La fuente y otros textos
Poemas traducidos del lituano por Birutė Ciplijauskaitė
y revisados por Sara Pujol.
La fuente
Por entre las piedras del patio ha surgido
durante la noche una fuente cantarina. Un chiquillo
con rodillas arañadas y su hermanita llorosa
quedan atónitos en el portón, sin atreverse a respirar siquiera.
Cobrando color, relucen al sol las piedras,
da pequeños saltos bajo el agua un gorrión. Cobrando ánimo
se lanzan los niños a la fuente, entran dentro,
salpican. Da la hora
el reloj soterraño, se mece
la hiedra esbelta,
y el agua, al caer,
entona un canto cada vez más tierno.
La enfermera
Al acudir a la llamada del solitario
no escondas tu cara, no tengas miedo
de la sombra oscura en el rincón. Te protege
la rosa en la mano: la llevas
al que teme sumirse en el sueño eterno.
Te espera un largo velar,
una palabra de consuelo en la hora tardía.
Vas a encender la lumbre, tocarás
la frente con la mano: duerme, estoy aquí,
mañana te despertará
el zumbido de la abeja dorada.
Estela de luna
1
salpicada de polvillo de oro, oscura, muy oscura,
posada un instante para descansar
no encuentras por dónde podrías salir
volando del estrecho pasillo ciego
¿será esta mariposa
un ánima que ha vuelto?
en la escalera cubierta de arena
gatos salvajes sin dueño, sobre la cabeza
car-car-car (no sabes si son los mismos
cuervos comestibles ya repetidamente descritos)
un murciélago entre los pliegues del cortinaje
colgado con la cabeza hacia abajo
duerme sin moverse un sueño profundo
desde hace varios días
¿de qué mundo eres mensajero?
2
casi adormecida ya, sientes
que hay alguien en el cuarto
es un ratón
correteando debajo de la mesa
sin dejarse ver
con cada paso
surgen recuerdos: aquí hablábamos
de tal y tal cosa, andábamos
por estos senderos, caían estrellas
que podías coger a puñados
cuántos “buenas noches” pronunciados
las sombras de los muertos
siguen viviendo contigo
mira:
brilla la estela de la luna
sobre el agua
¿Quién eres?
Como una mujer con sonrisa surgida de lo más hondo del corazón
sin pudor por las patas de gallo
que enmarcan sus ojos
confesando sin vergüenza los años
que va a cumplir este invierno
–las cosas son como son–
te encoges de hombros y ríes
así eres tú, día de otoño tardío
que va extinguiéndose
un par de hojas amarillas mojadas
en las ramas aún, sobre el césped en el parque
cercos de nieve sin derretir
por el sol que vuelve ente nube y nube
tan sencillo todo
y no logro adivinar tu ser
te llega la voz cálida, lentamente abres
los puños, vuelves la carita pálida
hacia arriba, escuchas sin atreverte a poner fe
las inflexiones cariñosas, el tono juguetón dirigidos a ti
así se habla con niños pequeños pretendiendo
que son adultos (yo sin embargo
adulta desde hace tanto tiempo)
mi niña interior
te descubrí por casualidad
te ha traído esta voz
que llena todos los espacios
sientes cómo derrite
el hielo y el cristal
ven, juguemos
¿eres tú de veras? bailas
sola
cantando, batiendo las manos
y se despeinan tus trenzas
-Tomados del libro Prohibido entrar, publicado por la Sociedad de Cultura Valle-Inclán, de Ferrol (Galicia), 2003.