Nikos Sideris

El nombre de la noche

 

 

 

(Traducción al español de Virginia López Recio)

 

 

 

EL NOMBRE DE OCCIDENTE

Nada en especial me decías, Occidente.

 

Lefkada, corriendo a la orilla del mar

en mis años infantiles

Observando a las gaviotas atravesar

un misterio imperturbable

Las chicas y los chicos enredados

en sus enigmas.

Era y no era una de esas

criaturas fantasmas.

 

No te miraba entonces especialmente,

Occidente Jónico.

No tenía tantos ojos como mente

No tanta para ti como para las palabras

que te describen

Que llaman como quieren a las cosas

y que saques de mí, duda,

por qué las llaman así.

 

Ahora te miro y te veo

en toda tu profundidad, completo.

Occidente del sol

Occidente del día

Occidente del tiempo

Occidente del todo.

Y echo al mismo tiempo de menos

cómo eras entonces

y no te veía así.

 

 

 

 

SALMO 2022

 

Que tenga mucho más mucho más

Sobre todo, mucho más que mi vecino

 

El Occidente de Occidente así se levantó

En su mito repleto de luz

No encuentran lugar

Hombres sencillos ni lengua sencilla

 

Ay, Occidente, ya sin amanecer

Sin dios y sin verdad

 

Bailas con nada

Sufres, no sabes decirlo

En tu mente ya no cabe

El dolor digno

 

 

 

 

AMANECE EN LA CIUDAD

 

Las palomas están revueltas

buscan emparejarse

Mozart te agita del sueño

en el despertador del vecino

 

Hombres corren a sus trabajos

nadie ve

Somos el trágico traje

Porque luchamos para llevar en el mundo

nadie ve

Al rey que está desnudo

Y a nosotros que nos angustiamos

por parecernos a él

nadie ve

 

 

 

 

COROS

 

Noche antigua

Te detienes en la ventana

Miras el amanecer

 

El sol se inclina

La sombra de nuestra casa

Rueda en la tierra

 

Punto profundo

Algunos te llaman barca

Y no te importa

 

Antiguo muro

Te toca la abeja

Y su sombra

 

Ay, noche oráculo!

Ay, crujido de la piedra!

Ay, pájaro mentira!

 

Solo en la nube

Allí arriba flotas

Como si…, como si…

 

Mira cómo flotas

La luna en los ojos

De viejos amantes

 

 

 

 

ARCA DE NOÉ

 

Todas las criaturas caben, en parejas,

en tu arca, Noé.

Sólo dos criaturas sin pareja

No cabrán

Por mucho que claves los vientos

Por mucho que unas las aguas

El Tiempo y la Huida

su otro nombre

 

Cierras la puerta de nuestra arca,

ahora, Noé.

Esperando el cataclismo.

 

 

 

 

EL NOMBRE DE LA NOCHE

 

Las palabras moldean la mente en cada forma.

Allí, en la noche del tiempo, una noche

(primavera -digo- sería, como ahora)

Amasó tanto la mente, que nació la palabra

“noche”

 

Ay, noche, noche, tú que diste a luz entonces

al nombre de la noche

Que te sacó del río de los seres

Te llevó a la orilla de la mente

Te hizo caminos y puentes de los hombres

Tanto, que difícil imaginarte el mundo

Sin el nombre de la noche

Incluso si hay noche sin él.

 

Ay, noche, noche, qué serías si no tuvieras

tu nombre?

 

Ay, noche, noche, qué eres antes y más allá

de tu nombre?

 

Ay, noche, noche, tu nombre te da a luz

Incluso si existes antes de los nombres

 

 

 

 

LECCIÓN MAGISTRAL

 

Que sólo una cosa aprendamos en la calle

Si aguantamos

Jamás te rías de que el viaje

Es sólo el final del viaje

O nada más allá del viaje

 

Incluso si el camino

No es nada más

Que un punto

O miríada de cielo

 

 

 

 

RECORRIDO VERDADERO

 

Camino por un pasillo estrecho, cuesta arriba, escabroso, largo,

pero no interminable. Poco antes de su final, se encuentra conmigo

un ser gigantesco, similar en perfil a mi reflejo, pero agrandado

en un espejo hueco. No tiene rostro. Camina delante de mí hasta

el final del trayecto, se hace a un lado y en la pared aparece en mármol

mi rostro. Lo saludo con un movimiento de cabeza y una sonrisa casi

imperceptible.

 

 

 

 

SOBRE JUSTOS E INJUSTOS

 

Con cuantos fui injusto, quiero decirles

Venid, que corrijamos el mundo

No es necesario

Entre nosotros la injusticia

 

A cuantos fueron injustos conmigo, quiero decirles

Olvidé lo que quería decir

Mi mundo no pende

De vuestra injusticia

 

A todos los demás. Quiero decirles

Buenos días.

 

Hasta decirles a almas y a cosas

Buenas noches.

 

 

 

 

YO ME IRÉ

 

Cuánto cansancio cuánto

Que detenga el mundo

Que añada en su curso

Un detalle

Y luego que regrese de nuevo

Que vaya donde quiera

Yo me iré

 

Cuánto cansancio cuánto

Que lea al mundo

Sencillamente que lo lea una vez

Y después que se vaya de nuevo donde quiera

Yo me iré

 

Cuánto cansancio

Para tener cabida

En mi propia vida

Sin que yo ni el mundo

me llore que

De una u otra forma

Yo me iré

 

Ah, sí

Mi nombre.

Al principio Hombre

Ahora Nadie.

 

 

 

 

CUANDO ME VAYA

 

Un día o una noche

(No sé qué prefiero)

Me iré más allá de todo horizonte.

No puedo decirte nada más. Lo siento.

Ni en la habitación de al lado estaré

Ni seré energía pura

Nada de esos cuentos

Que borran la dignidad de la forma

Lo único y más valioso

Que moldea a un hombre

Uno, único y exclusivo. Lo siento.

No te aferres a esas cosas si quieres vivir.

Solo despídete de mí por completo

Y con una sola lágrima, si algo así sucede

Haciendo verdaderamente tuyo

el más verdadero adiós.

 

Las horas bellas

Que pasaron

Como horas feas

Hay siempre

Historia liberada de cada recuerdo

Y de las palabras para que las digamos.

Otra cosa no tenemos. Lo siento.

 

El ocaso de mi forma

El final del camino para mí

Es un final

Que es el fin

Como final de una bella película

Que escribe FIN.

 

No quiero nada más.

No lo siento más.

Ni tú lo sientas más.

Por favor.

 

Nikos Sideris (Νίκος Σιδέρης, Atenas, 1952). Es un reconocido escritor y un prestigioso psiquiatra. Estudió Medicina en Atenas, se especializ ... LEER MÁS DEL AUTOR