Nicanor Parra. Lo que el difunto dijo de sí mismo

 

Presentamos un texto clave del célebre antipoeta y Premio Cervantes.

 

 

 

Nicanor Parra

 

 

LO QUE EL DIFUNTO DIJO DE SÍ MISMO

 

Aprovecho con gran satisfacción

Esta oportunidad maravillosa

Que me brinda la ciencia de la muerte

Para decir algunas claridades

Sobre mis aventuras en la tierra,

Más adelante, cuando tenga tiempo,

Hablaré de la vida de ultratumba.

Quiero reírme un poco

Como lo hice cuando estaba vivo

El saber y la risa se confunden.

Cuando nací mi madre preguntó

Qué voy a hacer con este renacuajo

Me dediqué a llenar sacos de harina

Me dediqué a romper unos cristales

Me escondía detrás de los rosales.

Comencé como suche de oficina

Pero los documentos comerciales

Me ponían la carne de gallina.

Mi peor enemigo fue el teléfono.

Tuve dos o tres hijos naturales.

Un tinterillo de los mil demonios

Se enfureció conmigo por el “crimen

De abandonar a la primera esposa”.

Me preguntó “por qué la abandonaste”

Respondí con un golpe en el pupitre

“Esa mujer se abandonó a sí misma”.

Estuve a punto de volverme loco.

¿Mis relaciones con la religión?

Atravesé la cordillera a pie

Disfrazado de fraile capuchino

Transformando ratones en palomas.

Ya no recuerdo cómo ni por qué

“Abracé la carrera de las letras”.

Intenté deslumbrar a mis lectores

A través del sentido del humor

Pero causé una pésima impresión.

Se me tildó de enfermo de los nervios.

Claro, me condenaron a galeras

Por meter la nariz en el abismo.

¡Me defendí como gato de espaldas!

Escribí en araucano y en latín

Los demás escribían en francés

Versos que hacían dar diente con diente.

En esos versos extraordinarios

Me burlaba del sol y de la luna

Me burlaba del mar y de las rocas

Pero lo más estúpido de todo

Era que me burlaba de la muerte

¡Puerilidad tal vez! —¡Falta de tacto

Pero yo me burlaba de la muerte!

Mi inclinación por las ciencias ocultas

Hízome acreedor al sambenito

De charlatán del siglo dieciocho,

Pero yo estoy seguro

Que se puede leer el porvenir

En el humo, las nubes o las flores

Además profanaba los altares.

Hasta que me pillaron infraganti

Moraleja, cuidado con el clero.

Me desplacé por parques y jardines

Como una especie de nuevo Quijote

Pero no me batí con los molinos

¡Nunca me disgusté con las ovejas!

¿Se entenderá lo que quiero decir?

Fui conocido en toda la comarca

Por mis extravagancias infantiles.

Yo que era un anciano respetable.

Me detenía a hablar con los mendigos

Pero no por motivos religiosos

¡Sólo por abusar de la paciencia!

Para no molestarme con el público

Simulaba tener ideas claras

Me expresaba con gran autoridad

Pero la situación era difícil

Confundía a Platón con Aristóteles.

Desesperado loco de remate

Ideé la mujer artificial.

Pero no fui payaso de verdad

Porque de pronto me ponía serio

¡Me sumergía en un abismo oscuro!

Encendía la luz a media noche

Presa de los más negros pensamientos

Que parecían órbitas sin ojos.

No me atrevía ni a mover un dedo

Por temor a irritar a los espíritus

Me quedaba mirando la ampolleta.

Se podría filmar una película

Sobre mis aventuras en la tierra

Pero yo no me quiero confesar

Sólo quiero decir estas palabras.

Situaciones eróticas absurdas.

Repetidos intentos de suicidio

Pero morí de muerte natural.

Los funerales fueron muy bonitos

El ataúd me pareció perfecto

Aunque no soy caballo de carreras

Gracias por las coronas tan bonitas.

¡No se rían delante de mi tumba

Porque puedo romper el ataúd

Y salir disparado por el cielo!