Lamento por el hermano y otros poemas
(Traducción al español de Carlos Vitale*)
ALETEOS DE PÁJAROS
Aleteos de pájaros de noche ásperos y dulces,
extraños partos de la oscuridad: veo las manos
agrietar muros, y oigo las canciones
desvelar a los muertos en sus lechos de tierra.
Suave y gris y lenta luz del día
me despierta y me dice, ya lejos del sueño:
la voz del canto, si no trae el alba, rompe
con lanzas de claridad los caminos de la sombra.
EL VIENTO
Esta noche escucho el viento
donde silba el grito de todos los hombres
que ya han mudado la piel de niño
y ahora no pueden reír en sueños.
Qué frío –me digo– cuando siento el Tiempo
apilar anuncios de flores tiernas,
quemar en fuegos tibios de otoño
un parpadeo de primavera.
CENA DE ANIVERSARIO
¿Dónde estáis, frescas risas que alegrabais
como chillidos de golondrinas el viejo patio?
¿Dónde estás, claridad de los ojos deslumbrados?
-Mirábamos el ciprés y solo veíamos
un árbol esbelto.
Juntos traducíamos poetas antiguos
sin entender entonces su angustia
por los años, los años fugaces que se escurren.
-“Pálida muerte” eran tan solo bellísimas
palabras unidas.
No convoquéis cenas de aniversario:
¿qué vino sería bastante rojo, decídmelo,
para que nazca un espejismo en los ojos adultos?
Y al tiempo que nunca duerme, ¿con qué ofrenda
amansarlo?
Me hacen llorar las cicatrices ocultas
bajo la sonrisa -el escudo del valor-
y por más que acercáramos las sillas
no esconderíamos los vacíos que en las filas
marcó la muerte.
Que nos contente el recuerdo y el eco
de la música ardiente y compartida,
el alba de cada día y la amorosa
fragilidad de este tesoro de sueños
conservados en el corazón.
EL PÁJARO
Picoteando la cáscara fría de una tarde de invierno
te afanas por salir, pequeño pájaro de fuego.
Veo tu ala azul contra el gris de la tristeza.
Vuela, pájaro, no te empolves con un toque de melancolía,
arriba, alas relucientes. Suspendido en la claridad
canta, pájaro, el agua antigua, rumor de fuentes y hojas.
Bajo los nubarrones de la tarde y del corazón
abreva en la luz más profunda y sonora.
Para mirar y para llorar están los ojos, y para sonreír.
Tú naces y te debates por un destino más claro,
lejos de cáscaras de lamento, voz de canción florida.
LAMENTO POR EL HERMANO
Canto perdido que ya no puedo repetir,
¿quién hablará de pájaro y de hierba tierna,
cuándo entre labio y labio un gusto de ceniza
señala la miseria del destino?
Josep Sebastià Pons
Después de las lágrimas
que nos han lavado los ojos
del delito de ver
cuando están cerrados los tuyos,
nos ponemos tu muerte
nos ponemos tu añoranza
-vidrios oscuros que nos empañen
esta claridad impía, demasiado cruda
de la vida que fluye
sin pausa,
sin ti.
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*Carlos Vitale (Buenos Aires, 1953) es Licenciado en Filología hispánica y Filología italiana. Ha publicado Unidad de lugar, Descortesía del suicida, Cuaderno de l’Escala, El poeta más crítico y otros poetas italianos y Duermevela. Asimismo ha traducido numerosos libros de poetas italianos y catalanes: Dino Campana (Premio de Traducción “Ultimo Novecento”), Eugenio Montale (Premio de Traducción “Ángel Crespo”), Giuseppe Ungaretti, Gerardo Vacana, Sergio Corazzini (Premio de Traducción del Ministerio Italiano de Relaciones Exteriores), Amerigo Iannacone, Libero De Libero, Joan Vinyoli, Umberto Saba (Premio de Traducción “Val di Comino”), Giuseppe Napolitano, Joan Vinyoli, Mario Luzi, Amelia Rosselli, Sandro Penna, Antoni Clapés, Joan Brossa, Antònia Vicens, Carles Duarte, Josep-Ramon Bach, etc. Ha participado en festivales, lecturas y encuentros de poesía en Argentina, España, Venezuela, Armenia, Italia, Suiza, Suecia, Rumania, Estonia, Grecia, Bulgaria y Francia. Sus libros han sido traducidos al francés, italiano, armenio, estonio, catalán, griego y búlgaro. En 2015 obtuvo el VI Premio José Luis Giménez-Frontín por su contribución al acercamiento entre culturas diversas. Reside en Barcelona desde 1981.