Omar Lara

Revista Altazor celebra a los candidatos al Premio Nacional de Literatura 2020. Hoy tenemos al destacado poeta nacido en Nohualhue.

 

 

 

ENCUENTRO EN PORTOCALIU

En ese tiempo yo corría detrás de una sombra.
Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei
yo miraba a través de un niebla caliente,
a través de una humedad humosa,
a través de las reverberaciones de agosto
una figura venía caminando
desde la parada de autobuses.
Una figura parecía dirigirse hacia mí,
yo la veía perfectamente desde el décimo piso
en el barrio de Drumul Taberei:
era la odiada figura conocida,
su aborrecible rostro estaba ahí y su pelo
que el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo.
Yo miraba petrificado la escena,
los indolentes pasos y su entorno:
árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol
ondulaba.
Yo miraba esa escena con su centro precioso.

En esos tiempos yo escribía un poema titulado
“Encuentro en Portocaliu”,
era necesario encontrarme rápidamente
porque –pensaba yo- ¿la poesía para qué puede
servir sino para encontrarse?
Eso fue después de escribir muchas cartas
preguntando
¿dónde estoy? Nadie sabía donde estaba
y no podían decírmelo,
de modo que empecé a decir a diestra y siniestra
protégeme con algo el corazón.
Protégeme con algo el corazón
seguía repitiendo
y como no me entendían
comencé a escribir unos poemitas insidiosos
relativos al río Dimbovitza,
relativos a la columna del infinito,
relativos al plan quinquenal.
Hasta que un día en Portocaliu.

Un día en Portocaliu
(en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara de
naranja)
una tarde en Portocaliu
(en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos patas
larguísimas y picos en forma de corazón)
una noche en Portocaliu
(estaba escrito que no te encontraría
en Portocaliu
pero guardo el recuerdo de esa espera y huellas
de picotazos en forma de corazón).

 

 

TOQUE DE QUEDA

Quédate
Le dije
Y
La toqué

 

 

 

Omar Lara (Nohualhue, Chile, 1941). Nohualhue. Ida&Vuelta (Temuco. Ufro, 2017), Las palabras en su palabrar (Ed. Colegio de Bogotá, 2017 ), 1973 (Concepción. Afótico ed., 2018) y La soledad de los puentes levadizos (Quito. El ángel editor, 2019), son los más recientes títulos de Omar Lara, que antes ya había publicado más de cuarenta libros de  poesía, además de sus traducciones del rumano. Precisamente en 2016 la Ed. Valparaíso de México publicó Alma para todo servicio, de Marin Sorescu y El frío intermediario, de Dinu Flamand.
Ha recibido, entre otros,  los premios Casa de las Américas (Cuba), Casa de América de Poesía Americana (Madrid), Premio Internacional de Poesía, (Trieste), Premio de Traducción Ovidio (Bucarest), la Beca de creación Guggenheim, el Premio Internacional de Poesía Rafael Alberti (Andalucía-La Habana) y en 2019 el Premio a la Trayectoria Paralelo Cero, en Quito, Ecuador.
En 1964, Lara fundó en Valdivia el Grupo Trilce de Poesía y la revista TRILCE, publicación que dirige hasta hoy.
Libros suyos han sido traducidos a varios idiomas y ha sido invitado a los más importantes festivales y encuentros internacionales de poesía.
Es Director Ejecutivo de la Feria Internacional del Libro del Biobío y del Encuentro Internacional de Escritores del Biobío, ambos en Concepción, Chile, y creador del Festival de poesía El rayo que no cesa, también en Concepción, donde reside.