo he hecho demasiadas veces

Han venido demasiados pájaros

Para posarse en mi tallo,

No puedo hacer nada por ti

En la luz, en el viento

En el último kilómetro.

René Guy Cadou Poeta, narrador y ensayista francés, nacido en Sainte-Reine-de-Bretagne (el departamento del Loira Atlántico) el 15 de febrero de 1920, y ... LEER MÁS DEL AUTOR