Sobre la cuerda floja del vértigo
SOBRE LA CUERDA FLOJA DEL VÉRTIGO
qué estoy haciendo aquí
a merced del calendario de los asesinos
todas las páginas de los días
son fechas de muerte
las estadísticas
que tanto gustan a los gentiles
confirman en los noticiarios el genocidio
el odio es tenaz
sórdido
serpentea como la peste entre los países
qué estoy haciendo aquí
en medio de una civilización
que juega al sube y baja
sobre la cuerda floja del vértigo
y deja de ser humana
y aboga por un ocio amnésico
que lo distraiga del vacío en derredor
qué estoy haciendo aquí
indolente entre indolentes
por qué no me sumo
desde hoy
a la perseverancia de las hormigas
y acuño con ellas el Praná del porvenir
CONDICIONES DEL CLIMA
este verano es un fiasco
se vino sin el sol
qué va a hacer el alma
sin sus estaciones
qué pasará con el alma de Gelman
inmersa en el Distrito Federal:
se dislocará de su eje
confundirá lo diurno con lo nocturno
dará tumbos de ciego terco
bajo un cielo permanentemente gris
este verano es un timo
una estafa
ya estamos a finales de febrero
y sigue lloviendo
nevará en los trópicos
me pregunto
y los árboles sabrán
cuando tienen que cambiarse de vestido
y los caballitos de mar
acertarán el día en que deben dar a luz
todo está patas arriba
antes los alisios llegaban puntuales
uno podía adivinarlos con sólo oler el aire
igual las lluvias
justo en mayo alivianaban
el sopor de una tierra árida de sol
ahora un frío
no antes visto
se apoderó de este valle
ya nadie quiere salir
bajo estas lluvias huracanadas
bajo estas Niñas
que hemos creado
con todo el esfuerzo de nuestra imprevisión
FAUNA SUMERGIDA
este río lleva entre sus aguas
la sombra viva de mi infancia
y los sueños de ese entonces
cuando lo vi por primera vez
me dio un miedo terrible
y a tientas me sujeté
a los pantalones de mi padre
—Si se voltea la lancha
no luchen contra corriente
déjense llevar por ella
y se agarran de la primera
rama o tronco
que encuentren en sus orillas.
pero ya en la pubertad
cuando le perdí el miedo
crecí como un Sábalo y ausculté
sus cuevas/ sus peces y me hice
parte de esa fauna sumergida.
Amaba mi río
sobre todas las cosas
incluso más que a mi yegua
y al florido
silencio de la selva milenaria
hoy
como ayer
trae el agua de otros ríos
entre sus aguas
baja ancho
y silencioso en el verano
o vociferante
y turbulento en el invierno
EL HIGUERÓN DEL ALTO
DE LA HONDURA
tengo un árbol
lleno de árboles
un árbol que camina
esbelto hacia el horizonte
y lleva consigo
líquenes musgos pájaros
una centena de insectos
mariposas flores y parásitas
echó raíces en las ramas
de otro árbol
para reproducir su parricidio
y propagar la nueva vida
como un sobresaliente
ícono de los vientos
LATITUD CERO
Aquel que no ama las nubes
que no vaya al Ecuador
Henri Michaux
justo en la mitad del mundo
las nubes
perros del aire
viajan directamente al sur
nubes que Michaux amó
como se suele amar a los lobos
esos pastores fieles de las montañas
en medio de la cintura del planeta
en el punto cero cero cero
donde convergen el yin y el yang
hay un hombre dividido
entre una línea imaginaria
y los rayos perpendiculares
que deja caer el sol
aquí
sobre estas cimas
donde la razón trazó sus coordenadas
y orientó el desasosiego de su miedo
aquí en el Ecuador
hay un hombre fervoroso
cantándole al ombligo de la Tierra
UTOPÍA DEL SOLITARIO
busco una palabra
que sea cabeza de manada
y tras ella las demás
se anuden una en la otra
fértiles
entre el fuego de lo que se perdió
una palabra
que contenga en sí misma
el secreto de lo indecible
y la clarividencia de lo ya dicho
que enlace las islas del corazón
y en cada una de ellas
el mar reviente manso sus insomnios
una palabra prodigiosa
que borre al enemigo
con sólo nombrarse
y a la vez signe un espejo
donde uno se vea en el otro
y el otro se vea en uno
y en lo inmemorial
una palabra
que evoque a la lluvia
y sus azares
y como el viento
visite las comarcas
y ya siendo pan
comulguen con ella todos los hombres
SALVATE DE VOS MISMO
Antes de que el Nirvana sea un punto equidistante en el infinito, salvate de vos mismo.
De tu ego traicionero, de las drogas del exilio, de todos los chantajes de tu imaginación.
Para que llegués sin sobrepeso a la barca de Caronte.
Alejate de los suelos transitorios, de las barricadas de huesos, de los humedales de sangre
y sus alambradas. Ve más allá de los arreboles de la esperanza y de las encrucijadas del tedio.
Sin mirar atrás, huí de los muertos de espíritu, de los sin sangre, de los adocenados,
de los lambiscones, de los usureros, de los avaros, de los fanáticos, de los genocidas…
Pero justo ahora, salvate de vos mismo, ya habrá tiempo de apagar el infierno de los otros.