MARIO MORQUENCHO
Laberinto
Tengo un saco prestado, uno nada más, que no hay cuando lo devuelva. Una corbata escondida
en el bolsillo de algún pantalón que difícilmente uso. Un par de zapatos viejos con tantas cicatrices,
tantos órganos extirpados y litros de sangre en el camino.
No tengo sombrilla ni paraguas, porque no tengo nada en contra del sol o de la lluvia. Tengo un
roperito que tose cuando abro uno de los seis cajones que tiene. Una TV que se enciende cuando
sueño, una TV que quiso ser máquina de escribir y no pudo, porque el mundo no va hacia atrás
como un cangrejo.
Tengo una agenda que mi padre me regalo hace poco, precisamente no la utilizo como tal, violo
su naturaleza, su razón de existencia, esta debe soportar la punta de los distintos lápices y lapiceros
señalándola, estados de ánimo encima de cenizas rebeldes, pedazos de galleta mal comida, nubes,
aves y etcéteras azules o grises por doquier.
También tengo una cama con un abismo, una gotera incierta, una puerta secreta, un espiral,
un sub-mundo, una alternativa insólita, una opción que los demás no tienen, algo que elijo porque
no tengo de otra, porque vivo en Lima y mi familia está lejos, porque alquilo una habitación con
una sola ventana y una sola puerta, porque más allá de la ventana y de la puerta hay más ventanas
y más puertas, más allá: hay millones de sombras y espejos de otras ventanas, de otras puertas
que esperan: Sentadas las ventanas, de pie las puertas… y tendré que ir: abrir y cerrar, cerrar
y abrir, otra vez: abrir, cerrar, cerrar, abrir, cerrar y abrir, abrir y cerrar; hasta que me quiten
el saco prestado o decida, de una vez por todas, devolverlo.
Libro de fe
¿Tienes un libro de fe a la mano?
¿un libro de fe que brilla en la mesa de noche?
¿un libro de fe que crece entre marañas de maracuyá?
¿un libro de fe en pdf que alumbra tus ojos?
¿un libro de fe que estalla en mil colibríes sobre tu pecho?
¿has visto mi sangre y mis extremidades caer
sobre los parpados de un búho
o entre las semillas de un viejo agricultor?
¿sabes que un libro de fe tiene miles de años
miles de huesos rotos
miles de ciudades destruidas y reconstruidas?
¿sabes si alguien ha creado una canción sobre aquello
que los niños no dejan de cantar?
mi padre me habló del libro de fe
mi padre llegaba todas las tardes a las 6
después de recorrer los pozos de petróleo de la zona
mi padre llegaba y recorría la casa con ese olor a petróleo
impregnado hasta en los ojos
mi padre se sentaba a leer el libro de fe
cerca de la ventana del patio
y yo tenía que quitarle las botas pesadas con las suelas repletas de borra
mi padre me obsequió para mi cumpleaños su libro de fe
y es el mejor regalo que haya recibido
desde ese día hay un poema que explota
en miles de millones de partículas que se esparcen
por el polvo
el polvo que se levanta
por el fino sonido de las balas al rozar las piedras
los sueños que se arrastran desangrados
son las ciudades que explotan a diario
y que a diario tienen un arcoíris
que llora en los escombros
con un libro de fe en la mano
un libro de fe en tus manos
es un reactor nuclear
oculto en el pecho de todas las reses despellejadas
que 2 adolescentes enamorados colorean
con sus dorsos desnudos
en un mismo papel
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MARIO MORQUENCHO (Los Órganos, Piura, 1982). Formó parte del colectivo Heridita (Lima). sus poemas han sido difundidos en Me Usa. Brevísima Antología Arbitraria Perú-Uruguay (2012), Poesía Que Gira (2014), Mirando Sobre El Heno: Muestra de Poesía Peruana Reciente (2014), Libérrimo Austral (2017), Nueva York Poetry Review y Luvina: Revista Literaria de la Universidad de Guadalajara (2021). Ha publicado Ciudadelirio (2010), Un Mar Alcoholizado (2013), Sarita Calavera (2016) y Placlitaxel (2017).