Nicanor Parra. Cartas del poeta que duerme en una silla

 

Presentamos un texto clave del legendario antipoeta.

 

 

 

 

Nicanor Parra

 

 

CARTAS DEL POETA QUE DUERME EN UNA SILLA

 

I

 

Digo las cosas tales como son

O lo sabemos todo de antemano

O no sabremos nunca absolutamente nada.

 

Lo único que nos está permitido

Es aprender a hablar correctamente.

 

 

II

 

Toda la noche sueño con mujeres

Unas se ríen ostensiblemente de mí

Otras me dan el golpe del conejo.

No me dejan en paz.

Están en guerra permanente conmigo.

 

Me levanto con cara de trueno.

 

De lo que se deduce que estoy loco

O por lo menos que estoy muerto de susto.

 

 

III

 

Cuesta bastante trabajo creer

En un dios que deja a sus creaturas

Abandonadas a su propia suerte

A merced de las olas de la vejez

Y de las enfermedades

Para no decir nada de la muerte.

 

 

IV

 

Soy de los que saludan las carrozas.

 

 

V

 

Jóvenes

Escriban lo que quieran

En el estilo que les parezca mejor

Ha pasado demasiada sangre bajo los puentes

Para seguir creyendo -creo yo

Que sólo se puede seguir un camino:

En poesía se permite todo.

 

 

VI

 

Enfermedad

Decrepitud

y Muerte

Danzan como doncellas inocentes

Alrededor del lago de los cisnes

Semi desnudas

ebrias

Con sus lascivos labios de coral.

 

 

VII

 

Queda de manifiesto

Que no hay habitantes en la luna

 

Que las sillas son mesas

Que las mariposas son flores en movimiento perpetuo

Que la verdad es un error colectivo

Que el espíritu muere con el cuerpo

 

Queda de manifiesto

Que las arrugas no son cicatrices.

 

 

VIII

 

Cada vez que por una u otra razón

He debido bajar

De mi pequeña torre de tablas

He regresado tiritando de frío

De soledad

de miedo

de dolor.

 

 

IX

 

Ya desaparecieron los tranvías

Han cortado los árboles

El horizonte se ve lleno de cruces.

 

Marx ha sido negado siete veces

Y nosotros todavía seguimos aquí.

 

 

X

 

Alimentar abejas con hiel

Inocular el semen por la boca

Arrodillarse en un charco de sangre

Estornudar en la capilla ardiente

Ordeñar una vaca

Y lanzarle su propia leche por la cabeza.

 

 

XI

 

De los nubarrones del desayuno

A los truenos de la hora de almuerzo

Y de ahí a los relámpagos de la comida.

 

 

XII

 

Yo no me pongo triste fácilmente

Para serles sincero

Hasta las calaveras me dan risa.

Los saluda con lágrimas de sangre

El poeta que duerme en una cruz.

 

 

XIII

 

El deber del poeta

Consiste en superar la página en blanco

Dudo que eso sea posible.

 

 

XIV

 

Sólo con la belleza me conformo

La fealdad me produce dolor.

 

 

XV

 

Última vez que repito lo mismo

Los gusanos son dioses

Las mariposas son flores en movimiento perpetuo

Dientes cariados

dientes quebradizos

Yo soy de la época del cine mudo.

 

Fornicar es un acto literario.

 

 

XVI

 

Aforismos chilenos:

Todas las colorinas tienen pecas

El teléfono sabe lo que dice

Nunca perdió más tiempo la tortuga

Que cuando tomó lecciones del águila.

 

El automóvil es una silla de ruedas.

 

Y el viajero que mira para atrás

Corre el serio peligro

De que su sombra no quiera seguirlo.

 

 

XVII

 

Analizar es renunciar a sí mismo

Sólo se puede razonar en círculo

Sólo se ve lo que se quiere ver

Un nacimiento no resuelve nada

Reconozco que se me caen las lágrimas.

 

Un nacimiento no resuelve nada

Sólo la muerte dice la verdad

La poesía misma no convence.

Se nos enseña que el espacio no existe

 

Se nos enseña que el tiempo no existe

Pero de todos modos

La vejez es un hecho consumado.

 

Sea lo que la ciencia determine.

 

Me da sueño leer mis poesías

Y sin embargo fueron escritas con sangre.