En otro orden de cosas
EN OTRO ORDEN DE COSAS
Las ratas se comieron
el alimento de los pájaros.
Me obligás a decir de nuevo
“te lo advertí”.
No bien sale el sol
hay que pensar en
las tres comidas del día.
Cada lunes empieza
una nueva vida
vivo entonces
la semana anterior
sin dignidad.
En agitadas discusiones
imaginarias
se nos fue el año.
Te lo advertí.
La memoria y/o las estrellas
son luz envejecida.
Iluminan, apenas,
ese lugar donde una
llama a los suyos
desde la puerta
y termina una tarde
y el plato nunca se enfría.
No necesariamente en este orden:
Las ratas
El alimento
Los pájaros
MIENTRAS LENA, SU FAMILIA Y LA MÍA
DUERMEN DESPUÉS DEL CAMBIO DE AÑO 2017-2018
No termina la onda expansiva
de una mala decisión del 96.
Aquella nube de polvo
es la de los sabios del día después,
vienen con su esgrima, su bandera
“te lo dije”.
Salgo a fumar a la noche
profunda de Sardinal.
Debajo del mantra de los grillos
–cruzo los dedos– late algo más.
En las huellas del viento
sobre el agua
de la piscina sola,
en la piel que ahora, de noche,
recuerda la mañana de sol.
Leí todo el rato mientras se turnaron
para jugar tiburón con mis hijas,
las hojas de la novela salpicadas
de agua clorada, bloqueador y cerveza.
Debajo del almendro, la reposera
fue el punto inmóvil del mundo en rotación.
Pero a esta hora, ya lo dije, los grillos,
el hueco infinito del espacio, un rumor
que se aproxima desde hace décadas.
Una suma, una resta,
una sandalia sin su par,
algo que palpita bajo el sueño
de los ventiladores.
MECÁNICA DE FLUIDOS O LA EDAD METABÓLICA
La paradoja de los
años que pasan volando
aunque cada día dura una eternidad.
Noviembre se apaga y
se incendian los árboles
en el fuego verde del verano.
Como en la hora difícil para
los del pabellón de detox,
cada propósito del Año Nuevo
depende del azar.
La ansiedad y los líquidos:
imposibles de comprimir.
Aunque la bolsa inflada por el viento
aquella tarde colegial,
el trayecto del último bus a Barva
cada noche de los 15 a los 22,
y la foto donde se confunde
el antes y el después.
Hoy, damas y caballeros,
trasplanté geranios.
Los dedos entraron y
salieron de la tierra suelta
y no pensé en la progresión
geométrica de los años
ni en la rehabilitación
ni en ninguna otra cosa.
El ruido de la provincia
llegaba en delay,
debajo del agua,
y si algo se fermentaba
en la mente en blanco
es muy temprano para saberlo.