MARIALUZ ALBUJA
Réplica
A mamá no sé lo que le ocurre
cuando se asoma a la ventana y no consigue ver
lo que mis ojos, aun cerrados, adivinan.
Ha perdido el escalón, tal vez, la llave.
Será por eso que no vuelve y que me arrastra
sin saberlo
hasta su fondo.
Los amores de mi madre no comprenden lo que busca
se extravían en su belleza
no imaginan que sus ojos, clavados en el dintel,
sólo desean extinguirse.
Cuando se atreven a mirarla
a veces llegan hasta mí
con manos grandes me descifran
como si fuera yo una réplica tangible
mientras mi madre, al otro lado,
busca la forma de escapar
y no se entera.
Impunidad
Yo tenía trece años y esa mañana la noticia de la chica muerta
me llegó como una revelación.
(Selva Almada, Chicas muertas)
Allí, donde yacen las chicas muertas, estoy
convertida en trozos de algo que ya no se reconoce
en trazos de algo que es imposible distinguir.
El sol acaricia mis huesos expuestos pero no los calienta
porque no sigo ahí adentro para sentirlo.
El calor, entonces, se desperdicia
como se desperdicia todo a la larga.
Como ahora, que miro mi cuadro y el cuadro no sabe
que lo miro.
No sabe que observo sus diminutas manchas rojas
las grandes corolas amarillas, el borde que traga sus tallos
igual que un abismo. Porque la vida termina en abismo cuando ya no.
Y eso, si queremos maquillarlo un poco
pues la mayoría de veces alcanza con un basurero
el sitio donde acabaron las cosas que perdimos
para siempre
aunque lo hayamos creído imposible
cuando las vimos llegar por primera vez.
Definición
Para ser pájaro hay que serlo.
Subestimar la contundencia de dos alas
es ignorar la gravedad (aunque incumplirla
no sea siempre transgredir).
Pero no basta con las alas o las plumas
o con las láminas de un pico
o con ser parte de un linaje del Jurásico
(ahí van los pollos por la vida, los pingüinos,
los ñandús…)
como tampoco es suficiente con volar
(ahí van los bichos migratorios o la ardilla siberiana
que apenas flota entre los pliegues de la piel).
Para ser pájaro hay que serlo
en la desnuda aparición que no sospecha de sí misma.
De nada sirve precisar con el lenguaje.
-Ahí van los pájaros.
-¿Lo son?
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MARIALUZ ALBUJA (Quito, Ecuador, 1972). Magíster en Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Andina Simón Bolívar. Ha publicado los poemarios Las naranjas y el mar, Llevo de la luna un rayo, Paisaje de sal, La pendiente imposible, Detrás de la brisa y Doble filo. En novela ha publicado En caso emergencia (no) rompa el vidrio y Maura. En 2017, la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras, Madrid, le otorgó el premio Dámaso Alonso en la categoría Creación Literaria. En 2012 obtuvo mención de honor del premio César Dávila Andrade de poesía y, en 2008, ganó el premio Proyectos Literarios, otorgado por el Ministerio de Cultura del Ecuador. Sus dos novelas fueron las ganadoras del premio nacional Darío Guevara Mayorga a la mejor obra publicada en su categoría (2017 y 2019 respectivamente). Su libro de narrativa, Mi peorversión, fue seleccionado por el fondo editorial de la Universidad de las Artes, y su poemario Doble filo fue finalista del premio iberoamericano de poesía José Santos Chocano. Con el monólogo de teatro Tal vez no fue así ganó la convocatoria de dramaturgia CCE-Libros Pichincha 2023. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, francés, italiano, portugués, árabe, euskera, griego, rumano y ruso. Actualmente es coordinadora de dirección de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.