Mosca y otros poemas
Versiones al español de Carlos Cid Abasolo y Šárka Grauová.
Selección y presentación biográfica de Albert Lázaro-Tinaut.
Poemas tomados de la antología de Miroslav Holub Poemas,
publicada por Ediciones Cátedra, Madrid, en 1990.
Del microcosmos
Puerta que alguien abrió
Camino que alguien recorre
Jacques Prévert
Sol que se descompuso,
universo que se estremeció,
trueno que dejó de resonar,
chispas que desaparecieron,
calor que se dispersó,
oscuridad que se cerró
quince billones de años que de nuevo transcurrirán
sin acontecimiento.
Un par de huellas negras que quedaron
en una emulsión fotográfica
¡leed!
Breve reflexión sobre la teoría de la relatividad
A Albert Einstein, en plática
(Knowledge is discovering
what to say) – en plática, pues,
con Paul Valéry,
fuele inquirido:
Señor Einstein, ¿Cómo trabaja usted
con sus pensamientos? ¿Los anota
en cuanto se le ocurren?
¿O aguarda
a la noche? ¿O a la mañana?
Albert Einstein replicó:
Señor Valéry, en nuestro oficio
son los pensamientos tan singulares que
cuando se encuentra alguno
seguro que ya no se olvida.
Ni en un año.
Viaje al interior
Viajando a las fuentes del lenguaje
os perdisteis largo tiempo en el paraje de medianoche donde
en vez de piedras yacen ojos abiertos.
Luego, el camino se hundió como el hielo en el charco
y caísteis. Unos miles de años.
Os encontrabais
en una yerma bodega de telaraña sin
ventanas. En el techo se acurrucaban dos
tres palabritas tullidas
(yo… fuera… verde)
y por el suelo rodaba
un gañido.
Disteis un portazo y ahuecasteis el ala.
El interior acaso, os dijisteis,
el interior quizá esté afuera.
Immanuel Kant
Filosofía de blancas células sanguíneas:
esto es yo,
esto es no-yo.
Cielo estrellado no-yo,
impecablemente reflejado
en lo más profundo.
Immanuel Kant,
impecablemente reflejado
en lo más profundo.
Y de ello nada sabe,
solo teme a la corriente de aire.
Y de ello nada sabe,
si bien precisamente eso es la crítica
de la razón pura.
En lo más profundo.
Cementerio judío de Olšany,
tumba de Kafka, abril, soleado
Bajo los sicomoros indagan
algunas palabras vertidas de la lengua.
Abandono próximo
y por ende pétreo.
Un hombre viejo en la puerta
con aspecto de Gregorio Samsa,
que no se metamorfoseó,
entrecierra los ojos a esa
luz desnuda
y a cualquier pregunta responde:
Perdone, yo no sé,
no soy de Praga.
Bodegón vespertino con protoplasma
Las casas se cubren
del liquen del crepúsculo,
el noticiero de la radio
trepa por las fachadas,
canta la hamburguesa.
El protoplasma llamado
así-es-la-vida
saca de todas las ventanas
protuberancias con avizoras cabezas de viejas,
engulle transeúntes,
penetra en las camas de la casa de enfrente,
absorbe lágrimas, añicos de riñas,
embarazos y abortos,
mancha carricoches y televisores,
se inflama con los precios de los huevos,
se hincha, mucoso, de adulterios,
separa exosporas
eso-en-nuestros-tiempos-no-había.
Y aún de noche fosforece
como mar muerto desecándose
Entre edredones, mermeladas y estratosfera.
Mosca
Posada en el tronco de un sauce
observaba
un trozo de la batalla de Crécy,
rugidos,
resuellos,
gemidos,
taconazos y caídas.
Durante la decimocuarta carga
de la caballería francesa
se apareó con un mosco ojopardo
de Vadincourt.
Se frotaba las patas
a lomos de un caballo destripado,
reflexionando
sobre la inmortalidad de las moscas.
Se posó, aliviada,
en la lengua azul
del duque de Clairvaux.
Cuando hubo caído el silencio
y solo el susurro putrefacto
rodeaba los cuerpos
y un par de brazos y piernas,
respingando,
se fajaban aún bajo un haya,
comenzó a poner huevos
en el único ojo
de Johann Uhr,
armero del rey.
Y en esas
la devoró un vencejo
que huía
de Estrées en llamas.