Marialuz Albuja invitada a la Primavera Poética de Lima 2024

 

MARIALUZ ALBUJA

 

 

 

 

Réplica

 

A mamá no sé lo que le ocurre

cuando se asoma a la ventana y no consigue ver

lo que mis ojos, aun cerrados, adivinan.

Ha perdido el escalón, tal vez, la llave.

Será por eso que no vuelve y que me arrastra

sin saberlo

hasta su fondo.

Los amores de mi madre no comprenden lo que busca

se extravían en su belleza

no imaginan que sus ojos, clavados en el dintel,

sólo desean extinguirse.

Cuando se atreven a mirarla

a veces llegan hasta mí

con manos grandes me descifran

como si fuera yo una réplica tangible

mientras mi madre, al otro lado,

busca la forma de escapar

y no se entera.

 

 

 

 

Impunidad

Yo tenía trece años y esa mañana la noticia de la chica muerta
me llegó como una revelación.
(Selva Almada, Chicas muertas)

 

Allí, donde yacen las chicas muertas, estoy

convertida en trozos de algo que ya no se reconoce

en trazos de algo que es imposible distinguir.

El sol acaricia mis huesos expuestos pero no los calienta

porque no sigo ahí adentro para sentirlo.

El calor, entonces, se desperdicia

como se desperdicia todo a la larga.

Como ahora, que miro mi cuadro y el cuadro no sabe

que lo miro.

No sabe que observo sus diminutas manchas rojas

las grandes corolas amarillas, el borde que traga sus tallos

igual que un abismo. Porque la vida termina en abismo cuando ya no.

Y eso, si queremos maquillarlo un poco

pues la mayoría de veces alcanza con un basurero

el sitio donde acabaron las cosas que perdimos

para siempre

aunque lo hayamos creído imposible

cuando las vimos llegar por primera vez.

 

 

 

 

Definición

 

Para ser pájaro hay que serlo.

Subestimar la contundencia de dos alas

es ignorar la gravedad (aunque incumplirla

no sea siempre transgredir).

Pero no basta con las alas o las plumas

o con las láminas de un pico

o con ser parte de un linaje del Jurásico

(ahí van los pollos por la vida, los pingüinos,

los ñandús…)

como tampoco es suficiente con volar

(ahí van los bichos migratorios o la ardilla siberiana

que apenas flota entre los pliegues de la piel).

 

Para ser pájaro hay que serlo

en la desnuda aparición que no sospecha de sí misma.

De nada sirve precisar con el lenguaje.

-Ahí van los pájaros.

-¿Lo son?

 

 

 

 

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MARIALUZ ALBUJA (Quito, Ecuador, 1972). Magíster en Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Andina Simón Bolívar. Ha publicado los poemarios Las naranjas y el mar, Llevo de la luna un rayo, Paisaje de sal, La pendiente imposible, Detrás de la brisa y Doble filo. En novela ha publicado En caso emergencia (no) rompa el vidrio y Maura. En 2017, la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras, Madrid, le otorgó el premio Dámaso Alonso en la categoría Creación Literaria. En 2012 obtuvo mención de honor del premio César Dávila Andrade de poesía y, en 2008, ganó el premio Proyectos Literarios, otorgado por el Ministerio de Cultura del Ecuador. Sus dos novelas fueron las ganadoras del premio nacional Darío Guevara Mayorga a la mejor obra publicada en su categoría (2017 y 2019 respectivamente). Su libro de narrativa, Mi peorversión, fue seleccionado por el fondo editorial de la Universidad de las Artes, y su poemario Doble filo fue finalista del premio iberoamericano de poesía José Santos Chocano. Con el monólogo de teatro Tal vez no fue así ganó la convocatoria de dramaturgia CCE-Libros Pichincha 2023. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, francés, italiano, portugués, árabe, euskera, griego, rumano y ruso. Actualmente es coordinadora de dirección de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.

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