Minerva Margarita Villarreal

Tálamo

 

 

 

 

 

No conozco el amor

pero me has raptado

y en la memoria de

tenerte

penetro este resquicio

 

 

*

 

 

Dentro rompe la creciente

y salgo de las sombras

que se alojaron en mí

Mi animal huye por la montaña

Hacia allá salgo todos los días

empapada de oscuridad

y de regreso

ya que la luz declina

la nube divide y parte en dos al sol

Dos soles bañan lo perdido

Allá quedaron mis pies buscándolo

mis ojos

mi perdido animal

Pero nada serás

sin estos versos

convertidos en pájaros

en círculos

en pasos

que mis años alargan

 

 

*

 

 

La piedra cruzo todos los días

la piedra laja la piedra bola la piedra pinta

la caliza piedra blanda de tus labios

la tigre que con tus ojos me liga

como el cazador a su presa

y hace que caiga en la piedra

que repentinamente

se puso de pie

y me llamó desde un tiempo de silencio

me llamó

para que me aquietara

 

 

*

 

 

En esta piedra yo te espero

en el estómago en el regazo de esta piedra

junto al río cuyas aguas dejaron cicatriz

Como jauría con hambre

como perro

te espero

sobre la piedra que contempla

las grandes aguas que no volvieron más

la vista fija de las vacas que la tarde apacienta

estrellas caídas las botellas que alguna vez

guardaron la pureza

Excepto tú todo pasa

y todos pasan por aquí

Excepto tú

por esta piedra

pasan

y en mi mente

quedan

como regalos

de tu ausencia

 

 

*

 

 

Atravesé los campos

la noche que avanza

entre lobos y viento

Avanza con miedo

No se trata de un sueño

la sangre que avanza

al despertar

 

 

*

 

 

Los cuervos me dieron de comer

cuervos junto al arroyo

donde llamó

mientras las humaredas

remontaron

La tempestad

agitaba la tierra

y la lluvia era el mar

y su hato implacable

el cielo atravesaba

y desde allí

embestía

Dios vino a tocarme

vino del precipicio

y no es cuestión de aceptarlo

Hay que guarecerse de sí

 

 

*

 

 

¿De qué se trata?

¿De aceptar un camino?

¿El silencio?

Cabalgaron y el viento alzó aguas de fuentes muy recónditas

Oscuras fuentes en el cielo guiaban una constelación

de torres empinados castillos niños adormilados

huellas de alces ciervos e hipocampos

luego rodando por mis mejillas

Una grieta escindía el paisaje

Bajaron hasta los montes

Golpes del cierzo

no quiero oírlos más cabalgar

Entiendo que no quisiste hacerme daño

No lo quisiste

Pero me abandonaste

y sólo escuchaba el ruido de un tren

divisaba un incendio

el humo se expandía

hasta perderse en lo alto

Tú sin oírme

El silencio crecía y encrespaba las olas

era una tumba una barda una montaña

y mi cuerpo a lo largo del túnel despertaba

Una camilla en el último cuarto

Ponte encima de mí

Estoy

viendo tras el cristal

cómo el miedo nos traga

 

 

 

 

-El libro Tálamo resultó ganador del Premio de Poesía del Certamen Internacional de Literatura
Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz 2010.

Minerva Margarita Villarreal (México, 1957 - 2019). Autora, entre otros libros, de Pérdida (1992), Premio Nacional Alfonso Reyes 1990; El corazón más se ... LEER MÁS DEL AUTOR