Marco Martos

Casa de la escritura

 

 

 

 

Contra Critias

 

Cojo la pluma y digo

lo que  me viene a la lengua

lo que siento de adentro

lo que nadie me dicta.

 

Cojo la pluma y digo

radiografía daltónico

o lo que me da la gana.

 

Cojo la pluma y digo

y me río de los que piensan

que debí decir otras palabras.

 

De mí también se ríen

pero algo hay que hacer

para evitar el suicidio

la muerte de mi mesa

mi pluma colgada.

(De CASA NUESTRA, 1965)

 

 

 

Muerte de Néstor

 

Se ha ido Néstor.

No hace mucho también se fueron

Leoncio y Roberto.

A los tres los recuerdo llevándonos a los churres

A correr como locos por el cauce del río seco,

Al tiempo que nos decían por vez primera

El sagrado nombre de las cosas:

sapo, lagartija, chilalo, algarrobo.

Más tarde

Néstor me enseñó a leer.

Inventaba para mí

Los más hermosos cuentos.

Por él imagino

A Piura, su ciudad, mi ciudad, viajando

En alfombra voladora.

En las tardes del estío,

Bajo el sol de fuego, mi rey vencía al suyo,

Sólo porque él quería.

Fue bueno, como el padre de cualquiera.

Fue bueno.

La gente lo sentía.

Y tú mi pequeñín,

Mañana cuando crezcas,

ojalá pienses de mí

Lo que pienso de tu abuelo.

(De DONDE NO SE AMA, 1974)

 

 

 

Primera versión

 

Si deambulamos por las calles de Barranco

Uno a uno perfilamos los pasos de la especie,

Y si una mano se niega, compulsiva,

A la mía que estremecida se le ofrece,

Es la tuya y es la otra y la otra y la otra,

Primera mujer que ante varón se conmueve.

Y quien reprocha a la razón mucho dominio

Sobre gestos que lentamente mi cuerpo tiene,

Es tu voz, por supuesto, a la deriva, entre

Luces de carros que se apagan y se encienden.

Y quienes se entregan un ratito y otro largo

Al amor, somos nosotros, limpios mal que pese.

Y aunque el tiempo pase veloz y dé miedo

Mientras el toque de queda nos envuelve,

Si deambulamos por las calles de Barranco,

Uno a uno perfilamos los pasos de la especie.

El día es circular, lo supongo muerte,

Y este verso con desaliño mal repite

Otras líneas de desafío y amor perenne.

Y aun sabiendo de antemano la tristura

Que tu instante de amor acaso deje,

Cuando te vas, y ya te has ido, es la muerte,

El derrumbe inesperado, el derrumbe simplemente.

(De CARPE DIEM, 1979)

 

 

 

Fin de la noche

 

Es un ramalazo de la muerte

ese ojo zarco que está ahí

quieto como si mirara.

Desde tan lejos sólo se escucha

una música rancia,

el destello de un cuchillo

herrumbrado que parpadea,

un plomo que se disuelve

mientras el sol sube rápido

cortando en tajos

la neblina de la mañana.

(De EL SILBO DE LOS AIRES AMOROSOS, 1981)

 

 

 

El Perú

 

No es este tu país

porque conozcas sus linderos,

ni por el idioma común,

ni por los nombres de los muertos.

 

Es este tu país,

porque si tuvieras que hacerlo,

lo elegirías de nuevo

para construir aquí

todos tus sueños.

(De CABELLERA DE BERENICE, 1990)

 

 

 

Casa de la escritura

 

La sagrada escritura se parece

a una casa de muchos aposentos

con numerosas llaves en su sitio

aparentando que abren cerraduras.

Borrada ya la cifra en cada cuarto,

acertijo difícil es abrirlos,

necesitamos líricos maestros

con el soplo de Dios en su cerebro.

Así Kafka vivió con la escritura:

dueño del gran llavero de la casa,

abrió la habitación que conocía;

la clave: sufrimiento de los hombres.

Dejó para otro místico tarea:

hallar a Dios en la más oscura noche.

(De AUNQUE ES DE NOCHE, 2006)

 

 

 

Imágenes de la poesía

 

La poesía dice lo que dice

y no dice cosa diversa en sentido

que aquello que lees en su esencia

en la entrelínea donde hallas

lo verdadero.

 

La poesía no es moneda vocinglera

que se vende en los mercados y las plazas,

tiene algo de jeroglífico, verdad,

sobre piedra eterna,

para que la descifren los que la aman.

 

La poesía es sencilla como el agua,

complicada en sus elementos,

como el aire invisible

que se distingue a la distancia,

es azul entonces, o nos lo parece,

es el rojo crepúsculo

y también la alborada,

es tierra feraz o marrón y calcinada,

es la sonrisa de la madera

que tú tocas en el agua.

 

La poesía es la verdad de a puño

o esa misteriosa y a veces mentirosa

que apenas se dice con palabras.

Es caverna oscurísima

y la luz radiante de la mañana.

(De VESPERTILIO, 2011)

 

 

 

Príncipe zarrapastroso

 

Salgo zarrapastroso de mi madriguera

y me visto de príncipe antes de subir a los aviones.

Llego a las ciudades más distantes de nombre curiosos

y me alojo en los hoteles de lujo frente a las playas.

Inspecciono mini bares y baños como un notario

y llego a conclusiones asombrosas:

los albergues luminosos de los países ricos

por las minucias cobran menos

que los hospedajes importantes de las naciones en desarrollo:

copas de vodka en las neveras,

llamadas de teléfono internacionales.

De todos modos, en uno o en otro caso,

pago sin chistar mis consumos.

La habitación con sala de recibo,

hermosas cortinas y aire temperado,

me la paga la Poesía

que ha firmado convenios

con diferentes ministerios

de numerosas naciones

para que me traten como un príncipe

siendo un zarrapastroso,

un poeta inteligente

de escasas ambiciones.

Voy a los teatros y leo mis textos

ante ministros y funcionarios entendidos

y pobladores humildes,

convocados por la televisión y los diarios,

que me regalan rosas perfumadas

y libros de papeles de colores.

Regreso a mi barrio con dos mariposas de madera,

fragancias y perfumes exóticos

y baúles diminutos repletos

de poemas de aire y de agua,

con mi traje de príncipe arrugado,

con manchas, pero contento

como un zarrapastroso.

Mi vecino, que me dice príncipe

por mis buenos modales,

me pregunta:

– ¿Dónde estuviste?

– Volando con las águilas en el techo del mundo.

(De BIBLIOTECA DEL MAR, 2012)

 

 

 

Caballo negro

 

El sexo es un patio de recreo para los científicos solitarios,

tormento y alegría para quienes lo sienten en sus carnes.

 

Hay un caballo negro que aparece en los cielos

cuando los relámpagos parpadean y galopa

en la sangre cuando abrazas y tu piel se eriza.

 

En medio de las tormentas, en el silencio de los temores,

entramos en los más profundos sueños de la especie.

 

La tierra parece viva, es un gran animal cuando tiembla.

 

Una inmensa salamandra se encuentra en las profundidades,

reposando en un largo sueño y cuando se mueve toda cambia,

arriba hay terremotos, marejadas, huracanes.

 

De las profundidades salgo, como un caballo negro, y te poseo.

(De EL PIANO NEGRO, 2018)

Marco Martos (Piura, Perú, 1942). Poeta. Ha publicado veinticinco libros de poesía y ha merecido diferentes distinciones, entre ellas el Premio Naciona ... LEER MÁS DEL AUTOR