

Presentamos tres textos claves del reconocido poeta, novelista y dramaturgo hispano-mexicano.
Max Aub
Verano
1
Igual que en amor,
lo que dieras, doy.
Después de haber dado
por nubes su nieve,
campo, espejo fiel,
por azul da verde.
Igual que en amor
lo que dieras, doy.
2
Julio dará su mies
al sol que más caliente,
voluptuosa miel
que al viento ondula y cede.
Cuestión bizantina
La playa ¿es orilla
de la mar o de la tierra?
Conseja bizantina.
La orilla del bosque
¿es su límite o del llano borde?
¿Qué frontera separa
lo tuyo de lo mío?
¿Quién acota la vida?
¿Vives hoy o mañana?
Raíz, tallo, flor y fruto
¿dónde empiezan y acaban?
El mantillo
¿es orillo
del ramaje muerto,
del renuevo
o del retorcido
helecho nuevo?
Cuestión bizantina.
Importa la orilla,
dormir limpio en ella.
(No somos tú y yo,
sino el hilo impalpable
que va de tu presencia
a la mía.)
Límites y fronteras
se agostarán un día.
Sin orillo ni orilla
¿qué más da de quién sean
los cachones, la arena?
La playa es orilla
de la mar y de la tierra,
nunca frontera:
Nada separa,
Nada se para.
Palabra.
David Mordecai Euron
¿Cómo se llamaría en su juventud? No lo sé. Al llegar a Israel los judíos cambian nombres y apellidos para no aparecer como Rosenthal, Weisman, Mayer, Meyer, Kohn, Suderman, etc. Inventó poetas como aquel esclavo Abu Gosh. Tenía pocas ideas. Escribía en alemán y lo traducía al hebreo. Murió un viernes, al no encontrar quién ni cómo llevarlo a un hospital, en Jerusalén, el 27 de enero de 1967: Ya no era joven, creen que había nacido en Berlín. No creo que muriera en acción aunque me dijeron que sí. Lo dudo, no de la autenticidad de su poesía.
1
El tiempo, a veces, hace mal las cosas:
perdida, perdida, perdida
que sólo en mí moras.
Sólo a ti veía,
gacela: sólo a ti veías;
no me querías ver.
2
En el recuerdo sólo quedas tú,
historia, piedras, colores,
aguas y tierra…
Allí quedaste, yo me fui, aquí estoy
sin ti. Solo quedó la marca
de tus dedos en los míos,
meras huellas dactilares.
Sólo a ti veía,
gacela: sólo a ti veía;
no me quenas ver.
3
Nada te pedí
¿qué me podías dar que dar pudieras?
Nada me diste, sólo te miraba.
En mí te llevo, y tu labio inferior,
rosa judía, salidillo,
el rosa más oscuro, rosa amor
y a tus ojos profundos.
Sólo a ti veía
gacela: sólo a ti veía;
no me querías ver.
4
Nada tienes que ver conmigo y,
a pesar de ello, estás más cercana a mí
que mi pensamiento
en esta noche
que nos separa desde siempre
de todo y de todos.
Estoy solo en la oscuridad del día;
solo, contigo; tú lo sabes.
Sólo a ti veía,
gacela: sólo a ti veía;
no me quenas ver.
5
Tienes las piernas más perfectas
que cualquier hombre haya visto.
Si no lo sabes te lo digo.
Tienes la boca más perfecta
que cualquier hombre haya visto
si no lo sabes te lo digo:
¡Oh, tú, suave, suave, suave,…!
Sólo a ti veía,
gacela: sólo a ti veía;
no me querías ver.