Duro oficio el exilio
(Versión al español de Alfredo Varela)
(Nota previa: Se ha respetado la grafía turca, diferenciando la ı, sin punto, de Nazım, y la i, con punto, de Hikmet, vocales que tienen pronunciación distinta:
La letra I se denomina ı y se pronuncia como la e en inglés de open.
La letra İ se denomina i y se pronuncia como la i de sin.)
Aquel que se fue
En los vidrios la noche la nieve
Hundiéndose en la sombra los relucientes rieles
a quienes se esperan sin encontrarse nunca
parecen evocar
En la estación
en la sala de espera de tercera
duerme, descalza,
una mujer de negro chal
Y yo camino de un extremo al otro
Es la ventana la noche la nieve
Una canción que nos conmueve
La canción preferida de mi hermano
De aquel que ya se fue
La canción preferida
La canción…
No me miren, hermanos
Un sollozo se anuda en mi garganta…
En la estación
en la sala de espera de tercera
duerme, descalza,
una mujer de negro chal
En la ventana la noche la nieve
Una canción que nos conmueve…
La niña muerta
Soy yo quien golpea a tu puerta
A todas las puertas, a todas las puertas
Pero ustedes no pueden contemplarme
Es imposible ver a un niño muerto
Hace diez años largos
he muerto en Hiroshima
Pero sigo teniendo siete años
Los niños muertos dejan de crecer
Al principio se inflamaron mis cabellos
Mis manos y mis ojos ardieron después
Me convertí en un puñado de cenizas
que el viento dispersó
Nada, nada les pido para mí
No podrían mimarme aunque quisieran
Una niña que ha ardido cual si fuera papel
no come caramelos
Yo golpeo y golpeo a cada puerta:
Dénme, dénme una firma
Para que los niños no sean asesinados
y coman caramelos.
(1955)
Port-Saíd
En Port-Saíd, los barcos son innumerables…
En Port-Saíd
está próximo el sol y lejana la nube
En Port-Saíd, lustrando los zapatos,
pies desnudos, rapada la cabeza,
un niño de diez años, mi Manzur.
Es seco y negro mi Mansur
cual carozo de dátil
Gracioso es mi Manzur
y canta sin cesar la misma letanía:
ya habibi, ya aini
Oh mis ojos, oh mi amor
Han hecho arder Port-Saíd, mataron a mi Manzur
Hoy en un diario vi su fotografía:
Era entre tantos muertos solo un pequeño muerto.
Ya aini, ya habibi
Oh mi amor, oh mis ojos
Cual carozo de dátil.
(Noviembre de 1956)
La casa del doctor Fausto
En la noche, muy tarde
al pie de las torres, bajo las arcadas
he errado por Praga.
En la sombra el cielo es un alambique
que produce oro
retorta de alquimista cuya llama es azul.
He descendido hasta la Plaza Carlos
En la esquina, muy cerca de la clínica
se encuentra en un jardín
del doctor Fausto la sombría casa.
Yo golpeo a la puerta
El doctor no está en casa
por supuesto…
Hace dos siglos
atravesando un hueco en el tejado
en una noche parecida a esta
el diablo lo llevó
Yo golpeo a la puerta
También yo en esta casa
voy a cerrar contrato con el diablo
también he de firmarle con mi sangre
Yo no espero de él
ni oro, ni saber, ni juventud
La nostalgia me ha herido demasiado
Ya es bastante…
Pero que me transporte a Estambul por una hora
Yo golpeo y golpeo todavía
La puerta continúa tercamente cerrada
¿Por qué?
¿Es tan irrealizable mi deseo
Mefisto?
¿O bien entonces mi alma hecha jirones
no merece la pena de comprarla?
Amarillo limón la luna se levanta sobre Praga
Ante la casa del doctor estoy
Y golpeo a la puerta en medio de la noche
a la puerta que nunca podrá abrirse.
(De Las horas de Praga)
El barco
Este no es un corazón, felizmente,
sino un mocasín de piel de búfalo
que marcha sin cesar
marcha sin desgarrarse
que avanza por las rutas pedregosas.
Pasa un barco ante Varna
“Ah los hilos de plata del Mar Negro”
Un barco va hacia el Bósforo
Nazim muy suavemente acaricia ese barco
y se quema las manos.
El nogal
Mi cabeza en las nubes pura espuma y espuma
Por fuera y por dentro estoy lleno de mar
En el jardín de Gulhané soy un nogal
Soy un viejo nogal lleno de heridas
de nudos y de heridas cubierto está mi tronco
Pero nadie lo sabe
tú tampoco
ni siquiera la misma policía
En el jardín de Gulhané soy un nogal
Todo mi cuerpo vibra
como el pez en el agua, allá en el fondo
Cual pañuelos de seda mis hojas se estremecen
Arráncalas, amor, para secar tus lágrimas
Mis hojas son mis manos
Yo tengo justamente cien mil manos
Y con mis cien mil manos yo te toco
y yo toco Estambul
Mis hojas son mis ojos y yo miro extasiado
Y con mis cien mil ojos te contemplo
y contemplo Estambul
Y mis hojas palpitan y palpitan
Cuan cien mil corazones
En el jardín de Gulhané soy un nogal
Pero nadie lo sabe
tú tampoco
ni siquiera la misma policía
Sofía
Llegué a Sofía un día de primavera, mi amor
La ciudad en que naciste huele a tilo
Voy recorriendo el mundo, lo recorro sin ti
Es ese mi destino
Y no puedo cambiarlo.
En Sofía el árbol viene antes que la piedra
el árbol es más bello que la piedra
En Sofía el árbol y el hombre están mezclados uno al otro
Y sobre todo el álamo
Siempre parece a punto de entrar hasta tu pieza
para sentarse sobre el tapiz rojo…
¿Preguntas si Sofía es una ciudad grande?
Las ciudades son grandes, mi amor. No por las calles
sino por los poetas a los cuales han levantado estatuas
Es una gran ciudad, Sofía…
Aquí, cuando la noche va cayendo, todo el mundo se vuelca por las calles
mujeres, niños, jóvenes y viejos
Hay risas, ruidos, un murmullo inmenso
un rumor a lo largo y a lo ancho
Van muy juntos tomándose del brazo, o la mano en la mano…
En las noches del ramadán, en Estambul
–Munéver, esa época tú no la conociste–
así nos paseábamos, ayer
Pero ese tiempo para siempre se ha ido
Si yo estuviera en Estambul ahora
¿pensaría siquiera en esas cosas?
Pero hallándome lejos de Estambul
todo me da pretexto a la nostalgia
y aun el locutorio de la prisión de Uskúdar
Llegué a Sofía un día de primavera, mi amor
La ciudad en que naciste huele a tilo
No podría contarte la acogida de tus conciudadanos
La ciudad en que naciste es para mí la casa de un hermano
Pero ni aun la casa de un hermano podría hacer olvidar la propia casa
Es un oficio duro el del exilio,
bien duro
(Varna, 24 de mayo de 1957)
Los poemas de esta selección están tomados del libro Duro oficio el exilio, traducción de Alfredo Varela. José Batlló Editor / LosLibrosDeLa Frontera, Barcelona, 1976. (La misma selección había sido editada en 1959 por la Editorial Lautaro de Buenos Aires.)
Alfredo Varela, poeta y narrador argentino (Buenos Aires, 1914 – Mar del Plata, 1984) conoció a Hikmet en Moscú y contó con su ayuda para verter los poemas al español.
-Selección de poemas de Albert Lázaro-Tinaut