La historia de cada perro
(Traducción al español de Nieves García Prados)
CÓMO SOMOS NOSOTROS
Y CÓMO SON ELLOS
Nos hacemos religiosos,
después nos alejamos de la fe,
si sentimos necesidad, entonces tal vez regresamos.
Luego volvemos a ganar dinero,
después pasamos a una vida de moralidad
hasta que otra vez nos centramos en el dinero.
Conocemos a gente maravillosa, pero la perdemos
por nuestras ocupaciones.
Estamos, como se suele decir, manga por hombro.
La perseverancia, parece
que pertenece más a los perros que a nosotros.
Esa es una de las razones por las que los amamos tanto.
SI ESTÁS SOSTENIENDO ESTE LIBRO
Puede que no estés de acuerdo, puede que no te importe,
pero si estás sosteniendo este libro deberías saber
que de todas las cosas que amo en este mundo
—y son muchas— muy cerca del primer puesto
de la lista se encuentra: perros sin correa.
LA HISTORIA DE CADA PERRO
Tengo una cama, la mía propia.
Es justo de mi tamaño
y a veces me gusta dormir solo
con mis ojos llenos de sueños.
Pero algunas veces los sueños son oscuros y violentos
y horribles
y me despierto y tengo miedo, aunque no sé por qué.
Pero ya no puedo dormir más
y las horas pasan demasiado lento.
Salto a la cama entonces donde la luz de la luna
brilla en tu rostro
y sé que pronto será mañana.
Todo el mundo necesita un lugar seguro.
LA CANCIÓN DE LA CHATARRERÍA DE LUKE
Nací en una chatarrería,
ni siquiera sobre un montón de trapos
ni en el asiento de un viejo coche destrozado.
Yo nací bajo el polvo.
Pero cuando mis ojos se abrieron
pude arrastrarme hasta un lado para ver
los árboles y la hierba moviéndose.
Fue entonces cuando empecé a soñar
aunque los gusanos me estuvieran comiendo.
Y por la noche, a través del metal retorcido,
vi una única estrella —una, ni tan siquiera dos.
Su luz era algo formidable
y me enseñó algo muy valioso
que también será útil para ti.
Aunque los gusanos seguían mordiendo y pellizcando,
me enamoré de aquella estrella.
La miraba fijamente cada noche,
aquella luz tan clara y lejana.
Escucha, un cachorro de chatarrería
aprende a soñar muy rápido.
Escucha, lo que veas y ames
es lo que eres.
EL PERRO SE HA ESCAPADO OTRA VEZ
(BENJAMÍN)
y debería empezar a gritar su nombre
y dar palmadas con mis manos
pero ha estado lloviendo toda la noche
y el estrecho arroyo ha crecido,
ahora es una turbulencia embarrada
que corre sobre las musgosas piedras
y que surge delante
con una música dulce y loca
que no quiero enredar con mi propia voz
llamando a mi pequeño perro
para que se apresure en volver
mira, la luz del sol y las sombras se están persiguiendo,
escucha cómo el viento se arremolina y salta
y se sumerge arriba y abajo,
quién soy yo para convocar su cuerpo fuerte y feliz
sus cuatro patas blancas que aman rodar y pedalear
entre las hojas oscuras
para pedir que vuelva a caminar a mi lado, obediente.
AFERRARSE A BENJAMÍN
De nada sirve que le diga
que él
y el mapache son hermanos.
Tú tienes tus ligeras ideas sobre la naturaleza
él tiene otras,
y están llenas de sus
dientes blancos
y de su mueca horrible,
algunas veces.
Tú amas
a este perro sincero,
pero también admiras al mapache
y el Señor te ayuda
en tu esperanza y en lo incierto.
Al negro enmascarado le dices:
¡Corre!
Y con la misma urgencia, al perro:
¡quédate!
y él lo hará o no lo hará,
dependiendo
de más cosas de las que podría nombrar.
Él está seguro de que tiene razón
y tú, tan ensimismado,
te equivocas,
aunque paciente y en paz.
Y quedas cabizbajo.
Y son sus ojos, no los tuyos,
los que están limpios y brillantes.
LA PROFESORA DE POESÍA
La universidad me dio una nueva y elegante aula
para enseñar. Sólo pusieron una condición,
no podría llevar a mi perro.
Está en mi contrato, dije. (Me aseguré
de ello)
Negociamos y me trasladé a una vieja
clase en un viejo edificio. Apuntalé la puerta
para que no se cerrara y puse un cuenco de agua.
De este modo podría escuchar a Ben ladrando
entre otras voces, aullando en la distancia.
Entonces llegarían:
Ben, sus amigos, quizá uno o dos perros desconocidos,
todos sedientos y felices.
Beberían y se tumbarían en el suelo
entre los alumnos. A ellos les encantaría.
Todos escribirían poemas sedientos y felices.
-Mary Oliver
Dog songs
Traducción al español de Nieves García Prados
Valparaíso ediciones
Granada, España, 2016
http://valparaisoediciones.es/tienda/poesia/194-68-dog-songs-treinta-y-cinco-poemas-y-un-ensayo.html