Presentamos algunos textos de la reconocida escritora argentina.
Norah Lange
Jornada
Aurora
Lámpara enredada
en un camino de horizontes.
Después, al mediodía,
en el aljibe se suicida el sol.
La tarde hecha jirones
mendiga estrellas.
Las lejanías reciben al sol
sobre sus brazos incendiados.
La noche se persigna ante un poniente.
Amanece la angustia de una espera
y aún no es la hora.
Poniente doble
Oscurece. El silencio
De las cosas ya cansadas
Pone apuro en las tinieblas.
Aguardo –entre las sombras–
Corona de palabras tuyas
Para ceñir la espera.
¡Sueños de otros lugares!
Afuera oscurece. Adentro, en el corazón que es grande
Como el tiempo,
Otro poniente nace.
¡Poniente del corazón!
Cumplida ya la luz
Como mi espera.
Somos un mismo poniente,
Adentro, y afuera…
Amanecer
En el corazón de cada árbol
se ha estremecido la medianoche.
La noche se desmenuza
en lenta procesión de niebla.
Todas las tardes terminan su cansancio.
Los letreros luminosos duermen
el asombro de sus colores
y anticipan la contemplación de cada pobre.
En toda esquina vigila el sueño
y es tu recuerdo la única pena
que humilla la altivez de las aceras.
Lejos, el primer mendigo,
traiciona el portal donde ha dormido.
Y la ciudad se abre como una carta
para decirnos la sorpresa de sus calles.
Anochecer
Los brazos del sauce llorón
son serpentinas malgastadas.
El viento simula arpegios
jirones de música entrecortada.
El véspero anuncia la noche
mientras en otro horizonte
el sol delira…
Cada árbol es un país de emociones.
Tú y yo, multiplicándonos de amor. Sumergiéndonos
en nuestros ojos, amplios de azul.
Como un niño llegué a tu corazón.
Tú, generoso, te partiste para darme un pedazo de dicha.