MIGUEL INZUNZA
Bajo el agua se esconde
Bajo el agua se esconde
la casa de mi abuelo.
El mar se fue internando entre las calles,
golpeó y clavó sus dientes de sal entre los muros,
pero a pesar del agua y
la digestión del tiempo,
no logró triturar la infancia de mi madre.
En el lenguaje oculto de las olas
sigue cantando alegre aquella niña.
Mi madre hunde los dedos de los pies,
en la arena cobriza,
dispara su mirada como flecha
hiriendo al horizonte.
Cien metros mar adentro, la casa bajo el agua,
enciende por las noches su luz de candelero.
Mi abuelo, que está vivo, prende leña,
sazona con las manos ese pargo,
los niños miran todo con asombro,
y esperan que el aceite se caliente.
Yo observo lo que pasa desde afuera,
en medio de una noche de otro tiempo,
pero hasta acá fulguran
las luces y las risas
en torno a su fogata
y en el nocturno oleaje se lee aún la tinta
con que la luna escribe
su historia luminosa.
Dentro del mar se esconde aquella casa
mis ojos se sumergen
en las ruinas.
Todo espera
Todo espera paciente
a que ceda la euforia de lo diurno,
la lámpara, el balcón,
el silencio con su faro de niebla.
La noche está en la lumbre
y a punto de cocción,
ya huele a tinta.
La noche va paciente,
desnudando los versos que en el día
se esconden del bullicio,
penetran lentamente por los párpados
a tientas, indecisos.
A estas horas se ven
mejor esas luciérnagas del tiempo
que emergen de la página.
La vida es esa oculta pirotecnia.
Katherine
Qué ibas a sospechar tú Katherine
que irías aquella tarde,
a la boda del agua y de la luz.
Pusiste sobre el mar tus pechos tiernos,
braceando en esa tabla.
Nadie antes conoció tal sensación
de unir el mar y el cielo con las manos.
Cuánto tiempo anduviste caminando
en la cresta de espuma,
antes de que lanzaran de una nube
la soga luminosa,
por la que treparía en un segundo
tu alma de delfín, que se levanta,
y danza con la muerte la canción
brevísima del rayo,
reventando el silencio océano adentro.
Acuática viajera de las olas
te eligió en matrimonio el habitante
que reina en esta bóveda nublada,
los peces te miraron alejarte,
subir por la escalera del relámpago.
La nota en el periódico decía;
fallece una surfista por un rayo.
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MIGUEL INZUNZA (Sinaloa, México, 1978). Poeta y músico. Realizó estudios de música, periodismo, comunicación y un diplomado en Letras Iberoamericanas por la Universidad Autónoma de Querétaro. Ganador del premio María Grever que otorga la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, la Sociedad de Autores y Compositores de México y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Ha publicado en revistas literarias y ha participado en diversos festivales y ferias del Libro de Latinoamérica. En 2023 su libro “Palangre” fue seleccionado por el Instituto Sinaloense de Cultura y la Dirección de Literatura y Editorial, para ser publicado dentro de la serie ExLibris, por su manejo del lenguaje, fijando una importancia en la versificación en escrituras abiertas, pero también por la recuperación de formas cerradas como el soneto y la décima. El 2018 fue nominado al Latín Grammy en la categoría de productor.