Oí decir
(Traducción al español de José Luis Reina Palazón)
OÍ DECIR
Oí decir que hay
en el agua una piedra y un círculo
y sobre el agua una palabra
que en torno a la piedra el círculo tiende.
Vi mi chopo descender al agua,
vi cómo su brazo garfeaba hacia el fondo,
vi sus raíces hacia el cielo implorar noche.
No lo seguí a prisa,
recogí solamente del suelo aquella migaja
que tiene de tus ojos forma y nobleza,
te quité la cadena de adagios del cuello
y orlé con ella la mesa, con la migaja entonces.
Y ya no vi mi chopo.
EN EL ARREBOL DE LA TARDE
En el arrebol de la tarde duermen los nombres:
a uno
despierta tu noche
y lo guía, con blancos bastones tanteando
el terraplén del sur del corazón,
bajo las pincarrascas:
una, de estatura humana,
camina a la ciudad de los alfareros
donde el aguacero entra como amiga
de una hora marina.
En el azul
pronuncia una palabra que arborece, promesa de sombra,
y al nombre de tu amor
añade sus sílabas.
JUNTOS
Ya que la noche y la hora
en los umbrales nombran
a los que entran y salen,
aprobaron lo que hicimos,
ya que nada tercero nos mostró el camino,
no vendrán las sombras
una a una si lo que hoy
se anunció no ha de ser todo,
no será el rumor de las alas
más tardío para ti que para mí –
Sino que rueda sobre el mar
la piedra que se cernía junto
a nosotros, y en la estela
que deja desova el vivo sueño.
CON HACHAS JUGANDO
Siete horas de noche, siete años de vela:
con hachas jugando,
yaces a la sombra de cadáveres alzados
—¡oh árboles que no talas!
—, a la cabeza el fausto de lo silenciado,
el oropel de las palabras a los pies,
yaces y juegas con las hachas –
y como ellas reluces por fin.
EL PESO
La gravedad que me arrojaste:
no me hace propicia la piedra, que se entreabre
si con dedo murmurante
prendo su pelo peinado de honduras.
A ti sólo
te inclina hacia mí
lo qué has arrojado.
Habla de plomo.
Habla de plomo tan pronto nos brille la luna.
Almohaza mi caballo.
Almohaza mi caballo cuando aquí la mano parta el pan.
Cabalga hasta aquí, a la mesa, su abrevadero.