Inédita profundidad
(Traducciones y nota de Geraldine Gutiérrez-Wienken*)
Nuestra actualidad, a nivel mundial, muestra un confuso entramado de reivindicaciones sociales, desde el cual cada una de las perspectivas implicadas insiste en la razón absoluta. Se habla del Otro pero, en realidad, se excluye. Se habla de emancipación, olvidando que nuestra principal relación “creativa”, hombre-animal, es de dependencia. Admitir nuestra propia condición animal, según la poeta Mara-Daria Cojocaru, es un viejo miedo que nos ahorca. En su libro de poesía “Anstelle einer Unterwerfung” (2016) – “En lugar de una sumisión” – la poeta introduce al lector en un mundo de seres vivos, extraños con los que estamos mucho más conectados de lo que queremos aceptar. Mara-Daria Cojocaru actualiza, de esta manera, el poema de Bertolt Brecht “A los que vendrán después” (1934-1938), abriendo áreas de entendimiento allende el principio antropocéntrico. Cojocaru señala situaciones de desequilibrio ambiental, pero también social, así como realidades tácitas de presunta normalidad (lo seminatural, fecundaciones artificiales, la cacería), sin exigencias imperativas. De su cuestionamiento de la sumisión resulta un amplio e inquietante repertorio de conflictos que surgen entre hombres y animales, precisamente ahí, donde el hombre olvida su propia animalidad. El tono político de Mara-Daria Cojocaru es circunspecto, pero siempre inteligible. Sus poemas son microcosmos donde se suceden esclarecedores cambios de perspectiva. La poeta crea a partir del buen manejo del lenguaje científico y del conocimiento de la lengua un espacio de convulsión, por demás, innovador. En lugar de sumisión o “yonosé”, su palabra nos alerta a “Ser fruto consciente”.
A LA PRÓXIMA GENERACIÓN,
EN LUGAR DE SUMISIÓN
La pregunta de los lémures es actual
Simple y crítica porque corren peligro de extinción:
¿Qué les pasa a ustedes?*
I didn´t mean it
No entiendo nada
Yo sólo hablo por mí
Me esfuerzo
Cubro mi colmillo
Me balanceo boca arriba
Ofrezco la garganta
Me muerdo el pellejo
Me quedo tieso
Me tiendo en el piso
Me pongo de tu color favorito
Doy besos
Me río
Me dejo limpiar
Abandono el campo
Te rasco como quieras
Regalo mi desván
Me siento de nuevo
Te acaricio el pelo
Busco lo imposible
Me froto contra ti.
Practico contigo el nado sincronizado
De ahora en adelante hablo sólo en voz baja
Te masturbo
Me retiro ad libitum
Te regalo las plumas de mi cola
Te lamo
Meto tu dedo en mi ojo
Decoro tu casa por ti
Busco tu cercanía
Te ayudo con la cría
Restrinjo la mía
Beso a mi compañero
Y sin embargo: siento una pena infinita
*Y qué significa ‹seminatural›
EN FORMA DE GALÁPAGOS
El lagarto marino se estira arrugado por el viento
Verde, azul, excavadora de rumiantes, cresta gruñona
Tú, compañero de la ballena
Cara pequeña junto al cerebro. Bajo la frente
En la lengua de la ballena azul están danzando
Los pequeños elefantes hacia un gran viaje
Deberíamos tomar un poco de aire
Nadar en su aorta y como los delfines mulares
Hacerle cosquillas con el lado inferior de nuestras lenguas
En tierra firme las abejas tienen los pantalones llenos
De miel. Y en el lugar, de donde soy, la nieve apenas
Logra arrastrarse de los techos como unos pies cansados y
Nosotros esperamos, cuando las nubes se amontonan
Que ojalá el verano llueva calor
PEQUEÑOS ANUNCIOS
En un sentido estricto
Anidar con las avispas
Vivir
En un higo. Sin horizonte
Qué acanalada es
Esa luz interior
Convertirse, siempre a la inversa
Parasitar. Ser fruto consciente
Injertarse. Fuga
Pérdida de alas, pérdida de antenas
Yo, todo el tiempo
Asediada, descorazonada
Abatida. Por el desfiladero
Camino. Como las ninfas
En una gota de rocío
Ahogada
VENGAN A LA ZONA DESMILITARIZADA
Qué bonita la mañana, delicadas estructuras de hielo
Flotan en el cielo, sastrería de mayo
Una rebanada de Sol, aún más blanca que la
Luna, ilumina por la retaguardia el intestino grueso celestial
Una endoscopia atmosférica o una histórica
Almohada de agujas. De todas maneras, guardamos los aviones ahí
Y es tan bonito que podríamos ir a cazar polluelos. Sin embargo,
Ayer me mordió un ciervo en el sueño. Entonces, pongo el dedo
En el yonosé: si la golondrina puede bailar con el murciélago
de un modo comparable. Y si nosotros podemos
Mediante la formación de brotes
Fecundarnos. De todas maneras, muévete
Alerta hacia próxima noche
YO SOY
El último venado del Zoológico de Gaza, yo
De pie: arena y pellejo bombardeados
Al margen: un icono de desesperación. Yo
Observo a mis amigos contra la pared. ¿Quién
Me ha omitido? Por qué me quedo aquí
De plomo, incólume, indeciso
Me derrumbo. Muero. Yo olfateo surrealismos,
La pared marchando frente a mi nariz. Me le ofrezco
Al pavo. Como símbolo de paz
Shalomsalam, yo
Soy el último venado del Zoológico de Gaza, tú,
Mi Absalón-Corzo con peluca
Con los testículos destruidos, eres valiente y
Bello, lo sé y Dios vomita a los tibios
Yo soy Jesúsmaría llena de gracia;
Pero qué brutal
Imagen de la guerra
INÉDITA PROFUNDIDAD
Esto es lo que yo llamo perspectiva
En la baldosa de mi baño:
Un calamar gigante atrapa
A un cachalote. Algo me hace clic
En realidad, eso no es verdad
El cachalote se agarra casi siempre
De una sepia
Por fortuna, viene ahora
El pececito de plata, y ayuda
AMOR:
Querido héroe musaraña, me gustaría ser tan
Fuerte como tú. Después de cada desastre
Duele no sólo mi columna vertebral
Me duelo, y sigo siendo siempre
Yo quisiera tener tu corazón
Para saltar al punto.
De equilibrio
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*Geraldine Gutiérrez-Wienken (Venezuela, 1966). Cursó estudios de Odontología en la Universidad Central de Venezuela, Caracas. Es doctora en Filología Alemana por la Universidad Heidelberg. Dirige la editorial hochroth Heidelberg. Ha publicado los siguientes poemarios: “Espantando elefantes” (La Liebre Libre, 1994), “Con alma de cine” (IX Premio de Poesía de Ciudad Real, 2007), “Castañas de confianza” (Eclepsidra, 2012) y “El silencio es una bailarina” (El Taller Blanco, 2020).