Margarito Cuéllar

Un pálido reflejo en la ecuación del agua

 

(Fragmentos)

 

 

“Como marino que toca el puerto,
el escriba se regocija de haber alcanzado la última línea.”
Colofón de Silos Beatus, S. XII

 

 

 

LIMINAR

 

Thot, patrón de los escribas, dios de la escritura

gracias por la dicha de ilustrar en su piel

los manuscritos del Mar Muerto

y los límites entre Umma y Lagash.

 

Su piel, herencia del pérgamo

más resistente que corteza de antílope, gacela o avestruz.

Más luminosa que vitela hecha de ternera joven

que al no absorber la tinta conserva los colores originales.

Más resistente que el jade, la piedra y la corteza de abedul.

 

Las líneas gruesas dejan constancia de la vida vegetal y animal

si lo de su espalda o su vientre son plantas, osos o marsupiales.

Mi estilete de punta cuadrada traza las partes que terminan en triángulo.

Las líneas delgadas son para sus ingles y las ligaduras para caderas y espalda

lo que permite conservar las curvas y dar viveza y ardor a todo lo demás.

 

Noviembre 9 de 2017

 

 

1

 

Por ahora daremos la razón a Paul Klee

en el sentido de que escribir y dibujar es lo mismo.

 

 

2

 

El rasgo secreto de mi patria es la escritura

y se desborda

ahora que mi burda caligrafía traza tu nombre.

Memoria y fuego me unen a ti como pasado remoto

que arrastra lo mismo la marea de tus pasos

que las ruinas de Ur.

 

A cada línea repaso tu desnudez

y el Sol de la Armonía tiñe los espacios en blanco.

Si el trazo es firme oigo el acento de las llamas

y las gotas del día

se manifiestan en la caja de resonancia del aire.

 

Los escribas tenían orejas en la espalda

y ponían atención sólo cuando sus dioses decían algo.

Me parece, Terrible, están hablando de mí.

 

 

3

 

Te recuestas entre la materia y mi espíritu…

y del brazo que te extiendo nacen los manuscritos del mar

y las primeras aves

desconocen los límites de los nombres.

El silencio es la prueba

de que la palabra lo profana todo.

Percibo tu respiración como la piedra negra del Fórum

y ríen de mí

porque quito al poema la costra de promesas

y soy cínico en vez de infeliz o sumiso.

Y si para ti felicidad es el vacío de las interrogaciones

las leyes de la vida te dan la razón

y quien cultiva el pensamiento

limpia de basura los despojos del mundo.

 

 

4

 

Terrible de mi costado izquierdo

Isla de los Pájaros es tu destino y siempre has querido estar allá.

Escritura de arena

amas los litorales y en los vestigios de la llama

te sorprendo muchas veces preparándote para un viaje

del que sólo tú sabes.

 

Dunas móviles delinean tus pasos;

Las veo desde la altura formar inscripciones de arena

mientras el sol arde.

Donde el desierto es mar y el mar pequeñas islas

me dan razón de ti

y por el canto de ciertas especies de aves

sé que tus ojos hablan de costas dunares

que cristalizan las figuras del agua.

Y yo que sé de ti desde que el desierto no se cansa de hablar

soy feliz si desato las trampas de tu pelo

y camino a tu lado antes que los últimos hechizos del día

vuelvan loca a la noche con sus preguntas.

 

 

10

 

Vienen rachas de ira, Terrible

y el agua se vuelve una mancha de aceite.

Los que sobreviven

despiden y entierran a sus muertos

el cielo luce un semblante de flores congeladas

y yo vuelvo a callejones

que antes de ti eran sólo las líneas de un atlas

o la consigna de escalafón.

 

Verte pasar, Terrible

con un libro en la mano y el rostro sereno

como el gesto de un garfio puesto a prueba por la carne

es descifrar las señales del cálamo

en la piel del ciervo errante o en el ánimo de la seda.

 

 

28

 

A mitad de la noche la fiebre asusta al sueño.

Camino al río de polvo en que bogamos

cuando la palabra distancia aún no tenía voz

y la emoción era un árbol monosílabo

cometas y arroyos imposibles de oír.

 

Dos ríos, Terrible, no de polvo ni de aire;

corrientes cristalinas como los ojos de ayer.

Si la luna va en su espejo, es lo de menos;

las figuras celestes se engarzan al tren del adiós

y aparecen lejanas como hojalata en la basura del mundo.

 

¿Dónde está la que hizo arder mi sangre?, pregunto a los peces.

Pero la mancha de colores y aletas es un reflejo pálido

en la ecuación del agua.

 

 

 

EPÍLOGO: EL FANTASMA DE HERMAN MELVILLE

 

A Vicente Quirarte

 

Soy capitán de navegación

mi barco ballenero naufragó en una isla

que existe solo en un sueño de Herman Melville

-inspector de aduanas.

Tuve oportunidad de volver a casa

mas para un hombre de mar el barco es su patria.

La embarcación se hundió. Yo permanecí

a la espera de que alguien rescatara mi sueño

del fondo del océano.

 

Nave y la tripulación

por las noches dan vueltas alrededor de la Isla

y piden suba a bordo

mientras se emborrachan en cubierta.

Han hecho incluso una nueva ruta marítima

que incluye zarpar del mismo puerto

y esquivar los peñascos, vigías de la niebla

que hicieron del galeón una cáscara de agua.

Pero debo permanecer aquí

hasta que Herman Melville despierte.

Marzo 31 2020

Margarito Cuéllar Originario de San Luis Potosí, México (1956). Maestro en Artes por la UANL y doctor en Educación por la Universidad José Martí de Latin ... LEER MÁS DEL AUTOR