La mirada de Ulises y otros textos
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE NIETZSCHE
A mi padre
Primera conjetura.
Las termitas han dejado de oírse
después de cincuenta y ocho años.
Segunda conjetura de silencio,
una jaula de pájaros cuelga del techo.
Mondar patatas recién sacadas del agua
hirviente, soplarlas, salarlas,
llevárselas a la boca con los dedos.
<<De ellos es el instante>>, decía
el vecino en busca de aguardiente
que andaba del lado de los árboles.
La primera tarea del día es sacar
agua del pozo, tirar de la soga, taparlo.
La primera tarea del día es vestir
al padre. Comienzo de la disolución,
el caballo deja de comer.
Los visitantes tienen el pozo,
los árboles y el camino de su lado.
Y pagan el agua con una profecía:
<<la devastadora nada sobre la tierra yerma>>.
De vuelta al pozo, son los ojos del padre
los que dan fe de la consumación.
-Este hombre fue retratado
por Arcimboldo, cuando la hacienda
daba frutos y el sur era el norte-
No hay más que sogas en el camino
a ninguna parte. En el arca, la foto
de la madre, anuncia la partida,
el eterno retorno a la tierra yerma.
Con su único brazo útil el padre
descarga la caja de herramientas.
La hija mira a través de la ventana.
No está de su parte el agua
ni los árboles ni el camino.
-El padre posó sobre una losa
de mármol para Andrea Mantegna-
Él es la sombra en la pared
más que él mismo. No hay
aguardiente con que celebrar
el ritual de la tierra yerma.
El establo es más panteón
que nunca y ahora solo el árbol
está del lado del corazón.
-Él alguna vez posó para Magritte-
Ni luz, ni viento. Solo silencio
en esta última cena sin apóstoles.
Señor, muéstrame tu camino.
Renuncio a este maldito sueño mío,
suplica Raskolnikov al despertar.
26 de octubre de 2012
VARIACIONES DEL CANTO V
Por la mañana rocí0
Al mediodía calor
Por la tarde los mosquitos
No quiero ser Altazor.
Yo lo intento
te lo cuento
me quedo sin aliento
respirar es un tormento
tú eres mi sustento
el tañer de las campanas
el rugir del viento
el aullido el advenimiento
que se agolpa y se alarga
y se hace escarcha
eres lo que se ensalza
y se entierra
lo que madura y se malogra
la maldición que nos sacude
la revelación ignota
los castillos que amanecen
y desaparecen
las islas despojadas de tesoros
cabezas acordonadas
ensartadas enlentecidas
ando descuartizando
el portento de Huidobro
acontece al momento
observando el firmamento
siento el lamento
y juro ardiendo
abjuro del juramento
y crezco y me nutro
del conocimiento
de los que descendieron
y luego se elevaron
de los que desoyeron
de los que ardieron
de los que deliraron
de los que descubrieron
que todos los días
son el mismo día
el mismo cuento
y no sintieron remordimiento
cuando escucharon el redoble
atronador de los despeñados
oyendo el quebranto de los huesos
la aceleración del pensamiento
mis recuerdos son fragmentos
que giran alrededor tuyo
no giro me consumo me apago
le tomo el pulso al movimiento
de los versos me invento
ahuyento a los muertos
y me oriento por el calor
de tu cuerpo de tus besos
arrojados por la marea a los pies
de mi cama al final de esta línea.
2012
DESNUDO SOBRE VITEBSK
En las noches de Vitebsk
una mujer aparece en los sueños
de sus moradores componiendo
un jarrón de aéreas minas.
Recoge su pelo en una trenza
antes de sumergirse en el baño.
La escena termina abanicándose
con un abanico blanco. Entonces
la veo tendida de espaldas
sobre un cielo de nubes grises
y me angustia el sentimiento
de melancolía al despertar.
Hablo de los pájaros
del molino encantado de Franz
Marc. Hablo de la mirada
de una joven. Hablo del retrato
del Emperador Kangxi. Hablo
de Rousseau atacado por un jaguar.
Hablo de María Magdalena cuando
le fue presentada a Leonardo.
Hablo de la Virgen con el Niño
de Dalmasio. Hablo del auto
homenaje de Mafai. De Tintoretto
y la Fustigación. Hablo del
Príncipe Maurizio de Sajonia
de niño. De la conversión de
San Pablo. Hablo de los últimos
días de diciembre de dos mil
doce, un siglo después
de la defunción de la rosa.
El primer pétalo cayó
a las nueve de la mañana y lo hizo
en las manos de Tonino Guerra.
29 de diciembre de 2012,
La Línea de la Concepción.
64 GESTOS DE AMOR
Mi vida está
unida al agua
-a 62 años de fracasos
triunfales-
He sentido correr
tus lágrimas
por el sendero más largo
de la vida.
Aquí estoy -te digo-
La esperanza me tiene
entre tus labios
Juan Eduardo Cirlot
Pero yo soy de carne
todavía –clamaba Aleixandre-
Quiero ir
conquistando los espacios
de la sangre,
habitarte una hora,
sumergirme
en el olvido del dolor
una hora.
Dulce venablo que se clava
en el costado
a modo de canción
y te devuelve a la otra vida
a platicar con la sombra
y descubrir que tú y yo somos
el manjar del otro.
Si vienes de noche
a mi casa
tu sombra no
oscurecerá mi puerta.
Estaré
dormido
y no podré
atenderte.
Aparta
entonces
con tu aliento
el sueño de mis ojos
y dime al despertar
cuántas fueron las veces
que pronuncié tu nombre.
La clave
está en no volver la mirada
a los lugares
pretéritos.
Confía en mí
sabré hacer fácil
lo difícil.
Llevaré los besos
de la mano a tu pupitre.
Tú, llévate mi corazón
como fruta en tus labios.
No te olvides de traer
los abrazos contigo,
las palabras de amor contigo
-me dices-
Y cuando me esté preparando
para salir de tu casa,
abrocha la botonadura
de mi abrigo y ofréceme tu amistad
y tu cariño, tu amor, tu boca,
todas las palabras, el pensamiento
como un legado que arrancaras
del jardín de la sabiduría.
Tú, quédate mi corazón
como fruta en tus labios.
2017
En bastardilla dos versos del poeta Spilios Pasayanis.
LA MIRADA DE ULISES. (Parte I)
LAS TRES BOBINAS
Los sueños se guardan en bobinas de 36 mm.
Cuentan que las nubes son trashumantes bestias
entre brumas, pájaros y guirnaldas de luz.
Forámeta CCXIX.
Las hilanderas
permanecerán unidas
en la memoria
deshilando las historias
de los amantes
que no se aventuraron
por las peligrosas
aguas de los Balcanes.
El fotógrafo convierte en sepulcral
el instante que el barco
sale del plano rumbo a otros muelles.
Si extendiera mis manos
palparía tu rostro inmaculado.
Soñé que la vida era un empedrado
de paraguas abiertos en la noche.
Me pareció verte entonces
por primera vez. Beberemos
en el mismo vaso coreando
las canciones de la infancia.
Si he perdido la vida…
me queda tu mirada.
La historia del viejo olivo
venciéndose solitario
hacia la muerte,
me ayudó a conquistarte.
Ella iba sorteando
las traviesas de los raíles,
delante del deseo
va la esperanza.
Le hablaba del incendio
de las bobinas, se giró
me besó, yo la besé
y juntos recobramos el gusto
por los deseos naturales.
Tócame. Sálvame.
Me hablaba, más no la veía.
Tan absorto andaba
al encuentro de la primera mirada.
Julio de 2017
LA MIRADA DE ULISES. Parte II.
CONSTANZA
Y van confiscando
en la casa
las notas del piano
los pasos de baile
la felicidad
junto a estas aguas.
¿Acaso el mar me ha devuelto
a tus brazos, al calor de tus besos,
al silencio de tus pies descalzos?
¿A caminar de tu mano
de vuelta a la casa del padre?
Cubre mi rostro con la sombra
de tus labios.
Abrázame fuerte contra tu pecho
-no me dejes partir-
juguemos a creernos que este día
contará como el primero
de los días venturosos. Otoño
en otra galaxia a un tiro de piedra
de este doloroso átomo azul.
En el sueño la nave avanza
por el gran canal de Europa
como una góndola funeraria
que transportara una gigantesca
estatua de Lenin
seccionada en bloques
y dispuesta como disponen
los arqueólogos los restos
de la historia en las vitrinas.
Desde las dos orillas del Danubio
los testigos le rinden el homenaje
silencioso de la última mirada.
Bebamos para olvidar
y brindemos por el mar
imperturbable, por nosotros
que cambiamos de siglo
y de mundo, por nuestras obsesiones,
por los ríos navegables, por el rosal
y el álamo. Por el amor que siendo es ido.
Por las promesas incumplidas
de hacer fácil el pan de cada día.
Porque ni tú ni yo cubramos
con amarga ceniza la décima
de un latido de tu corazón y el mío.
3 de enero de 2018.
LA MIRADA DE ULISES. Parte III.
SARAJEVO
<<El grito de Gomushka.
En primavera…
¿Qué debo plantar
donde descansa tu cabeza?
¡Dímelo!
¿Un rosal que te dé sombra…
que te recuerde a nuestra casa?
¡Dime…
lo que quieres, amor!
Dímelo.
¿Las dos cosas?
¿Un rosal… y un álamo?
De tu Gomushka.
¡Vania! ¡Amor mío!>>
THEO ANGELOPOULOS, 1995.
Remaré entre ruinas
hasta tu casa en ruinas
y no habrá rosas
para alegrar la vida
ni álamos donde cobijarse
de los rayos de sol.
Y no habrá sol
ni agua suficiente
en los ríos para apagar
el fuego que arde
en el corazón de Gomushka.
Le hablo a tu cuerpo
tiernamente -desde mi cuerpo-
cuando se queda solo
y lo devora el tiempo
atraído por la gravedad
de la tierra, sometido
al infierno de la sed
de completud, de tu no ser tú.
Despierto y tu voz me llega
como una hogaza de pan caliente
pero el latido de la barbarie
me devuelve a este otro pan nuestro.
¿Dime, mujer, cómo me he encarnado
en el más obsesivo de tus sueños?
Me ofreces el traje de tu esposo
que tan celosamente guardabas en el arca.
¿Es que quieres que ocupe su lugar
entre estas ruinas y termine oliendo a él?
¿Es esto Sarajevo? ¿Es esto Sarajevo?
Que no te ahoge la tristeza
de los habitantes del subsuelo.
Es la vida escapando de la muerte,
la fe apostando por la vida,
la vida tratando de salvarse sola
entre ruinas.
Es la guerra, la locura, la muerte.
Razón de más -me dices-
para querer alcanzar la utopía.
Marilyn, Greta, Gomushka.
Las historias de amor cambian,
solo la mujer permanece.
Vivo mi vida en círculos concétricos
que se expanden sobre las cosas…
Estalla la alegría silente
en la ciudad sitiada
ante la mirada desvanecida
del coleccionista de miradas.
Humo negro, dolor y copos de nieve
y niebla en las calles de Sarajevo.
Permanecer en perseverancia
trae ventura
a la mirada revelada
por los ojos del durmiente
que yace sobre la última nevada.
¡Quién fuera sueño para reposar
tan dúlcemente!
In memoriam Tonino Guerra
21 de marzo, equinoccio de primavera,
Día Mundial de la Poesía.