

Presentamos algunos textos claves de su célebre poemario aparecido en 1981, y que será publicado este año por la editorial francesa Le Temps des Cerises, en traducción de Josiane Gourinchas.
Oscar Hahn
A MI BELLA ENEMIGA
No seas vanidosa amor mío
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampoco es de éste
A LA UNA MI FORTUNA A LAS DOS TU RELOJ
Estuve toda la noche parado frente a tu puerta
esperando que salieran tus sueños
A la una salió una galería de espejos
a las dos salió una alcoba llena de agua
a las tres salió un hotel en llamas
a las cuatro salimos tú y yo haciendo el amor
a las cinco salió un hombre con una pistola
a las seis se oyó un disparo y despertaste
A las siete saliste apurada de tu casa
a las ocho nos encontramos en el Hotel Valdivia
a las nueve nos multiplicamos en los espejos
a las diez nos tendimos en la cama de agua
a las once hicimos el amor hasta el exterminio
Ahora son las doce del día
y tengo entre mis brazos
al cuerpo de todos mis delitos
NACIMIENTO DEL FANTASMA
Entré en la sala de baño
cubierto con la sábana de arriba
Dibujé tu nombre en el espejo
brumoso por el vapor de la ducha
Salí de la sala de baño
y miré nuestra cama vacía
Entonces sopló un viento terrible
y se volaron las líneas de mis manos
las manos de mi cuerpo
y mi cuerpo entero aún tibio de ti
Ahora soy la sábana ambulante
el fantasma recién nacido
que te busca de dormitorio en dormitorio
FANTASMA EN FORMA DE CAMISA
Estuve todo el día entre tu ropa sin lavar
disfrazado de camisa sucia
Te oí llenar la artesa con agua
y abrir la caja de detergente
Te vi de rodillas frente a la artesa
restregando las prendas una a una
Y ahora siento tus manos atónitas
y tus ojos clavados en mí bajo el agua
porque aunque raspas y escobillas y refriegas
no consigues sacar la sangre de mi costado
SÁBANA DE ARRIBA
Me instalé cuidadosamente doblado
entre la ropa blanca del closet
Sacaste las sábanas de tu cama
y me pusiste de sábana de arriba
Te deslizaste debajo de las tapas
y te cubrí centímetro a centímetro
Entonces fuimos barridos por el huracán
y caímos jadeantes en el ojo de la tormenta
Ahora yaces bañada en transpiración
con la vista perdida en el cielo raso
y la sábana de arriba
aún enredada entre las piernas
TELEVIDENTE
Aquí estoy otra vez de vuelta
en mi cuarto de Iowa City
Tomo a sorbos mi plato de sopa Campbell
frente al televisor apagado
La pantalla refleja la imagen
de la cuchara entrando en mi boca
Y soy el aviso comercial de mí mismo
que anuncia nada a nadie