Diario de monedas
(Traducción al español de George Nina Elian)
SIN CUERPO Y MAÑANA
El humo es el espejo del fuego. Yo estaba al final de hoy. Un viento verde empezaba a soplar a través del charco de agua. El cielo de las cosas te habría despertado cuando aún caminabas por miedo a cargar tu doble. En los círculos de la mañana te habías ido por los hechos. Yo te recogía en las amapolas en el ferrocarril. Solamente. Las nubes daban frutos de los que se alimentaban los caracoles y mis estatuas favoritas entre las ventanas.
Yo te habría despertado cuando aún caminabas por miedo a cargar tu doble. Habría deseado que escribieras. Cejas, uñas y algunos mechones. Enviabas los movimientos de tus dedos y así fue como logré disparar por el rabillo del ojo. Eso habría sido sólo si te golpeaba. Me levanto con esmalte. Dejadme ver si estos ojos pertenecen al regalo. Con el pájaro rojo. Lo que es, se vuelve.
Deambulo por la noche con mi espíritu que nunca sucumbe al miedo. Capricornio estaba bebiendo del recipiente de Acuario. Los peces luchaban entre su barba. De la espesura de los almendros voló una siesta (un bagre bebé). Mientras te miro, pasas las estatuas. La niebla parece el espejo de agua. Sangre de la luna temprana. Nos encontraremos allí. Sigo mi camino con mi tercer ojo.
DIARIO DE MONEDAS
sí dije el insomnio y las caras
del cine sin barrer
se parecen al erizo que
me enseñabas en la terraza un día
de carne te firmé con vino desarrollaba
cada tiempo ficticio invertiste mis colores
las líneas las tomé de tu cuerpo interior
succionado y profundo borramos las
iniciales perdidas con los años y pudimos
ver nuestros polos el insomnio y las
energías del cine colgado todavía se
vendían entradas con descuento siempre
cogía el tranvía de la línea uno he eliminado
las notas mostradas el sueño era nuevo
CURRICULUM VITAE
sólo Tu nombre
tiene todavía sentido
entre tantos rendimientos
CRUZAR LOS MUNDOS
a través del laberinto
un caracol transpersonal
cortándose la cabeza
con su garra de lagarto
venenoso sobre el vientre
engulle la concha de Dédalo
mirándose en el lago rojo
KALI YUGA
en el borde del cementerio
nietzsche & cioran
estaban pensando qué escribir
en la cruz de Dios
EN EL TIEMPO NO VAN VAPORES
El triángulo habitual
engendra los atributos del agua.
El triángulo al revés
eleva sus diferencias.
La base se desliza dentro del horizonte.
Mojo un hilo de cabello en la tinta.
Dibujo cabellos con ello.
Se secan en la hoja. Caen debajo de ella.
Los tomo y los mojo en la tinta.
El origen de la tierra es en el agua.
La madera huye. Arde en el aire.
Atraviesa la tierra sobre el agua.
El sol y el aire.
El viejo Aum se extiende.
POEMA DESECHABLE
Soplada a través del campanario, la nube llegaba al atardecer.
Entonces abrí la noche envolviendo
tu murciélago con el que libremente había parido tu sexo.
El huevo de las fuentes se tambaleó porque llamaste
a la entrada. Me levanté de la cama. Llegué
rápidamente a la puerta. Tus ojos han sido abiertos. Y el pelo.
Era visible. Pongo mi mano dentro del suelo.
Las serpientes de los lirios embalsamados crujen
por la vena de la amante. En sueño de toques.
Los objetos en la habitación toman prestado tu contorno
y se llaman entre sí por su nombre. Pronto estaré caminando
fuera de mí. Los espejos luchan en el lago. Tu sexo
estaba abriendo un mandala. Un huésped impar.
EL MERCADO DE LA CIUDADELA
Cuerdas y vocales. Y, sobre todo, acordes. Él es un mendigo ciego que toca el violín en el Mercado de la Ciudadela. El que me había traído la carta de la Ser Pienteciega era él. Su música vibró sobre los charcos. En el mercado la gente intercambia bienes. Tamaño y color. Le dije quién era yo y le pedí que me diera la carta.
Sacó el sobre de su calcetín. Los comerciantes exhiben e imponen. Los clientes dan y reciben. Embalaje y contenido. Salgo y me siento en un banco. Había una copia en el sobre. Leí: “Una mano con raíces puede poner semillas en la tierra. Poniendo semillas, encuentras raíces. Los cinco dedos son tu huella digital necesaria para poder ingresar al mercado.
Cuando tres de ellos hacen la señal de la cruz, los demás rezan. Tendrás que estar presente allí con tu dedo meñique. El círculo desde el que lees estas líneas es el anillo de Saturno.” Un mercado de signos. Salgo de la ciudadela.
EL PLACER DE LAS NUBES
La esfera en la que entrabas alimentaba mi anticipación.
La máscara se había secado a mis pies.
Me orientaba por el reloj de un cuerpo sereno —
El placer de las nubes. Después del encuentro, estaba dejando crecer
los hilos de esas creencias que ibas trasladando
de la mente. Las amapolas habían aplastado el ferrocarril.
De esta manera logramos coger lugares por encima de los hombros.
El agua levantaba su cuerpo de fuentes. Y copas.
Podría haber pasado por el mejor cazador:
tú me habías enseñado a domar piedras.
Mis centauros semipreciosos no habían venido.
Los pájaros brillaban en lo alto.
Noches blanqueadas por el aliento de los ángeles.
Nos dirigíamos hacia el verde oscuro.
De esta manera logramos coger lugares
por encima de los hombros. Tu falda tiene bolsillos en el frente.
Dejaba que las palabras salgan por la parte de atrás de mi cabeza. Me estaba yendo.
Los defectos iluminaban mi rostro. Los perros que venían
detrás de nosotros no sabían ladrar. Y no pedían nada.
Se sentaban a nuestro lado en silencio. Sobre la tierra.
EL AGUA COMO OBJETO PUNZANTE
A veces el tacto
mantenido durante mucho tiempo bajo los párpados
comienza a caer en una calavera de cuerdas.
Las bocas nos mastican
con los dientes de las altas ruedas de hoy.
Los gritos de las monedas pasaban de un lado
al otro de la frente.
Te descubrí llegada a tus hechos,
siguiendo?
a pasarme por los dolores del cuerpo invisible.
Te encontré después de que llegaste a tus hechos,
yendo
a pasarme a mí también por
los dolores del cuerpo invisible.
Me habías dejado una plomada
para no pisar las sombras.
Solía lavarme las manos con la letra A
desde el principio. En rotaciones.
Cuando el reloj revela su hora,
te leo un poema caído como la Kaaba.
Una cuerda cortada verticalmente.
Los nacimientos adormecen las ventanas mientras ellos mismos duermen.
LAS HERMANAS KARAMAZOV
Sigo mirando una fuente en un cuadro de allí desde,
vi como me estaba reuniendo en.
Con las hermanas Karamazov estoy varias veces.
El espejo no existía en el cuadro, nosotros pronunciábamos t a u m
en nombre del padre de los colores y observábamos mientras pronunciábamos,
honrábamos los colores con algunos mundos
secretos, me estaban diciendo que título le quería yo
poner a este volumen de.
Mientras dormía, me susurraban, sin mover los labios,
que se puede coger fruta
con sólo decir la letra A
y la letra V que sigue a la A.
Así pasó otro minuto, no minuto.
También me dijeron como dejar
tres líneas libres m i
entre el título y la cabeza del poema
que solo escribo
con las manos. Meddia volvía a jugar con la aritmética.
descito despacio sedcito paciodes
citosed eón nosotros de nuevo paraíso f a
solsticio hosanna
EN BARCO EN LA MONTAÑA
No puedo imaginar ladrillos de cera. Hace frío y por todas partes sólo hay tierra y espacio. La tierra tiene la boca llena de semillas y las madres dan a luz a sus hijos a través de los ojos. A lo lejos el grito de las semillas de los huesos de los muertos. Sin embargo, vistas de cerca, las semillas son los ojos de los peces que tienen sus escamas en tu cerebro. De vez en cuando un mosquito me abre los ojos y salta fuera de mi cráneo. La gente piensa que esto es algo sorprendente. Coleccioné tantos metales que no pude leerlos ante ningún dios más antiguo que el agua, el cuerpo de la geometría imperturbable. El sastre resucita ropa cada día y no tiene idea de que las sienes de las plantas han quedado en los materiales. Se los puede ver pulsando en la percha. Para olvidarse de ella, recogí la ropa en cartas y las envié a direcciones extranjeras. Luego dejé salir el aire de mis pulmones como a un viejo cestero de voz ronca y acordeón limpio. Sonidos en zigzag alrededor del cuello de las alturas.
LA SANGRE DEL SUEÑO
Un fino hilo de sangre se arquea cálidamente a lo largo de la frente y produce un ligero y frío ruido metálico. Durante una semana mantuve un cristal en mi boca para poder acercar gradualmente mis oídos a mis ojos. Hay un silencio que no sospechas hasta que pones la mano en el pomo de la puerta y entras; pero hay que entrar como dentro del final de una historia, como la noche que se fue la luz, para darnos cuenta de que la vista nace sola en la oscuridad, y lo invisible es su partera. La ventana es el primer día de la semana; es el día en que, mirando por la ventana negra, volví a maravillarme ante el nombre del animal blanco. Durante la rotación de un faro, me quedo en silencio veintidós veces. Podría decir que algunas imágenes se repiten concretamente como en un poema, hasta hundirme en mí mismo. Tu vestido azul, el túnel mexicano, la letra uno. Algo siempre está girando dentro de nosotros y no quiere decírnoslo.
SILBAR EN UNA SUPERFICIE NEGRA
Sólo llovía detrás cuando se escuchó mi sueño bajo el glaciar. El cuello rojo del equipaje se estiraba lentamente en el frío. Eran de un libro sobre el acordeón. ¡Mírame más tarde, ahora me he tragado una enorme calavera de tambores! Algunas otras ramas, largas en la noche, guardaban en sus puntas las huellas del grito del túnel con plumas. Sangre que fluye desde el útero, es decir, sangre de niebla. Tengo la frente con muescas y sueño que estoy dibujando un arco. Digo el mismo número varias veces, hasta llegar al olor deseado: medias frutas antes de las lluvias. La oscuridad impregna el silencio. El azul ha envejecido y se retira entre los barcos como entre tumbas de ríos. En el cielo tu cuerpo tenía unas uñas hermosas. Las palabras salen de mis fosas nasales fácilmente. Luego debemos salir uno a la vez. Las columnas se adoran en otros esqueletos. Ya nadie dice nada. Las piedras permanecen juntas y después de morir, echan raíces. Y yo hago de mi arco una media luna.
EN LA CALLE DE LA ESCALERA
Estaba lloviendo un poco. La gota de agua pasaba por las rendijas del paraguas. Pongo en el vaso. La figura en el techo es la que me trajo el jugo de naranja. Los jóvenes bailaban suavemente en más colores de la noche. Actuaciones del Decamerón. Sombras de ojos. Saltarello. Cerveza y anillos. Las gotas pasan en mi piel salada. Citas, caballeros y damas. Tus abuelos están enterrados donde bailaron el baile de la novia. La pintura corporal está goteando. El agua lava. Comparte con ternura. Las joyas no son adornos. Son cosas derivadas de afirmaciones. Me muestras los movimientos vacíos. Comíamos dulces. Liberaciones en cadenas. Las joyas. La luz de las linternas emana. Incluso la luna a veces llovía. El caracol puso en la casa las astas de la caza de ciervos. Las naranjas. Parte y contraparte. El trofeo. El Yo.