El camal de los leones
EL CAMAL DE LOS LEONES
has llegado al camal de los leones
la chuma de estas moscardas talla 14
el olor de vino con que sirven los últimos bocados
las migas que arrojan a las larvas
¿adviertes la curtiembre?
retazos de todo tipo
como corresponde a las
cadenas de depredadores
lagarto alce cebra
la mano ilegible de alguna gitana
piezas óseas para tallar
has llegado
alguna ramita de gacela queda por aquí
no la pises
el sol mostaza se evapora en la tierra
no hay ronquidos ni maullidos
es una cama de leones
apenas ronronean
los otros hocicos untados de sangre
duermen cerca del agua
cambian del fulgor al pardo
en su camal los leones como camaleones
tendidos bajo las moscas
esas cobijas de la bruma caliente
esa música inoxidable
los hay ocres los hay color de ron
y sé que en el matadero hay carnívoros satisfechos
ha sido mi comarca esta
este mi espejismo
mi rodaje
y la noche está cayendo sobre los felinos
a ras de la hierba huraña ruge bajito tu leona
lame el recuerdo de la pata delantera
aún conserva -puedes ver- el juego de cuchillos
y almohadillas de las zarpas
mas ya no saldrá a tu encuentro
ha dejado un ojo destazando al búfalo
sus vértebras fueron la rueca de la tarde
los belfos que mordió
la última certeza de un manjar vencido
y vencedor
(de El camal de los leones, 2018)
LA TERRENA
I
más terrena que el polvo tú
material de cantera o gruta
mineral precioso
térrea magdalena
traes
sandalias aceites aceitunas
piel de aceitunas
lavas tus cabellos
en la fuente celeste del viento
en la tormenta del monte
¿cómo es tu cabeza magdalena?
¿una negra rosa rústica arisca?
¿un pedrusco orlado de sortijas rojas?
¿una lito-lámpara dorada?
llevarás algún día un cráneo desnudo mas hoy
tu cabello te viste como a una cabrita labrada en la caoba
tu cabello te sigue desvaneciendo tus pasos en el polvo
tu cabello magdalena
ilumina la cantera
y la tempestad
está hecho de hilos herrosos
talla las lápidas con ellos
II
entre tú y las lápidas
apenas el abismo
roja magdalena
no me dejes de cara al desierto
apaga la candela de tu ropa
la hoguera al óleo de tus pasos de mirra
la lumbre de tus dedos de aceite que forma
con tu mano una fina corona
la canción de tu lengua apaga
roja magdalena
roja caminante de magdala
no me dejes de cara a la cueva
el animal nocturno
apaga
(De El camal de los leones (Oraciones confusas) 2018)
REGALO
a martina y rafaela
una jirafa de gamuza
musculosa pequeña
te he traído
-ten
te digo
-pero cómo
no podemos tenerla en este jardín – dices
crecerían
su expansivo cuerpo de cartógrafa
su piel cubierta de islas
¿adónde nos llevaría su lomo craquelado?
– no es para cabalgar sobre ella
ni navegar entre sus grietas
es el cuello
¿ves?
la cabeza
su lengua flexible alcanza los luceros
ella los desprende de las ramas nocturnas
rutilan en sus labios con dulces movimientos
eso besa eso come
es como tú
y así sus antenas
huesitos que felices remueven las fogatas
en antares dubhe orión
llenar el cielo de chispas astrales
oh criatura comestrellas
esta jirafa es para ti
(de El camal de los leones, 2018)
ASALTO DEL TORO
aguafuerte
el documento tiene nombre de instantánea
ahí están pues el toro y ella que lo detiene
bajo la papacara
-agujitas de hielo arenitas de agua-
ella ha perdido una bota de caucho
ella que creyó arrear los pájaros
con el lazo en el desamparo
quiso posarse sobre el toro como pájara mismo
quitarle algún pulgón
alguna perla con antenas
alguna bolita de rocío
ella
carga los paños empapados
los pelos estilando en la penumbra
¿sabrá el toro que el cabestro es piel de otro toro?
retengo su cabeza
con estas sogas los dedos que he traído
retengo el costillar
con estos hierros piernas que he puesto al fuego
el toro es una fiera de pólvora
azadón tinieblas sombra
y sus patas en combate son el laberinto que asalto
antes de mi funeral
mi arrastre
antes de mi funeral
mi arrastre
(De La fiera consecuente, 2012)
LA AMANTE IMPAR
si acaso me quedara un solo ojo
y el otro simplemente te siguiera
y una sola otra no, se despidiera
pierna que tras de ti fuera a su antojo
si esta triste cíclope llorara
lágrima que una sola mano enjuga
si beso emerge rojo de su oruga
y alada la otra mano se alejara
tan solo una boca se quedara
detrás la otra de ti carnal se iría
boqueando en llamas boca que temblara
entonces amante impar yo fuera
y así tal vez amor te seguiría
aunque este temblor otro te esperara
(De La fiera consecuente, 2012)
SANGRE FRÍA
I
Es un cajón de 90 x 90 x 90.
En él se exhibe la espléndida pitón.
Carnívora de bronce y estaño.
No oye a su mandíbula elástica quebrantar
los huesos calientes de su comida.
Está enroscada sobre su lujuria.
Sorda y satisfecha.
No puede estirarse pero sus anillos de serpentina
se tocan como presas heladas.
Espera su merienda.
Por medio de una persiana
un ratón de blanco impecable
ha sido llamado a esta cena.
Será tragado sin que medie de cascabel o crótalo
advertencia alguna.
Sin que una orquesta de metales le despida.
Sin una danza funeraria.
El público está atento al momento del asalto.
El ratón merodea con unos saltímetros
esos pasitos que da en la epidermis el escalofrío.
Sus bigotes transparentes pronto temblarán
de una vez para siempre.
II
También yo
como la gorda constrictora
gozaré en la quietud estos banquetes.
Cada vez mis glándulas termosensibles me dirán
si has venido a lucir tu miserable gabardina
tu cola aguzada de escalpelo.
Si has venido quizás a llevarte la piel que mudo
o acaso
a mirarte en las placas y escudos de mi cuerpo.
¿No ves que tendrías que limar mis escamas?
¿Que arrancarme un colmillo?
III
Ven pues
que toda yo soy brazo que abrasa y destroza.
Y antes de engullirte
sabrás volar
con la sustancia tóxica que traigo en mi saliva.
Sabrás meterte en cintura.
Y engrosarme.
Ven
que notarás que soy ciega y siseo.
Que toda yo soy cuello y talle.
Que soy una víbora modesta.
Ven ratón que he perdido la línea.
Pero no el apetito.
Y tampoco el veneno.
(De Los lobos desarmados, 2004)
OSO
y sale del bosque el oso
su musculatura oculta
trae abrigo y debajo un brujo
sedoso no se desnuda
ante la sola idea de trozar mis partes
no se detiene
ávido el oso
de arrancar los lomos de las truchas con los dientes
en el corazón del remolino
hincar entre mis piernas el hocico
la ansiedad la sed la zozobra
el tirón de muerte que la succión mitiga
un dominio de demonios tus patas y mis muslos
maroma marcial llave poderosa runa y mandala
oso que muerdes los finos lomos de mi sexo
ya volverás al bosque
como el tigre a la arena
como al verdugo la máscara y la soga
ya volverás
como vuelve esta contorsionista
a bañar sus partes por partes
en los cultivos piscícolas del río
(De Los lobos desarmados, 2004)