El Guerrero
El Guerrero
ego, et tibi gladium
I have no life save when the swords clash.
Ezra Pound
I
soy un hombre temeroso y mortal
mas para ti
obscuro enemigo
soy la espada
disfruto a ratos
desoyendo a dioses omnipotentes que no entiendo
al jugar con su terror me escapo
de las interminables listas del sacrificio
ciertas noches no alimento más rencor
que el del silencio
entonces sueño ser la fibra de la cuerda de la lira
vibrar
hacerme aire
entonces sueño un único rostro de mujer
que aguarda por mi canto
escuchando sigilosa del otro lado
de la tela que cubre el universo
II
he heredado por mi dolor
no por mi raza
la dura estirpe del que parte a la muerte
y vuelve:
sudoroso el pecho tenso
hollando el crudo polvo del campo de batalla
he dado cuenta de mis odios
tú nada sabrás del terror de mi cuerpo
de mis brazos desnudos
impulsando las lanzas que siembro en los tuyos
nada sabrás del anhelo que me quema
del grito intenso de la casa
del cálido hogar donde venero
los caminos de mis antepasados
nada sabrás de mi tierna lengua
de la incomparable fruición de mis hexámetros
nada sabrás de mi mismo
desdichado extranjero
para ti es la espada mi voz
el fatal limite que marca la más terrible hora
de tus días
III
cuando odiando el cántico monótono
de los buenos días
el sino de mis conocidos
la suerte de ser inevitablemente otro
me acerco al puerto para abordar la nave
ya llevo atado a mi cuello el grato talismán
con nombre de mujer
entonces solo de ella me duelo
(de ti mujer del guerreo
que fuiste educada en casa
donde te pusieron el corazón muy fuerte
de ti que te angustias pensando que quizá
mi cuerpo nunca regresaría y no tendrías
mis manos para besarte
ni mi pecho apagado para encenderlo
con los pétalos de lis que aguardaron el duro invierno)
y aunque no sea más que un hombre temeroso y mortal
soy el guerrero
que parte siempre
con la única esperanza de ser la espada
(con el único consuelo de que tú
por fin existas y aguardes
por mi última carta)
IV
la señal del atalaya anuncia la próxima contienda
mis enemigos se abrazan y reconfortan
para cebarse en mi cansancio
mas yo bebo de mi sudor y renazco en mi sangre
y solo sé del rostro más fiero de la aurora
V
yo soy un hombre
temeroso y mortal
justo y fuerte no como un dios
sino como tus manos prójimo mío
y no es suficiente
besé el seno de la tierra
cuando me dieron días
amamantándome con el fervor del que no debe ir
a parte alguna
me abrumó el firmamento eterno
la palabra arcana que nunca leeré
en manuscritos que ardieron irremediablemente
con una biblioteca ya perdida
he vagado en una ciudad
buscando la esencia última de mi mismo
goteando como una clepsidra
agotándome
dejándome para siempre
he andado esta ciudad
que mis padres y el destino me obligaron
a amar hasta la fuente
una ciudad que dice por sus árboles
y sus aves
ser la mía
que me aguarda
no importa cuán largo sea el viaje
porque de su polvo he sido
y polvo suyo
sin duda
sin prisa
seré
VI
cuando el cauce burlón que te otorgaron
se aburra de su destino
yo estaré aguardándote acerbo enemigo
soy el río que ha de perderte en el mar
el árbol vencedor que renacerá de tus cenizas
(pues pertenezco a la dura estirpe
del que parte a la muerte
y vuelve)
y cuando el apagado sol de una mañana
se canse de mi lumbre
y arribe a mi último estío
y me derribes
sudoroso y armado
sobre el íntimo polvo de la batalla
verás caer al guerrero que te ha vencido
y mi simiente
no mi sangre
recogerá de mis despojos lo que más brille
y seré para ti
no ya un hombre temeroso y mortal
sino
eternamente
la espada