Ciervo urbano
(Traducción al español de Virginia López Recio)
Soledad global
Mirando las puertas las ventanas
las paredes de cemento
las luces de las casas y de las calles
a los otros viandantes
a los gatos y a los perros
cada vehículo en el asfalto
las señales y los semáforos
los contenedores de basura
y todo lo que pueda
asomar en las calles
se dio cuenta de que el suelo es
lo más valioso que existe en la tierra
Cuando dejó de crecer
entendió que andar cada día
en una ciudad con miles de edificios
es exactamente lo mismo
que buscar esa rama
que soportará el peso de su cuerpo
El enamorado
Sentado en el bordillo sujetaba la cabeza
incapaz de entender
si se encuentra en el eje de la tierra
o si centrípeto
llegó a su corazón
Sometido al vaivén del camino
dejaba sus miembros como fianza en la ciudad
Señales indelebles de desaparición
Le vi decir hoy
que la vida es bella
cada vez que un hombre
se quita la ropa
y una mujer extiende la sábana
Comestible
La estabilidad de la naturaleza venció
ahora comprendo
El hombre tiene solo una vida
y eso es suficiente
Basta con otro día en tu jardín
Las hojas me envuelven
pero sobre todo los frutos
cuando te corto en dos
una mitad en mis dientes
otra en el plato
Te imagino mujer
repartiendo manzanas
y llego de lejos
con toda el hambre del camino
Cambio climático
El día que llegaste a mí
dejé que bajo la piel se notase
mi rostro humano
Viste cuerpo sin sexo
una cabeza libre
de peso
Viste en mis ojos
hielos
bosques
cielo
No te fijaste en el hambre
en mis pies temblorosos
en su nueva planta
No preguntaste si la naturaleza tiene cabida
en la ciudad que habitas
Gritaste sólo:
por fin juntos
y entonces empezó
eso que más tarde fue llamado
uso insensato
de mis poros naturales
Nuevas metas
Estuve peleando toda la mañana con una naranja
La lavaba la secaba
con un cuchillo tracé líneas en ella
Quité la cáscara
Piadosamente alejaba cada fibra
de la carne cada huella sobrante
La abrí en dos
la extendí en el plato
Sin parar empecé a tragar
un trozo tras otro
Al final el plato quedó vacío
y pensé en cómo pasó el tiempo
Otra manera debía encontrar
otro comienzo para el día
Tal vez alguna fruta de la nueva
temporada
al menos un cuchillo nuevo
Podría incluso imaginar
un encuentro fortuito nuestro
a la vuelta de la esquina
tras años
allí
en la ciudad donde juntos
afilamos nuestras hojas de metal
Aceptación de obra
Creo en la fantasía
y fabrico sueños
eróticos ideales
Y así como guardas de mi amor el nombre
lo único que espero
es que tu risa se convierta en belleza
Para el resto
-rebeliones y cambios-
me convertiré yo en la revolución
De todos modos, con labios vacíos
me ahogo en las ideas
Breve exhortación
Una idea callejera para una revolución
llena la plaza
Es la lluvia el día del verano
poco antes de que surjan las dudas
en los dedos de fieles veraneantes
y que la calidez inmóvil
avive ingestión y discurso
Las bocas entregadas a la expansión
se abren a rocas
y esparcen en la superficie
la secreción del sudor
Todos en las calles
No alcanzan a rechazar
culpabilidades y esperanzas
Con todo el amor que quedó en los bolsillos
suprimamos la ciudad
Ciervo urbano
En esta época regresa
a la ciudad un ciervo
En el rebaño no faltará
Bajo la nieve tras la montaña
dejó una vieja sorpresa
Como las palabras del muerto
ya solo el ruido insiste
Su muerte faltaba antes
de que por las calles vacías anduviera
Cuando aún ante él no se había detenido
en el crepúsculo el cazador
incapaz de solucionar el enigma
Cuánta sangre corre por las venas
cuando un arma apunta a una herida profunda
Cara a cara en el centro de la plaza
Uno cuenta sus balas
el otro las raíces de la cabeza
Y los dos, sin embargo, consienten
Incluso la mayor caída
ha vuelto a suceder antes
Metopas
En las ciudades baladíes del sur
la luz perfora las cortinas
y se escribe en las paredes
Como las líneas que no cupieron en la piel
y se extienden por la mirada el sonido el tacto
Desde las ventanas altas se proyectan formas
con las sienes unidas
Imprecisa la determinación de la relación
parentesco o amistad
Sobre sus cabezas se posan Partenones
Cerrados los labios escriben la historia
Callado herméticamente perdido el aire