Marisa Negri

Visión nocturna

 

 

Palabras de este mundo
Nueva poesía argentina
Selección y edición: Marisa Martínez Pérsico

 

 

 

Sorting

 

Una obrera levanta las hojas con la mano derecha,

vibran entre sus dedos

así comprueba consistencia y color.

 

Van los brotes elegidos a secarse sobre un paño azul

subastados a buen precio

tendrán nombres lujosos según la estación;

rocío de jade, dragón negro, diosa de hierro,

el resto, tostado y vendido a granel.

 

La viajera suspira

 

igual que una hoja de té

ha llegado entre miles hasta aquí

y todo lo que ansía es transformarse.

 

 

 

 

Las viejas vieron, todas las hojas daban los colores; el mechay, el amarillo y el azul
lo hacía la madera. Se iniciaron entonces en la ciencia del teñido.

En un perol de aluminio hervían cáscara de árbol, flores de dalia, orujo de manzana.

En días largos se tejía en el patio, la casa era una sola. Los niños no se dejaban fuera
de las cosas, vendían los tejidos en la escuela para comprar zapatos.

 

 

 

 

La voz del ciervo

 

En el susurro de la hierba

y en el grito de las pavas

que hacen girar los engranajes del mundo

se quema la isla

en el ondular de los peces

que dejan apenas un trazo en el agua

y en el hueco que la ranita saltadora cavó debajo del ingá

se quema la isla

y más profundo

y más leve

en el encaje de ñandutí que reveló el rocío

y en los mil huevos rosados que esperan en los tallos

se quema la isla

bajo la sombra de las hojas duermen su sueño las crisálidas

y el colibrí va veloz hacia el perfume

hay humo en el aire.

¿Qué haremos con lo que arde,

con lo que oprime y pavimenta lo no domesticado?

Escucha

La voz del ciervo.

Escucha

la voz del ciervo:

no somos tan distintos

también tu vida

lleva su porción de muerte.

 

 

 

 

La oruga

 

todas fuimos un huevo transparente

una crisálida donde

desarrollar las alas

beber el jugo secreto de la noche

la vida ya había empezado

antes del primer llanto

sangre y aliento

madre atómica     bombeo    corazón

la vida era

larva    renacuajo  zorzal   enredadera

rueda que gira

miren

tiene los ojos de su madre

la boca de su padre

¿quién era yo?

en el lienzo las imágenes del mundo

¿soy la que estira la mano para alcanzar la fruta?

¿la Extasiada que recibe la santa comunión?

¿la que tiene un niño de la mano y otro calzado en la cadera?

¿la maestra normal?

la vida se despliega

la piel se mancha   la carne se ahueca

todos los cuerpos caminan hacia la corrosión

hacia el nacimiento

mutan

miren

tiene la risa de su abuela

gatea como un perro   un gato   un primate

cerramos los ojos

mutar no es convertirse

mutar no es hacer la revolución

envuelta en las sábanas quiero ser la oruga

entregar mi cuerpo a lo que muta

para empezar de nuevo

(Inédito)

 

 

 

visión nocturna

 

Somos venidos al gran festival del mundo

Sea el crepitar de las salamandras

el palo santo que humea entre la leña

y las luces de los barcos frente a la ventana

 

Estás sumergido en la lectura

amo el leve quejido de papel con que pasás las páginas

el lápiz al alcance de tu mano hundido en el silencio

 

En este otro libro

escribimos nuestras vidas

en la corteza de los fresnos

con un gesto cómplice aguardamos el paso del ipacaá

y frotamos nuestros cuerpos con hojas de romero

para no perder el asombro, la intuición, la dicha

 

Arde la noche de las islas

y todos los peces duermen como recién nacidos

(Inédito)

 

 

 

 

 

Algunas palabras de este mundo

Quiere esta antología, junto con difundir las voces de treinta poetas argentinos nacidos entre 1970 y principios del siglo XXI, ser, con su eco preliminar de Árbol de Diana (1962), un homenaje a Alejandra, de cuya muerte se cumple medio siglo.

Celebrar, desde el guiño de su título, esos pequeños artefactos poéticos perfectos, esas piezas muchas veces brevísimas que dan cuenta de una subjetividad quebrada, de una orfandad metafísica, con unas dislocaciones pronominales que potencian el característico tono de tipo liminar pizarnikeano, siempre al borde, en el umbral o límite entre posibilidad e imposibilidad del decir. Poesía que es desamparo y morada. Claridad y oscuridad a la vez.

Las páginas que siguen son un intento de visibilizar y divulgar un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas nacionales: hay derivas de la poesía conversacional, propuestas en clave realista, programas de carácter hermético, de indagación ontológica o continuadores de la tradición de la ruptura, estéticas herederas del neobarroco/neobarroso y de la poesía experimental, del riesgo, que se institucionalizaron en países como Argentina o México, especialmente durante la década del ’90. Poemas en prosa y otros que buscan el diálogo intergenérico o transmedial (lírica, narrativa, teatro). Poemas que no exceden una página (¿una pantalla?) y poemas largos memorables.

Esta muestra responde, además, a una vocación federal y extraterritorial. Incluye autores que nacieron y viven en distintas provincias argentinas –desde Salta hasta Tierra del Fuego– y otros radicados en el extranjero (Holanda, Francia, España), que encarnan una argentinidad poética ‘extraterritorial’ (George Steiner), ‘glocal’ (Vicente Luis Mora) y ‘posnacional’ (Bernat Castany).

Marisa Martínez Pérsico
Roma, octubre de 2021

Marisa Negri Nació en Buenos Aires en 1971. Es poeta, bibliotecaria, docente y gestora cultural. Publicó los libros de poesía: Caballos de arena, ... LEER MÁS DEL AUTOR