Raúl Gómez Jattin

Cambio de identidad

 

 

 

 

 

Cambio de identidad

Dama del alba
Con tu niñez de golondrina haciendo el verano
inauguraste en mí el sendero del corazón
Espeso amor

Como la embriaguez del Stropharia
Reminiscente    Moral    Con ventana al futuro
Como la lenta tarde de sequía
que es para mí la tarde de la vida
Como el río de barro de mi valle
que en invierno arrastraba animales muertos
Como la dicha pérfida de mi abuela
que se regocijaba en ser un monstruo
Furor de los años en tropel    Pasos de la muerte
Ella camina indemne    Solitaria en mi camino
Carne que te reemplazas

 

 

 

Casi obsceno

Si quisieras oír lo que me digo en la almohada
el rubor de tu rostro sería la recompensa
Son palabras tan íntimas como mi propia carne
que padece el dolor de tu implacable recuerdo

Te cuento    ¿Sí?    ¿No te vengarás un día?    Me digo:
Besaría esa boca lentamente hasta volverla roja
Y en tu sexo el milagro de una mano que baja
en el momento más inesperado y como por azar
lo toca con ese fervor que inspira lo sagrado

No soy malvado Trato de enamorarte
Intento ser sincero con lo enfermo que estoy
y entrar en el maleficio de tu cuerpo
como un río que teme al mar pero siempre muere en él

 

 

 

El agresor oculto

Me envenenó la vida
Me sustrajo de mi movimiento natural
y me entregó a las sombras
de los amores no correspondidos
Me trastocó los sueños
metiéndose como un conspirador entre sus grietas
Desempolvó recuerdos
que hablaban de partidas y de adioses
Mientras tanto mi alma
acostumbrada a la desgracia
lo veía hacer
como un condenado que presencia
el levantamiento del patíbulo

 

 

 

El mes adolescente

Llegó Abril
con sus aguas escasas
colocando diamantes en cada hoja
El mes de los árboles aún sedientos
El mes de la enredadera que trepa el muro

Joven Abril como una adolescente casi virgen
te deseé en las tardes de verano
y ahora llegas primoroso
a encantarme con el batir de tu llovizna

Amado Abril beso tu piel de esmeralda
me entristezco bajo tus cielos grisáceos
Con las voces de tus pájaros
me hago un nido del tamaño de mi deseo

En ti estremecido de ternura
derramo la leche agria del amor que ha esperado

 

 

 

Equilibrio

A vuestras espaldas    Vino fuerte
Amores desdichados de mi vida    Los más
Me construí poderoso y soñador
y ustedes se quedaron
con las hilachas inasibles de mi poesía
Seres queridos
De cuerpos intocados
De pieles adoradas
Seres que me preservaron del destierro de la carne
al ejercitar en mí la sexualidad enamorada
Seres inhospitalarios    Así me gustaban
Ellos me enseñaron que cuando se aman así
se pierde
y que cuanto se pierde en el amar
se gana en alma

 

 

 

Erótico imaginario

Está quieto el jardín soportando la tarde
de un marzo que se anunciara ventoso

Tan fugaz que parece un enero

Penetrado de noche en limoneros y acacias
Opalino a lo lejos en la frente del cielo
El jardín se estremece por dentro

Entre ramas secas y hojas podridas
dormitan escarabajos    Libélulas    Lagartos
Un gato de ocio y maldad acecha una mariposa

De repente una casi invisible neblina desciende
y posa su penumbra en la fronda
acariciando el nudo de nuestros cuerpos
con la misma dulzura lentísima
con que yo mitad fuerza mitad miedo
beso tu cuello y tu barba de negro cristal
Está el jardín oloroso a sudor masculino
a saliva de besos profundos que anhelan
desatar el torrente del deseo en su cima
y que fluyan las savias y descansen los cuerpos

 

 

Raúl Gómez Jattin Nació el 31 de mayo de 1945 en Cartagena de Indias y murió en la misma ciudad el 23 de mayo de 1997. Estudió derecho en la Universidad Ex ... LEER MÁS DEL AUTOR