Antología personal
Prólogo
La abstracta sensualidad de la poesía de María Aveiga del Pino (Ecuador, 1964) invita al lector a adentrarse en un espacio más allá de la percepción humana, un mundo intelectual poblado de dioses y demonios. Esta antología muestra claramente como la poeta entrelaza narraciones de mito y creación a través del estilo lírico que caracteriza sus obras. Esta hábil articulación de sentido y matiz lograda con mano frugal y experta hace hoy de Aveiga del Pino una poeta de renombre.
Al abordar los temas de mitología, maternidad y cosmología, la poesía de Aveiga del Pino se adentra en zonas profundas de la experiencia donde descubre partes ocultas del ser en el mundo. Aveiga del Pino indaga con un fervor potente en los misterios de la identidad del ser y construye la poesía que emerge trastornada por las fuerzas inconscientes que conforman éste género. Entre estos misterios están la memoria y la unificación del cuerpo, el pensamiento y el deseo. Con una mirada precisa, Aveiga del Pino arroja luz sobre la resolución de los actos humanos y la relación primordial entre el actor y el transgresor, de tal forma que en la lírica conjunción de contrarios de este poemario, resalta la integración de lo conocido y lo trascendental.
El lenguaje poético se desarrolla a través del uso cuidadoso de lo dispar. Las yuxtaposiciones de forma y función que florecen en estas líneas crean desde el nivel de la palabra un enigma único con el que se acerca el lector al fundamento del poemario. El lenguaje mesurado de Aveiga del Pino crea una visión precisa y provocativa del mundo extraño que nos rodea. Destacan en esta visión poética las imágenes descriptivas potentes y singulares que resaltan la tensión entre lo posible y lo inalcanzable.
Antología personal recoge por primera vez en un solo volumen publicaciones anteriores, como Oc (1993) y Puerto Cayo (1999), así como material inédito, compuesto desde el año 2018. Entre el material inédito, se encuentra el micro relato y el verso libre, en que la voz de la poeta asume nuevas formas con el mismo peso retórico de su poesía.
La creación de esta edición bilingüe también marca la primera vez que el trabajo de Aveiga del Pino aparece en inglés, lo que brinda la oportunidad para que nuevos lectores se acerquen a su trabajo. En la traducción del español, se prestó una cuidadosa atención al lirismo del original y se hizo todo lo posible para que el inglés sea una versión precisa y elegante del original. El resultado es una edición que los lectores monolingües y bilingües pueden disfrutar.
Mis agradecimientos a la autora y su esposo Gino Lofredo, cuyas sugerencias y creatividad fueron invaluables, y al poeta Fernando Valverde, sin cuyo apoyo este proyecto no se habría podido realizar.
En las palabras de María Aveiga del Pino: “Ven, caminemos”.
Alison Posey
Universidad de Virginia
Julio de 2019
Dios
I
En la casa del té
toco su abanico
y en mi olor se desata.
Baja líquida
la mujer irremplazable.
Detrás del biombo
juega al escondite.
Un pálido niño
trae los aceites.
Incendio en mi olor.
Aquí
donde el oro se pudre.
II
Detrás de mi ojo
avizoro terciopelos,
máscara inmóvil y un bálsamo.
Se acerca la bella
con el látigo ciego.
Disuelve el dolor.
Cae la careta sobre tela viva
Sonríe la bella.
Detrás de mi ojo la estoy soñando.
III
Algo que sabe a sombra
aletea en mi falo triste
y sus garras
atrapan la cáscara
que me sobrepasa.
Ofelia
curtido el rostro se amalgama
con su otro cuerpo visible
el cadáver sumergido en las aguas
el nacido con piel de flama
es Él la Ofelia que soy
explosión de luz sobre el mar
tras el quejido final
sobrepasando la hora
cuando la deriva nos transforme
en retrato al fondo de un baúl
o guijarros
de la vida súbita
Mar
I
late desnudo de sextantes
abisales voces tientan, se alejan
mareas, sosiego
aún cuando los planetas invadan la noche
y el sol inmóvil pretenda caer
II
se dragan tumultos de sombras
tiempo adherido a la carne
respiro su flor de humo
el incendio
que agostó las promesas
III
¿qué vendaval íntimo sujeta las costas?
mantarraya oceánica
donde los que fueron
encienden el latido de tu furia secreta
IV
percibo el secreto y la evidencia
anudada al puma encallado
en la mano del sabio
o al desalmado invasor
que avistó tierra y me delata
V
desasido frutal el vello impaciente,
los huesos que me sucederán
flotan en tu manigua azul
que me imagina
y devuelve jadeante
VI
viento marino, ubicuo manantial
en mi violencia por consumir
tus médanos en la playa
la silueta anclada en el sueño
yo, a quien intuyo
Sofía
La sangre tibia de los descubrimientos
invade tu boca.
Yodo el riesgo. Azúcar la caza.
Absorbes de la tierra el limo y las horas
Tu cuerpo es un río nuevo.
Orillas, invades, luego duermes.
En cada revelación muere una estrella
aflora otra.
El fuego que consumes marca mi rostro
y el tuyo adquiere la certeza
del agua y las lobas.
Miénteme, no importa.
Observaremos la ciudad
y esa sustancia que rodea los cuerpos y
las palabras
hasta convertirnos en dilución
desaparecerá por un instante.
Ven, caminemos.
SELECCIÓN PROPIA
Los rasgos indispensables de María Aveiga del Pino (Latacunga, Ecuador, 1964) definen su riguroso estar como escritora, antropóloga y el trayecto laboral dedicado a la gestión empresarial. En el discurrir biográfico ha pasado largas temporadas como residente en Zimbabue, Madagascar, Honduras y El Salvador. Y es protagonista de un itinerario creador que incluye las entregas de poesía Bajo qué carne nos madura (Mantis, ed. 1990), Oc (Abrapalabra, 1993), Puerto Cayo (Eskeletra, 2000), el conjunto de ficciones breves Cuentos populares y mitos indígenas del Ecuador (Olañeta/Librimundi, 2003), el espacio de investigación etnográfica La Pasión de Jesús (Premio Ministerio de Cultura del Ecuador 2012), la muestra lírica Poemas (La Cabra, México, 2013), el volumen Deseo y Tierra (El Ángel Editor, Quito, 2013 ) y la antología en edición bilingüe Personal Anthology (Valparaíso USA, 2019) cuya traslación al inglés es de la profesora Alison Posey, investigadora literaria, traductora y docente de la Universidad de Virginia. Su poesía ha sido vertida al italiano y al inglés.
La corriente que integra Personal Anthology recorre casi tres décadas de escritura que inicia el poemario Oc. Sus textos marcan un discurso de levedad y esencia que postula un comienzo. Así se define ese amanecer de la identidad femenina marcada por el fuego y la humedad como principios activos del ser. Detrás del proceso de construcción de cada latido hay un fuerte deseo que se convierte en voluntad e impulso innominado y sin rostro que erige mutaciones y cambios. El concepto de ser se empapa de una intensidad paradójica y extraña: “Cruzo la espesura / del ardiente animal. / Manuscrita mi lengua / descifro en su estéril lomo / la profundidad / de una crecida muerte, / el chasquido que mi silencio / sin apuro bebe”. Los poemas definen un viaje de conocimiento y búsqueda, repleto de onirismo y magia como esos libros abiertos del mito y la leyenda, núcleos centrales de la tradición antropológica. El origen cultural del término Oc como lengua provenzal en los albores de la Edad Media acrecienta la idea de un lenguaje interior y secreto que hace de las palabras una invención liberadora. Ser mujer es crear a través de la lengua, habitar las palabras, alzar vida en el vientre verbal.
Desde su construcción dialogal, el poema “Menthos, el niño” transmite una densa sensación de soledad y desamparo, como si al mirarse en el espejo del día, solo se reflejaran líneas de soledad y ausencia de la madre. La voluntad de estar de quien ha perdido ajenos refugios y solo le quedara la experiencia interior, esa manera fuerte de reconstruir la realidad desde dentro.
La selección integra el poemario Puerto Cayo en el que la geografía local del enclave playero ecuatoriano adquiere una contundente configuración. Quien habla desde sí mismo nos deja los indicios de una contemplación que busca armonizar pensamiento y entorno. Cada lugar invita a la dubitación y al rastreo; la playa promueve un lejano horizonte sumergido en la profundidad donde se vela la memoria de los ancestros. En el poema homónimo “Puerto Cayo” el sitio, más que espacio físico y tangible, es una superficie de representación y símbolo: “Encalla / en la irisada necedad de las olas / animal de piel negra / Esfinge / su rostro guarda el mío / su palabra mi memoria / diluvio de arena”.
La contemplación nunca es estática. Concede al mar un impulso continuo de renovación y movimiento para que en él germine la visión de Ofelia sobre el agua, la fuerza estrepitosa de la desolación en el tsunami o el esfuerzo apagado de los náufragos. Se integra como coda final el poema “Mar” una composición dividida en seis secuencias autónomas que hace de la conjunción entre profundidad y superficie de las aguas un hilo argumental. Desde la desnudez apacible de su estar llega el recuerdo y un tumulto de sombras que guardan en su sugerencia el secreto. Los enigmas del sujeto que se adentra en su propia naturaleza.
Las vivencias del recorrido por los refugios de la memoria se plasman en Otros lugares que aporta a esta antología personal un conjunto de poemas en prosa. Esta estrategia expresiva permite confrontar la singularidad geográfica y su fuerza de persuasión sedimentada en la memoria. Cobran vida en el poema vivencias de Itzamá, Nueva York, Manakara o Madagascar.
El camino hacia nuevas estaciones literarias se hace luz con algunos inéditos en los que conviven la prosa poética y el verso libre. Así se clausura Personal anthology un volumen que muestra un riguroso proceso de selección para definir el ideario estético de María Aveiga del Pino. Poesía donde se expresan las rutas de la imaginación y los sustratos del itinerario vivencial. Palabras con luz de lluvia y tiempo que abren una oquedad pequeña donde cabe el mundo.
José Luis Morante
Puentes de papel, 31 de marzo 2020
-María Aveiga del Pino
Personal Anthology
Antología Personal
Translation by Alison Posey
Valparaíso USA, Edición bilingüe
Clayton, GA, USA, 2019