Orlando Valdez

Bebe lo justo lee lo que quieras

 

 

 

NUEVAS VOCES DE LA ARGENTINA

Por Luis Benítez

 

Dentro de la destacada tradición poética de la ciudad de Rosario, provincia argentina de Santa Fe, cuna de importantes autoras y autores, cabe subrayar desde comienzos de siglo la producción de Orlando Valdez, cuyos seis títulos en el género suman una mirada nueva, caracterizada por un sigiloso humanismo y un erotismo velado que asoman, sutilmente, para expresarse así con una todavía mayor intensidad. Un muy buen manejo del discurso coloquial y lo marcado de su capacidad de sintetizar distinguen a este creador correspondiente a la generación intermedia argentina. Por cortesía del autor presentamos en ALTAZOR, junto con algunos de sus poemas éditos, una serie de poemas aún inéditos en libro.

Luis Benítez

 

 

 

 

Poemas de Orlando Valdez

 

 

 

EL ÁSPERO NAUFRAGIO (*)

contengo
mis pupilas
buscando
algún
hipocampo
una sirena
rescatar la fantasía
el esperma intenso
un poema
en el áspero naufragio

 

 

 

125 SEGUNDOS  (*)

no había claros alrededor
un anillo de nubes
gris oscuro llegando negro
tan blanca
tan niña
y sin sombrero chiquita
se le había enseñado a no llorar
que no dejara su nombre a extraños
que el mar sólo tiene sombras
cerca del horizonte
y verde/azul los días de sol
el éxodo duró 125 segundos

 

 

 

Y EN ÉL (*)

soy el vuelo
de siete gaviotas
al ras como arena
entre el viento
lo que queda
de la luna
con la noche
que entra de mar
y en el
aquel
que vuelve
y convierte
la sombra
que abandona

 

 

 

JURÓ al mar (*)

sin vista al mar
resguardar
la espuma
de su piel
sublimada
al deseo de un lunar
como si fueran dosis
espejos de las noches
el fondo
de toda profundidad
para no hacerse añicos
al vislumbrar
sus partes
al tacto
de otro escenario en trance
quedando aislado
en su desnudez
dejando
de respirar
la luz de una luna
a las tres
y cuarenta y cinco am
en que empieza
a presumir cosas
de una figura
y que tal vez hubiera
sido mejor callar
que esgrimir
sólo un sonido
a ojos cerrados
y a espaldas
de esa mujer
ocurrida
de la tibieza de sus labios
 

 

 

OLVIDÉ mi nombre (*)

y las esquinas del barrio
el himen de las niñas
que juraron obedecer
al naufragio de sus vestidos
porque los muertos eran sólo
a cebita (1) y
a los tres días el poeta volvería
a morir
en la misma oscuridad
ante los ojos de la noche
éramos miles
y más que eso iguales

 

 

 

YO no sé del amor (*)

ni siquiera sé cómo se hace
pero lo hago como sale
como más puedo
con círculos cuadrados
y rombos pequeños
al tope
como
ahora
que
arde y
que
quema
la falta de aire
el ahogo
que derrumba
haga lo que haga

(*) poemas éditos

(1) Argentinismo referido a un dispositivo que contiene una serie de pequeñas porciones de explosivo con las que se simulan disparos en armas de juguete. (Nota de L.B.)

 

 

 

no nos encontraremos (**)

en otras vidas
y en ésta
mucho tiempo
no estaremos

acá

hay libros y hay vino
bebe lo justo
lee lo que quieras
y cuando te vayas
no digas adiós
sino hasta pronto
no cierres puertas
no cierres ventanas
la radio
queda encendida
la comida en la heladera
el pan
sobre la mesa
nunca nunca
la cama tendida
que como gatos
tus olores
mis olores
quedan
entrelazados

lamiendo uno
lamiendo el otro

 

 

 

que se note (**)

que me encanta el encanto
de tu cuerpo fragante
abriéndose
como un bostezo
lentamente extendido
junto al mío
tan
tuyo
callado
y así
solo así
saldré
de tu almohada
y me llevaré
hasta el último segundo
de nuestras horas
pero siempre quedaré
entre las sábanas
como ahora
que estoy
aquí
escribiendo
carcomido
desaforado
siendo
este hilito que queda

 

 

 

pienso en su gozo libre (**)

en que ha querido a destajo
lo vivido
desaforadamente fiel
mordiéndose niña
a gusto el corazón
sin esperar a mañana
levantar las manos
los atroces días
disimular nada
golpeando lo oscuro
del alma concupiscente
empapándola de sudor

 

 

 

escribí tu nombre (**)

dibujé tus ojos

para estar ya juntos mirándonos en silencio sin hablar de imposibles
de ausencias de distancias de besos perdidos

del tan allá
de ahora

para contemplarnos de alguna forma en la noche en cualquier lugar
sin pedirnos nada y estarnos poco a poco en sílabas solos
lejos del cielo del mundo que no nos conocen y todo oscurecen
dándonos portazos dándonos ardores

(**) poemas inéditos

Orlando Valdez Nació en 1961 en Ramallo, Provincia de Buenos Aires, y reside en Rosario, provincia argentina de Santa Fe. Ha publicado: Zedlav (2 ... LEER MÁS DEL AUTOR