Balance y otros textos
ÍTACA
Cuando un día emprendas tu viaje,
más allá del sur encontrarás un baluarte
de recuerdos, de soles de nostalgia
contenidos en un abrazo
y podrás sentarte a contemplar sereno,
a la vera del camino recorrido,
los éxitos y los fracasos.
Inspirar profundo y contener el aire
hasta reconocerlo, hasta saberlo tuyo.
Abrirte y en cada revoloteo de palomas,
dejar que se te escape el alma
y sentir un escalofrío que sube por la espalda
para dibujarte en la boca una sonrisa.
Reconocerás entonces
esa Ítaca que estabas buscando…
Y al llegar la mañana
el sol partirá en dos el horizonte,
te cegará los ojos, inclemente y vil
pero podrás dejarte caer sobre la hierba
después de haberte comido el mundo,
después de haberte dejado la piel
en cada beso, en cada batalla, en cada llanto.
Podrás dejarte caer mientras el destino
se hace mueca, se hace cobijo
agazapado y sonreirás de espaldas al ayer.
Sabrás que has llegado,
oliendo a tu tierra, a ti mismo,
más allá del sur, mas allá de una mirada.
(De Más allá del sur, 2017)
LA OTRA ORILLA
Más allá de la otra orilla, me he dejado mis mejores sueños,
mis recuerdos de niñez atesorada en verdes lágrimas
y algunas deshojadas margaritas de libertad.
Más allá del horizonte, donde se desvanecen las fronteras,
me he dejado la nostalgia, también la melancolía
y la ilusión de una tierra siempre nueva y venturosa.
Y presa de un sueño, rendida ante su encanto
he dejado el vino del pasado atrás y he venido
a dejarme la piel, a luchar contigo en cada intento
a dejar caer mis huesos dormidos a la intemperie
hasta que me falte el aliento.
Porque me han golpeado a ambos lados del destino
y sin tiempo para caer de rodillas y llorar lo perdido
usando muy bien lo que he aprendido ayer
estoy construyendo despacio, a este lado del mundo,
como el hornero, mi nuevo nido.
A brazo partido, volviéndome un poco más sabia
o más loca, aprendí también a medir las palabras
pero lo que no tiene medida
es la extenuación y el empeño que pongo cada día
tratando de alcanzar aquél gran sueño.
Más allá, en la otra orilla, ha quedado media vida
y sin negar mi otra media vida se reafirma,
sin renegar de esta aventura migratoria
¿Quién iba a pensar que aquí me quedaría?…
Por eso cuando vuelva, si es que vuelvo algún día
seré gaviota, o golondrina o paloma
que vuela libre, que vuela bajo, muy cerca de la orilla.
(De Más allá del sur, 2017)
TÓMATE TU TIEMPO
Deja que crezca la hierba donde existe la piedra.
Deja que brille el sol
sobre los hombres
y desnude su pequeñez.
Mientras el viento mece las horas
el paisaje reverdece,
cuando te nombra.
Deja que sea hoy el mejor de los días…
…que sueñe con el paraíso…
…que envuelva el hechizo a los incrédulos…
Estamos en el tiempo de existencias fugaces
y el último cansancio
acudirá a nosotros.
Después del gran salto,
todo permanecerá allí, intacto.
Sólo deja que te arrastre una sonrisa,
una hora desheredada y única,
ataviada de eternidad,
pero tuya.
Tómate tu tiempo…
contempla el jardín
con mirada de luna que todo ilumina.
(De Cuatro poetas, 2014)
¿DE QUÉ DEPENDE?
Los juegos de hoy no son los de ayer.
Hemos perdido las ganas de jugar.
Hemos mandado a dormir al niño
que llevamos dentro
y nos hemos parado
en el primer peldaño del miedo
con toda la escalera por delante.
Y nos hemos mirado en el charco
más pequeño, antes de saltar…
y hemos aceptado que Ícaro
ya intentó y no pudo
llegar al sol, por eso,
¿para qué aventurarse?
Hemos aprendido a ser
quienes quieren los demás
pero, no somos los acróbatas,
los mimos, los arlequines,
los payasos, los soñadores,
los aventureros que llevamos
grabado a fuego en el ADN.
¿Sabemos en realidad
de qué depende nuestra existencia?
Por lo pronto, tengo claro
que hoy comeré sin culpa
y me miraré al espejo,
sin fingimientos, y le hablaré
a mi fiel almohada,
sin remordimientos.
Le confesaré que quiero jugar
como la niña que fui
y que echo de menos.
Aunque la vida no sea un juego.
(De Poemas para leer a deshoras, 2017)
BALANCE
Qué ha sido hasta aquí
si no, una suma de intentos vanos
sobre papeles blancos,
manotazos inciertos
y espigas de miradas cautivas.
Qué ha sido hasta ahora
sino una montaña de ropa azolada de inviernos.
Un montón de recuerdos
sobre el sillón, la cama
y los huérfanos libros.
Una mancha en la pared que no me abandona.
Una opresión en el estómago
ceñido por el grito.
Y qué ha sido hasta ahora
sino una suma de intentos
en perfecto equilibrio…
Un sueño sujeto al cielorraso
y la ilusión aprisionando el mejor destino.
Un puñado de nostalgia
y la pimienta derramada en la mesa de cada día.
Mañanas ataviadas de luces,
tardes vestidas de durazno romántico
y noches dispuestas en círculo por la memoria.
Un apartar de los hombros
la pesada cruz para seguirte
en busca del sitio donde ocultar
esta llama que se extingue…
Muecas clandestinas,
palabras dichas y las no dichas también
…esa aquilatada inseguridad que nos domina.
Y qué ha sido hasta ahora,
puertas adentro,
sino el sacrificio de las horas
en el umbral de una sonrisa.
(De Letras sobre papel, Inédito)