Olga Amigo Horcajo

Partir y parir

 

 

 

Partir y parir

 

Hay un antes y un después

una contracción del tiempo

y de los atardeceres

un brote de nostalgia

que atrapa el pasado.

 

Al parir se parte el cuerpo.

Al partir se rompe el alma.

 

Con el parto llega el hijo

pero nada llega

al alma del que parte,

solo melancolía y recuerdos

para una vida errante.

 

 

 

 

Carbonero en mi camino

 

Tu cuerpecillo cálido yacía en el suelo,

parecías dormido, un ángel caído.

Te acurruqué entre mis manos

esperando el milagro

de sentirte mover

tu corazón palpitando.

Pero noté tu ala rota y tus ojos fijos

y detesté mi ignorancia

y mi pueril esperanza.

Te acomodé junto a un árbol

de hojarasca tu lecho

fracasado mi intento

de traerte a la vida.

 

 

 

 

Segunda oportunidad

A Manuel de Pedrolo

 

Sueño que esas cordilleras

que te ciñen entre brumas

no tienen ya a sus pies

un manto de cemento.

Que esta tierra enterrada

y bajo nuestro peso oculta,

se cubre de lavanda y jazmín

para las noches futuras

mientras gaviotas y gorriones

olvidan nuestra estridencia.

Sueño que renacen con fuerza

pinedas y olivares,

y bajo un chal verde y florido

se cubre lo construido

en un nuevo Mecanoscrito

donde todo empieza de nuevo.

 

 

 

 

Aguas

 

Me hundí en el barro de tu orilla

aún sin querer adentrarme en tus entrañas.

 

Me recibiste con un frío abrazo

y dejaste en mi piel un residuo seco,

 

huella de tu tierra, anegada un día

por estas aguas que te ahogaron,

 

ahora en receso.

Aguas sin rumor de mareas,

 

aguas entre colinas

en su camino hacia el mar

 

allá donde se amansa su fuerza

lejos de la tierra donde un día brotaron.

 

 

 

 

Estorninos

 

Me adelantan los estorninos,

nube enloquecida

que no puede posarse

en las horas ya pasadas.

 

Heraldos sin destino,

buscan quien les escuche

buscan sin encontrar

refugio en su camino.

 

Así me siento yo

cuando mi voz reverbera

un eco perdido, un reflejo

sin raíz, herido.

 

 

 

 

Higuera

 

Escuché tu lamento este invierno

cuando la helada convirtió

tu promesa en espina.

Ahora tus brotes duros

se rebelan desafiando

la vida nueva

mientras las yemas a tu alrededor

florecen.

Sé que sigues viva

que llegado el momento

me ofrecerás tu sombra

y que el aroma embriagador

de tus hojas y frutos

harán de tu rincón

mi paraíso

al que me acercaré

con la mano alzada

en busca de tus milagros.

 

 

 

 

Niña pastora

 

Te imagino de pastora

con albarcas en los pies

y sabañones en los dedos,

pobre niña tan sola.

 

Con un trozo de pan y queso

en tu zurrón roído,

ese era tu sustento

en los tiempos del olvido.

 

Temerosa de los lobos

y también de los nublados,

pasabas los largos días

en el campo castellano.

 

Fue una infancia sin sueños

porque soñar no se podía

en los años sin gloria,

pobre niña tan sola.

 

 

 

 

El cometa

 

El astro que te abrasara

en un tiempo no lejano

 

sigue su órbita libre

mientras lo observas distante,

 

tus ojos cegados,

tu cuerpo en cenizas

 

recuperan su forma

en la soledad infinita.

 

Alumbró tus horas

y llenó tu vida,

 

pero dejó en su ausencia

un helor estrellado.

 

 

 

Tu lastre

 

Tú de jarana,

y yo en mi retiro,

vuelve todo

a su cauce tranquilo.

 

Pasaron los días

de mi tristeza

ni injusta, ni bella,

solo sombría.

 

Recuperé mi paz

solté tu lastre.

Eso fue amarte,

una agonía.

 

 

 

El torrente

 

Se abrió la Tierra en una garganta

para acomodar el paso

de tu torrente

 

esculpiste la roca con tu fuerza

y embiste, refrescando sus días

de puro deleite

 

tesoro preciado, caudal de

agua pura, pensó toda ilusa

que podía ser tuya

 

pero pasó tu bullicio y

se escurrió entre sus dedos

tu imparable alboroto

 

se quedó en la orilla escuchando

un murmullo, mientras tú te alejabas

con tus aguas bravas.

 

 

 

 

Vestida de nácar      

 

Dejé mi patria, mi vida entera

me vine sola y eso me queda

 

las risas francas, noches en vela

quedaron atrás, ya tan pequeñas

 

dejé a mi madre, perdí a mi padre

¿qué pasó tras tantas tardes?

 

Planté un árbol, me dio sus frutos

tiene raíces como yo luto

 

pues cada uno hizo camino

pero pasó el tiempo en un suspiro

 

ahora encaro la carretera,

vestida de nácar y sin bandera.

 

Olga Amigo Horcajo Es originaria de Barcelona y actualmente reside en Estados Unidos donde es Lectora de español en la Universidad de Georgia. Su poesía refl ... LEER MÁS DEL AUTOR